me dicen loco, no es verdad... mis padres tenían miedo al verme, es que, tenía dos brazos, dos piernas y... una cola en forma de lanza... no tengo cabello. nunca me ha crecido, ni siquiera tengo un solo vello... mi piel es verde, casi amarillo... tengo dos ojos, y eso sí, son como los de los gatos... mi cuerpo es delgado como los fideos... nunca voy al colegio, porque me temen... yo tan solo les miro a los ojos y ellos retroceden, luego, me tiran cosas por todas partes de mi cuerpo... por ello no salgo de casa, me he acostumbrado a vivir encerrado de día, por las noches salgo siempre que puedo, busco a una bella mujer y le pido un poco de su tiempo... ha veces se asustan, otras no... por ello salgo de noche y busco lugares oscuros... una noche en que volvía de casa, encontré un pedazo de un extraño metal que no cesaba de brillar... pensé que era de otro planeta... lo cierto es que, desde esa fecha, me empezó a salir cabello, vellos y el color de mi piel es rosado... he engrosado, casi como un torito... eso sí, todas las noches miro el metal que guardo, y este me irradia de una bella fuerza que seda mi cuerpo y lo envuelve en sueños hermosos e intensos... mi cuerpo ha crecido tanto que mido más de dos metros... mis músculos son poderosos... en verdad me siento demasiado bien... hace poco, en uno de mis sueños, he visto a extrañas personas con el cuerpo así como lo tenía antes de que encontrara el bello metal... se me han acercado y me han llevado a un lugar paradisíaco... todos me han abrazado, me han cantado una bella nota que se repetía miles de veces, y luego, todos me han besado, como si fueran a comerme a puro de lamidos... cuando he despertado, he querido que este mundo sea así, pero no he podido... la gente mira mi poderoso cuerpo y abren camino como si fuera un terrible animal... lo siento, pero esto que escribo no sé si es una parte de mi sueño, o es un cuento tan fuera de lo normal como lo son todos mis días y noches...