TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / unknown / historia de un cobarde. nº 2

[C:447833]


-II-

Estaba en mi pieza. En mi cama, sentado desde no sabía cuánto, ocultando el rostro con mis manos.
Pensaba. Pensaba tantas cosas, pero no pensaba en nada. Pensaba en él.
¿Y si lo hubiera besado?... No, ahora me arrepentiría... o no...
¡No! estuvo bien, no debía besarlo, era todo. No lo hice, ni nunca lo haría
Pero la incertidumbre...
Se acabó. Me acosté, cansado, muy cansado. Cansado de pensar, cansado de no saber, cansado de la inseguridad. Demasiado cansado, pero de todas formas, tardé mucho en dormir.

Desperté asustado. ¿Había alguien junto a mí? No estaba solo... pero... ¿un ladrón? Claro que no, había dejado la ventana abierta.
Sentí una mano posarse sobre mi pecho, sobre mi corazón, sintiendo sus acelerados latidos. En un instante retrocedí en la estrecha cama, hasta chocar con la pared.
No debes temerme, susurró. Te necesito...
¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Cuánto tiempo llevas?!
Te observaba, me gusta hacerlo...
Entonces pude ver su negra silueta recortada contra la ventana. Vete, le dije, vete, vete, ¡vete!
No se movió en absoluto, al contrario, se me acercó más. Se acercó, me rodeó con sus brazos, me estrechó contra su pecho, y yo, sumiso, me dejé abrazar.
No hacía frío, pero comencé a temblar.
Por favor, le supliqué, quiero que te vayas, no quiero que estés aquí.
Por favor, pequeño, te necesito, no me pidas que me aleje de ti.
Lo hacía otra vez, ahora me hacía sentir el malvado, el que lo hacía sentir mal, el único capaz de darle felicidad.
Cerré los ojos muy fuerte. Ahora era yo el que respiraba su piel, su suave cuello, temblando. Él intentaba hacerme sentir el que decidía, pero yo sólo me sentía como un pequeño niño que quería que lo protegiesen. Que él me protegiese.
No me necesitas, le dije.
Sí, te necesito, te necesito. Necesito estar cerca de ti, necesito oír tu voz, necesito sentir tu piel rozando la mía…
Me solté bruscamente. ¡No tienes derecho a pedírmelo! Casi le grité. ¡No tienes derecho, vete de aquí!
Lo vi bajar la cabeza. Encendí la tenue luz de mi mesita de noche y me quedé así mismo paralizado: Él lloraba, silenciosamente, con la cabeza hundida en el pecho y sus manos juntas sobre el regazo. Lloraba, en mi cama junto a mí, por mi culpa.
Lo abracé fuertemente, acaricié su cabello, besé su frente. Mentira. No hice nada. Me puse de pie y me acerqué a la ventana.
Quiero que te vayas, le dije. Y lo hizo.
Me di cuenta de que en realidad sí era yo el que escogía, ya lo había hecho dos veces, pero no sabía cuántas más podría hacerlo.

Texto agregado el 28-03-2010, y leído por 100 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
02-04-2010 Mentira. No hice nada. (ja jaaa) jiu
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]