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Inicio / Cuenteros Locales / YUUKOICHIHARA / \"Las espinas de la rosa-La trampa, las elecciones sin participantes y las rosas robadas-\". Capitulo 7

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“Las espinas de la rosa”
-La trampa, las elecciones sin participantes y las rosas robadas-
VII

Otro fin de semana mas en el que no hicimos nada más que ver el gotear de la lluvia desde nuestra ventana, esta vez procure no salir de mi habitación ya que sabia podía encontrarme con Judith o Mónica que estaban en los dormitorios, debido y referente a los votos de las alumnas para elegir representantes. Sin embargo tenía que ir a desayunar y a comer, así que en esos instantes al no poder hacer nada tuve que verlas mientras me dirigían una mirada algo sospechosa de su parte mezcladas con la arrogancia que sentía provenir de Brenda. afortunadamente solo fueron unos instantes en lo que yo estaba ahí, recordé lo que me había dicho Mónica acerca de que me esperaría en el kiosco el día jueves de la semana que paso para que yo le diera una respuesta, me preguntaba si ella había ido en medio de esa lluvia molesta y si era así me cuestionaba también acerca de si estaba enfadada conmigo por haberla dejado plantada, aunque no era culpa lo que sentía ya que no había quedado con ella o le había hecho alguna promesa concerniente a eso, solo me dedique a escuchar sentada en mi habitación.
La noche del domingo fue muy rara para mi con sueños que me colmaron de alegría al día siguiente; me levante de muy buen humor a comparación de Lei que estaba somnolienta, ahora yo la apure para que se bañara mientras hacia las camas sin que ella me lo pidiera, era como si esa noche se hubiera esfumado de mi algo y hubiera entrado algo bueno sabiendo que pasaría algo mejor ese día, simplemente lo sentía.
Asistimos a clase después de ir a la cafetería a desayunar donde me encontré a Brenda y a Mónica que salían mientras Lei y yo junto a Vanesa entrabamos, nos saludaron e inéditamente las salude a ambas y le sonreí discretamente; pude ver el asombro en la cara de Brenda y la sonrisa de Mónica. Vanesa y Lei, así como Alejandra e Ivonne me preguntaron acerca de mi estado de humor; no sabia responder algo que fuese coherente pero ellas lo entendieron y no dijeron más.
Aquí es donde ese día feliz en el que creí iba a ser algo bueno se empezó a desmejorar a lo largo de su transcurso, así como el día que había iniciado con un azul precioso secando las reminiscencias de la lluvia matutina.
La campana sonó y como había dicho la representante Judith nos dirigimos al auditorio, todas tomaron asiento. Nosotras nos sentamos como siempre en la última fila, de nueva cuenta se encontraban todas las integrantes del comité. Judith era la única de pie en el estrado y con un carraspear de garganta porque se le había ido la voz cuando empezó a hablar dijo.
-Buenas tardes, gracias por haber venido, aquí-levanto la mano sosteniendo un folder tamaño carta de color azul-tengo el resultado de sus votos, y la verdad quisiera antes de decir el nombre de la persona que sorprendentemente se llevo la elección arrasadoramente, que me sorprendió la popularidad que tiene.
Mire a Lei que estaba a mi diestra, fruncí un poco el ceño ya que me moría de la intriga-como muchas otras-de saber quien era la elegida.
-Bien, de seguro quieren ya conocer a la persona que gano la elección, ¿cierto?; así que le pido a la persona que nombrare que venga al estrado a decir algunas palabras, además de que……..tendrá que hacer algo que jamás se había hecho……..el nombre de la alumna que representara a las alumnas de primer grado con una votación del noventa y ocho porciento…..-dijo con un aura muy sospechosa, aunque mejor no lo hubiera dicho-….es……Natalia Merlo Mondragón. Así que Natalia, por favor pasa al escenario.
Sentí que mi conciencia vagaba entre el alarde y la agonía ala escuchar mi nombre, me temblaron las piernas apenas me puse de pie y un vacio se incremento en mi estomago cuando las alumnas a excepción de Lei, Franchesca e Ivonne aplaudieron. Por inercia camine hacia donde estaban las escaleras para subir al estrado, la mirada de las alumnas se clavaban como un puñal por todas las direcciones, pero estas miradas no eran tan petrificantes como lo podían ser las dirigidas de las integrantes de la mesa a la que a cada paso me acercaba mas y eran muy evidentes.
Trague saliva mientras mis pies ahora pesados –metafóricamente hablando-mas que el plomo subían los peldaños hacia el podio. Sin darme cuenta de cuanto había caminado ya estaba al lado de Judith que me extendió la mano con una sonrisa, la cual cogí con la mía un poco sudada por los nervios o la emoción. Cuando mi mano estuvo enlazada a la de ella me abrazo afectuosamente, mi mirada dio por encima de su hombro donde Mónica me miraba fijamente, pude percatarme que se ruborizo al igual que yo. Judith dirigió unas palabras muy quedas que decían, “¡Vamos Nat, habla!”.Tome aire y puse el micrófono cerca de mi boca para decir.
-Bien…….la verdad no me esperaba esto y bueno……la verdad no se que decir, jamás en mi vida había ganado nada-todas soltaron una leve risa que en lugar de darme seguridad me dio mas ansiedad, ya que respiraba rápido y al parecer las pocas palabras que salían de mi boca no pasaban por un proceso de razonamiento-…..pues solo quiero agradecerles acerca que me hayan elegido y espero hacer un buen papel, eso es todo.
Cuando termine los aplausos se escucharon e hicieron vibrar mis oídos haciendo que me pusiera roja y sintiera la cara caliente. Judith me aparto un poco del micrófono donde siguió hablando.
-Pues aquí esta su representante. Y aquí es donde Natalia hará algo que no tiene un precedente en esta escuela. Debido a que en esta extraña elección tubo nada mas que el noventa y ocho porciento de los votos y el otro dos porciento esta destinado a otras alumnas, no hay una persona escogida directamente por ustedes para que sea la vicerepresentante, así que hay dos opciones; una que Natalia escoja a su compañera o alguna persona que se proponga voluntariamente y sea rechazada o aceptada por Natalia, así que, ¿Cuál escogen?
Todas enmudecieron cuando Judith termino de decir esto y yo me dedique a ver quien entre las que estaban sentadas tomaría la iniciativa o me iba a dejar hacerlo a mí. Si este punto hubiera llegado creo que no sabia que hacer, tal vez hubiera elegido a Lei por mi cercanía con ella, pero no paso esto ya que antes de que Judith tomara la palabra de nuevo, Ivonne se levanto de su asiento, se acomodo los lentes y el saco y camino hacia los pies del estrado donde todas la vieron.
-Yo me propongo como vicerepresentante-le dijo a Judith-a no ser que Natalia tenga a otra candidata.
Judith me miro en señal de que hablara, yo le hice una seña con la cara que entendió sobre la marcha que era una respuesta afirmativa aceptando a Ivonne como compañera.
-Les pregunto a ustedes-dijo Judith ahora hablando al micrófono – ¿quieren que……….. ¿Como te llamas?.....-dijo en voz baja hacia Ivonne que cerro los ojos algo enfadada por lo que había pasado mientras las que alumnas que estaban cerca se rieron.
-Ivonne…Ivonne Ibarra Rodríguez, así me llamo-contesto.
-……. ¿quieren que Ivonne las represente?, quien se oponga que lo diga ahora.
Ninguna protesto nada, pero parecía mas bien el sermón de un cura cuando esta casando a alguien, eso era un poco incomodo. Ivonne subió al estrado donde agradeció la oportunidad y después de terminar de hablar los aplausos volvieron.
Las integrantes del consejo se pusieron de pie y se unieron a la algarabía, mientras se desfilaban ante nosotras dos dándonos la mano.la primera fue Brenda que me felicito secamente, después Irais quien solo me sonrió combinándolo con algo de lastima o algo así fue lo que ssenti.la ultima de las alumnas entre las chicas de segundo y tercero fue Mónica quien me dio su mano con la mirada hacia el suelo y me felicito dándole las gracias y la mano, pero al dársela en ella se coloco un papelillo doblado que pude entender como un recado; rápidamente lo guarde en la bolsa de mi saco y Judith procedió a darnos la mano y a felicitarnos.
Después de eso se nos informo que a partir de ese del próximo lunes en ocho días después tendríamos que presentarnos en el comité escolar para empezar con nuestro trabajo y referente a nuestras actividades extras seriamos sacadas de estas para que pudiéramos hacer lo que se nos ordenaba-que según Vanesa no era demasiado-y con eso estaríamos bien.
Salí de prisa cogiendo mi cartera excusándome con las demás prometiéndoles las vería en la cafetería después de que dejaran a Franchesca y dirigiéndome a los dormitorios. Al llegar a mi habitación, saque el papel de mi saco y mi corazón se dilato muy rápido al leer la nota que decía: “Te espero en el kiosco a las seis”. El poco aire frio que entraba presagiaba a la lluvia exhale un poco de aire, nerviosa por lo que tendría que hacer, deje mis cosas y fui hasta la cafetería con el papel en las manos. Todas me preguntaron acerca de mi extraña actitud, y en esos momentos necesitaba un consejo y se los comente y mostré el papel. Vanesa lo miro y me dijo.
-¿Qué quieres hacer Natalia?, ¿pues decirme que no te gusta Mónica?
Mi silencio pareció darle una respuesta.
-no puedes negarlo, pero tampoco puedes afirmarlo, ¿cierto?, dijo Lei.
-Voy a ir y hablare con ella y no se que va a pasar.
-¡Bien!, ¡hasta que te decides!, espero que te vaya bien-dijo Alejandra siendo la primera vez que intervenía en este asunto.
La única que no me dijo nada fue Ivonne que se quedo callada. Me levante sin comer diciendo que tenía asuntos que atender, y que las vería mas tarde. Volví a mi habitación donde algunos instantes después llego a la puerta Ivonne.
-¿sabes porque me metí voluntariamente a ayudarte, y ser tu compañera?-me pregunto.
-Pues……. porque eres mi amiga.
-Esa es una razón; otra es que si tu estabas ahí necesitarías a alguien que te ayudara y te trajera a la realidad si las cosas iban o muy bien o muy mal. Lei quería hacerlo, pero le quite esa oportunidad, no te quiero ver sufriendo Natalia y me dolería ver que te rompen el corazón y no me aguantaría y tampoco Lei y tratarían de sacarle los ojos a Mónica o a Judith; así que te pregunto…… ¿estas segura de que quieres ir?
-Si, quiero ir. No tienes porque preocuparte te primerito estaré bien y te agradezco que estés a mi lado como Lei y Alejandra.
Me acerque a darle un beso en la mejilla. Ella se ruborizo y se apeno.
-¡Tonta!.....en fin, veo que estas muy ilusionada por esto así que vamos, yo te arreglare el cabello.
Y me sentó como lo había hecho Lei y Alejandra que llegaron poco después y nos miro, parecían mis hermanas, era algo muy bueno, yo no quiero martirizarme diciendo que anhelaba el cariño de una hermana, ya que el cariño por parte de mis hermanos aunque fuese de hombres no tenia que ver con el hecho de que se preocupaban por mi.
Después de tanto estar nerviosa y darme uno y otro retoque en mi cabello y mi ser se estremecía dieron las cinco y media de la tarde, suspire de nuevo y salí de mi habitación con la bendición de mis amigas. El día estaba muy gris para ese entonces además de que el poco sol que conseguía filtrarse por los espacios diminutos de la nubes era minado cada vez mas por que se hacia noche. En cuestión de unos diez minutos llegue al kiosco pasando por la capilla cerrada. Ella estaba sentada con la mirada cabizbaja, y solo me miro hasta que yo estuve frente a ella.
-Hola-me dijo-espero no haberte causado problemas al venir.
-No, no te preocupes, pero dime, ¿Qué es lo que quieres de mí?
-Espera un poco, no tardara en venir ella.
La respuesta que obtuve de su parte me pareció demasiado extraña, al simple tacto no comprendía, pero analizándolo mejor, pude entender lo que me quería decir. Al parecer Mónica nos había reunido a las tres. No había contemplado un escenario como este; así que no sabia que podía pasar al presentarse la última integrante de este triangulo amoroso mal hecho.
La brisa fría que provenía del norte chocaba contra nosotras, un olor leve de triera mojada me lleno mi olfato y el silencio por parte de las dos era un martirio, aparte de que Mónica estaba seria y con la mirada en el piso como lo había estado desde un principio. Después las pisadas de alguien que se aproximaba; gire mi cabeza y la vi, aquella persona que también estaba metida en este asunto, con la blusa de fuera y sin su corbata llego Judith algo sorprendida al verme ahí de pie para después subir y quedar a mi lado observando a Mónica donde dirigiéndose a ella pregunto:
-Mónica, ¿Qué significa esto?, ¿porque esta Natalia aquí? , respóndeme-me hablo con desconcierto.
-Pues……veras…….
La vacilación de mis palabras fue respondida por Mónica que se erguió de donde estaba sentada.
-Yo la cite aquí Judith, creo que ya es necesario que hablemos las tres acerca de lo nuestro.
-Espera un momento…….-dije alterada-…..que es lo que estas diciendo.
-Lo que oíste Natalia, es hora de que nos respondas seriamente. Tuviste demasiado tiempo para pensarlo.
-Mónica-dijo Judith- no creo que debamos presionarla ninguna de las dos, nada bueno nos esperara si lo hacemos……
-Vamos Judith-Mónica miro desafiantemente –no me digas que tu no quieres que te responda, no seas hipócrita, al igual que yo quieres que Natalia diga por fin de una vez que es lo que quiere. Vamos, ¿no crees que ella te erigiría? eso es extraño ya que al tratar de sabotearme quitando las rosas que yo le dejaba en su puerta no es algo muy digno de llamarse confianza en si misma, ¿cierto?
Yo me quede atónita al ver que Judith era superada por Mónica con ese comentario. La cara de ella palideció al encontrarse entre la espada y la pared, aunque yo también lo estaba y la presión no era la misma que soportaba ella.
-Eh…..no se peleen por favor.-fue lo que dije para romper ese ambiente de tensión.
-Tienes razón Mónica-hablo Judith con su sonrisa- quiero saber la respuesta de Natalia tanto como tu. Así que Natalia-se dirigió ahora a mi-si tu no quieres que estemos peleando, la única forma de no hacerlo es que tu…………….
-Sin rodeos-interrumpió Mónica-dinos de una buena vez, ¿a quien de las dos es a la que tu quieres? Sabes que aun si no lo dices ahora tú estarás en el consejo y ninguna de las dos te dejara, así que responde de una vez.
Mis ojos se abrieron ante semejante pregunta, ambas me miraban y agradecieron dentro de mi unos nervios y un sentimiento de extrañeza. Me quede en silencio por un rato, el ambiente se hacia mas frio poco a poco y el olor que antes era leve respecto a la tierra mojada, ahora se incrementaba.
Después Mónica empezó a decirme con un tono que me provocaron lentamente ganas de llorar por lo que me decía.
-Bien……yo….no voy a perder mas mi tiempo-suspiro-una persona como tu Natalia, en verdad esta destinada a quedarse sola por su misma indecisión, no ase como pude estar loca al pensar que tu……no, no creo que hayas sido sincera alguna vez en tu vida, así que no vales mi tiempo. Por mi parte yo salgo de todo esto, así que si tu por algún rincón de tu cabeza pensaste que yo me sentiría mal por esto o que al decir a quien prefieres me harías sentir mal, estas completamente errada, así que no se te suba a la cabeza.
-Yo……..
Quería hablar pero las palabras no me salían, en su lugar, eran remplazadas por un temblor en mi cuerpo y una intranquilidad.
-No, no trates de decirme nada, cualquier palabra que tu digas para mi es simplemente una perdida de tiempo en estarte escuchando. No me tengas lastima, yo no te necesito, nunca te necesite y la verdad si la quieres escuchar……. ¡simplemente eras una diversión como esa chica!
-¡Ya basta Mónica!, ¿Cómo te atreves?-dijo Judith enfadada por lo que estaba escuchando de Mónica-la estas haciendo sentir mal.
-Son la una para la otra-dijo-así que no te preocupes Judith, no te quitare el tiempo, yo me voy de aquí. Y Natalia……-hablo mientras caminaba hacia los peldaños del kiosco-…te diré una sola cosa, eres lo peor que me pudo pasar en mi vida.
Esto fue la gota que derramo el vaso e hizo que cayera sobre mis rodillas y las lagrimas en silencio comenzaron a caer de mis ojos. Con mis manos limpie vista de esa molestia, pero no dejaban de brotar. Me volví y corrí, no sabia hacia donde. Judith me llamaba mientras yo corría y la lluvia se acompasaba a mis lagrimas hasta que tropecé y caí y llore mas desconsoladamente hasta que sentí un cuerpo abrazarme por detrás. Judith me rodeaba con sus brazos. Sus palabras cálidas dieron en mis oídos pero no podía dejar de llorar mientras seguía lamentándome. El dolor que me había infringido sus palabras era muy profundo.
-Deja de llorar Natalia, por favor, deja de llorar-eso es lo que me decía.
-Perdona-dije llorando-pero cuando empiezo a llorar no puedo parar.
La lluvia caía y me empapaba lentamente y ahí quedamos tiradas hasta que mi llanto se detuvo a causa de un beso de Judith.

Texto agregado el 28-01-2010, y leído por 99 visitantes. (0 votos)


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