@juanp> Con la notebook, en el bar del Malba, soy alguien que no sé si quiero ser…

2 segundos más tarde, apareció en su pantalla:

@lauram> no se si sos quien querés ser, pero no puedo creer que estas en la mesa de al lado!
…
Juan miró rápidamente hacia la izquierda, y giró bruscamente la cabeza 180grados a la derecha, casi se queda duro por la rápida maniobra.

(Espero que no sea la rubia insulsa de la derecha), pensó Juan, y volvió esta vez más lento a mirar hacia la izquierda, (Si fuera la chica de lentes violetas de dos mesas para ahí, no me ofendo)

@juanp> yo no puedo creer que alguien me descubre en esta incomoda situación de crisis de personalidad…

@lauram> bueno, si de eso se trata, estas en buenas manos.



Juan era conductor de un programa de radio, que se encontraba momentáneamente fuera del aire. Su carrera había comenzado como operador de radio, junto con algo de redacción, pasando por productor, para finalmente terminar conduciendo un muy escuchado programa de la radio de moda entre la gente joven. El era uno de esos conductores que se hacen conocidos de la noche a la mañana, pero a diferencia de la gran mayoría de ellos, sin que el “éxito” se les suba a la cabeza. Juan no había cambiado su esencia, cosa que sus oyentes agradecían. Era como uno más, pero del otro lado del parlante.

Laura tenía su vida perfectamente armada. Todo le había salido tal como lo había planificado. Al terminar la secundaria, entró al CBC de la UBA para estudiar Psicología. Después del duro golpe de pasar de lo privado a lo público, y acostumbrarse a ser una más, siendo designada por un número de registro en lugar de nombre y apellido, pudo llevar muy bien la carrera. Luego de 5 años en la Facultad, algunos noviazgos de poco más de 1 Año cada uno, y un profesor en su haber (la filosofía sin sexo, le costaba demasiado), consiguió su tan preciado título de Lic. en Psicología. Entonces se sintió lo suficientemente calificada para salir al mundo laboral, y consiguió en relativamente poco tiempo, un puesto en una consultora de Recursos Humanos. Siempre pensó que fue el destino quien la hiciera entrar en aquella empresa, donde conociera al padre de sus hijos. No sería la primera vez que el destino se metiera con ella. Fue así como se caso 2 años más tarde, y a 2 años y medio de aquel momento en que cambiaba su estado civil, un nuevo cambio se hacia lugar en su vida, se convirtió en madre de un bebe, al que llamó Tobías. Hoy su niño estaba terminando su primer año de jardín, y ella agradecía haber tomado la decisión de anotarlo a tan corta edad, porque le había permitido retomar su carrera profesional, pero esta vez en condición de free lance en la consultora de siempre. De esta forma podía combinar perfectamente sus responsabilidades, obligaciones y placeres.


Juan se sentía tan a gusto en su trabajo, que se relajaba como si estuviera charlando en un asado más con sus amigos. Por eso el programa salía siempre tan natural, y sus oyentes se sentían realmente parte del programa. Eso era una de las cosas que más disfrutaba, la cercanía con la gente. Y entonces se soltaba y contaba todo de su vida, que amaba a su mujer, que sería padre en poco tiempo, o que haría en las próximas vacaciones. No tenía los humos subidos, y se permitía mandar mensajes en Twitter como cualquier hijo de vecino. De esta forma seguía en contacto con la gente, mientras volvía a diseñar el programa de radio que saldría al aire con nuevo horario, pero en estructura similar al anterior, en poco más de 4 semanas.