La velocidad de una moneda al caer está determinada por su valor, es decir, entre más costosa sea más distancia recorre. La necesidad también influye notablemente en la trayectoria de la moneda. Si tienes el dinero justo para tomar el autobús o para comprarte una bebida fría en un día caluroso, seguro que si dejas caer una moneda por equivocación esta correrá lo más lejos posible de ti hasta encontrar el lugar más inaccesible de la casa o de la calle para esconderse. ¿Pero porque ruedan las monedas? Lo más probable es que se deba a su forma redonda y a la fuerza que le imprime la caída. Si es así sería conveniente hacer monedas cuadradas para evitar la incomodidad (y en algunas veces la vergüenza) de correr como locos tras de ellas. En ocasiones para algunas personas escenas como esas pueden resultar graciosa lo que le añade mas desdicha al infortunado, quien se lamenta no solo por la pérdida de su dinero sino también por las burlas indolentes de los observadores, y más aun si la persecución del objeto metálico está acompañado de alguna caída o golpe. ¿Qué hacer entonces en una situación como esas? Lo primero es actuar naturalmente para evitar la atención, luego debes seguir la moneda con tus ojos a medida que caminas tranquilamente hacia ella, tercero debes desear que se detenga, el deseo debe ser preciso e intenso (esto es para imprimirle sicología al asunto). Si haces esto pude ocurrir dos cosas: una de ellas es que la moneda jama se detenga y termines perdiéndola para siempre, o que se detenga y la recuperes, si sucede los ultimo entonces habrá recobrado tu moneda sin comprometer tu dignidad.