Disfrazo las caricias de gotitas de tiempo para ponerlas en tu reloj y duermo contigo, también me enredo en tu cuerpo como tus piernas en las mías. Creo sentir uno de mis dedos recorriendo tu rostro mientras tienes los ojos cerrados pero no es más que un deseo aniquilado al instante que termina de pensarse.

Te extraño. Todas las canciones suenan a pedazos de casualidad y absurdos, suenan a ti, a como faltas, a días desintegrados, a hojas partidas. Sigues abriendo vacíos en la realidad para mis parpadeos que exploran tu ausencia. Me abrazo a tu frío y a tu paso, al invierno que se precipita, al otoño que se doblega…. A Cortázar en tu ropa cuando se filtra a tu piel, me des-abrazo- de lo que no se transforma al paso de tu tacto, de tu sin-estar constante en estas horas que se estiran.