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Inicio / Cuenteros Locales / esquizofrenica / El abuelo del hospital!!!

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Durante mis jornadas de trabajo, largas y extenuantes, es muy poco lo que se llega a conocer a la gente, es más bien (lamentablemente) medio inhumano, tal vez por la afluencia enorme de gente en los hospitales de mi país, o quizás porque día a día, y en aras de autoprotección, o tal vez para no sentirnos vulnerables, los médicos nos hacemos más y más fríos y distantes.
A lo largo del poco tiempo que llevo ejerciendo, he tratado de mantener en mi rostro una sonrisa, a pesar del cansancio, o las demandas, puesto que ya es suficiente un ambiente hostil, como para que también te reciba una persona malhumorada a escuchar de que te aquejas.
En la emergencia los pacientes acuden por muchas causas, y es raro ver el mismo paciente que los días anteriores, aunque cuando tienes mucho tiempo en el mismo sitio, se cumplen ciertos ciclos, y empiezas a ver las mismas caras, tal vez a reconocerlas, incluso hasta recordar la causa de su mal.
Al menos un día cada dos semanas, se aparecía en la consulta un señor, de unos setenta y pico años, cabellos canosos, no muy arrugado para su edad, casi siempre con la misma vestimenta o al menos parecida, eso si, dentro de lo posible, impecable. Por cosas de la suerte o del destino, casi en todas las ocasiones era yo quien lo atendía, él muy amable y con muy buen léxico, me decía:
_ Dra. Como amaneció? Sabe? Tengo otra vez la dificultad para respirar… por eso vine a molestar, me canso mucho!
_ Ya veo señor García. Se ha tomado el tratamiento para la tensión? Mire que si no se lo toma se pone peor! Otra vez vino solito?

(El abuelo tenia una insuficiencia cardiaca que se originó por la tensión alta, que a fin de cuentas, lo que causaba era mucho liquido en sus ya desgastados pulmones, y tarde o temprano, dificultad intensa para respirar.)

_Si Dra, solito. Yo me las tomo, claro, cuando las consigo, porque sabe, esas pastillitas son caras, y yo no tengo mucho dinero.
_ No se preocupe señor García, ya lo vamos a atender.

En una de tantas oportunidades el señor García se quedó dormido en uno de los muebles de la emergencia, y al terminarse el tratamiento y mejorar los síntomas, tratamos de levantarlo para que se fuera, pero de una u otra forma intentaba quedarse más tiempo. Como dije, van muchas personas a las emergencias de los hospitales, y como necesitábamos la camilla para otro paciente, le dije a la enfermera y al vigilante que por favor lo llevaran afuera porque él no se quería ir … como me arrepiento de haber hecho eso!


La siguiente vez que el señor García fue a la emergencia, su estado estaba agravado, el se veía más cansado, tal vez más descuidado que de costumbre.

_ Como está señor García? Veo que otra vez le cuesta respirar.
_ Si doctora. Esta vez casi ni puedo caminar, me costo subir hasta acá desde la calle.
_ Le he dicho que no venga solito. Y como va el tratamiento?
_ No doctora, tengo como dos semanas que no me lo tomo.

Entonces, puse mi cara de doctora brava (que me cuesta bastante en realidad) y mientras le colocaba el tratamiento, lo regañé diciéndole que como era posible que no se tomara el medicamento, que de eso dependía su vida, que se estaba portando muy mal, y por eso se había puesto así! Me dijo:

_ Dra. Es que no tengo para comprarlo! .. Y puso carita de vergüenza…

Ahí, por supuesto baje la guardia, pero como tenia que descubrir porque el y su familia estaban siendo tan irresponsables con el tratamiento, seguí con mi voz regañona :

_ Me hace el favor y llama a sus hijos hoy mismo, y me les dice que necesita el médicamento ya!

Entonces bajó la mirada, como quien se esconde, y me dijo:
_ Hay doctora, es que yo no tengo quien me de dinero para las medicinas.
_Acaso no tiene hijos señor García??
_Si, tengo 6 hijos, cuatro varones, y dos hembras, aquí en esta ciudad solo tengo a tres. Mi hija, la que en ocasiones esta pendiente de mi, ahora esta de viaje, y no se ni en cuanto tiempo regresará.
_ Y los otros?
_ A uno tengo años que no se de él, y mi hijo Carlos, bueno, el estuvo pendiente de mi mucho tiempo. Yo vivía en su casa, una que estaba vacía. Pero un día mi nieta (hija de Carlos) se vino a vivir conmigo. Y empezó a hacer fiestas todas las noches y llevar chicos a la casa. Yo me la pasaba regañándola porque ese no era el comportamiento correcto de una chica decente. También le pedía que bajara el volumen de la música en las noches porque yo ya estoy viejito y necesito dormir. Ella se molestaba mucho conmigo. Un día fue a decirle a su padre que no soportaba vivir conmigo, y quien sabe que cosas más, y el decidió echarme de su casa.
_ Y ahora donde vive señor García?
_ No tengo donde vivir doctora, duermo donde me caiga la noche, casi siempre en una plaza donde me he hecho amigo de unos chicos que trabajan ahí de noche vendiendo comida.

En ese momento se me arrugó el corazón. Recordé la vez en que mande prácticamente a echarlo porque necesitaba la camilla. Me imaginé a mi abuelo, o quizás a mi propio padre, en las calles sin tener donde dormir, sin tener donde comer. Con un nudo en la garganta y los ojos empañados le pregunto:

_ Y su hija? Porque no duerme con ella en su casa?

_ Mi hija vive con muchas personas, no tiene donde alojarme. Ella de lo poco que gana me da lo que puede cuando me ve, y yo tengo una pensión pequeña de un trabajo que tuve, con eso me alcanza para comer algo, y a veces para quedarme en algún motel y dormir tranquilo.

Ya no me contuve más, y mis lagrimas rodaron por mi rostro. Como un ser puede abandonar a quién le dio la vida sin importarle nada? quizás no fue el mejor padre del mundo, no puedo saberlo, pero nadie merece que sus hijos con desden lo dejen a la buena de Dios. En ese momento pensé que aunque sea por una noche, lo dejaría quedarse en el hospital, pero se me ocurrió una idea mejor.

_Ya vengo señor García.

Me aleje secando las lagrimas, fui hasta donde guardaba mi bolso, saque el dinero que tenia en ese momento (que lamentablemente no era mucho), y unas medicinas que me habían regalado y que podían servirle al menos por unas dos semanas. Fui hasta donde él estaba y le entregue todo diciendo:

_ sabe? Yo tengo un padre, y nunca permitiría que él durmiera en la calle. Sé que no puedo solucionarle la vida, pero al menos estará usted tranquilo, porque con esto podrá buscar donde dormir esta noche, y tiene el tratamiento por unos días.

Me tomó de las manos, los dos con lagrimas en los ojos, y me dijo:

_ Hija, no tengo como agradecerle, no sabe lo que hace por mi, cuando mi hija llegue de viaje le diré que le pague todo.
_ No señor García, usted no tiene que pagarme nada, sólo tiene que visitarme de vez en cuando, le parece?
_ Hija mía, Dios te bendiga, porque aunque este pobre viejito no pueda pagarte, el si lo hará.

Lo acompañe a la salida, le busqué un taxi, y lo mande al hotel a que al menos una noche descansara sin preocupaciones.

El resto de las veces, por cosas del azar, no lo atendía yo, y mis companeros de trabajo me decían que preguntaba por mi. Un buen día lo vi en la calle sentado en una acera, me llamo, me tomó de las manos y me dijo:
_ No se me olvida lo que le debo. Todo esta un poco mejor!

Aún hoy, contando la historia, se mojan mis ojos, sólo de recordar aquel ser indefenso sin nadie quién le tienda la mano. Es sólo uno de miles, que sepamos o no, viven en las calles abandonados. Tal vez no podemos resolver los problemas del mundo, pero si cada uno pusiera un granito de arena, tal vez serían menos esos abuelitos desamparados.

Padre sólo hay uno en esta tierra, y es nuestro deber velar por su bienestar.


Algún día, seremos nosotros los viejos…

Texto agregado el 09-11-2009, y leído por 295 visitantes. (10 votos)


Lectores Opinan
17-01-2010 Tu esencia te vende amiga... quien tiene el alma generosa, tiene aun mas el corazón vondadoso... hay que mirar hacia atras, cuando caminamos para adelante... no nos tapemos los ojos... y vos no te lo tapaste!! te felicito "hija" tu esencia nunca la pierda mis 5* y besotes NILDA yo_nilda
24-11-2009 Ay, te leo de nuevo, y me doy cuenta que me sonaba conocido, no es a ti quien pido sorpresas. punto final NeweN
19-11-2009 No sé si es cuento o narración de algo verídico. en ambos casos, está bien escrito y genera empatía. Obviamente que debe ser el estado quien se haga cargo, y no la caridad. NeweN
15-11-2009 malo no es Bim
14-11-2009 2* y no llores Murov
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