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Capítulo 14

- ¡¡Kenshin!!- gritó Aoshi- Kenshin vamos rápido al hangar, hay que salir en los robots antes que esa loca lo destruya todo.

- Sí… Has visto a Misao y Kaoru…

- Están ahí abajo, ya están tratando de hacer algo- le dijo Aoshi al capitán indicando a través de un ventanal. Las Koto Hajime se habían unido a Saito y el resto.

- Dios, esto es grave… Hay fuego por todos lados- dijo una voz desde uno de los pasillos.

- Sanosuke… Yahiko, por acá vamos- indicó Kenshin en pos de la salida más directa al hangar.

Ni en sus peores pesadillas, Kenshin había visto una escena de tal magnitud en su propio cuartel. Había cadáveres aun con sus pijamas puestos y muchos heridos que Tae, a duras penas se encargaba de atender. Megumi, por su lado, estaba intentando mantener a salvo los robots de los desquiciados ataques de Yumi.

- Dios, esto no puede estar pasando- murmuró Kenshin, con el corazón apretado de angustia.

- Pero está pasando- dijo Yahiko- espero que el Golem sea capaz de hacer frente a esa maquina del infierno. Es sólo un prototipo.

- Irá bien- dijo Sanosuke mientras corría hacia su robot- Irá bien.

- Creí que ustedes ya no llegaban- dijo Megumi, mientras iba con un extinguidor de un lado a otro del hangar- Rápido esto pronto no tendrá salvación, saquen sus robots y váyanse.

- Qué hay de ti, Megu- dijo Kenshin- No te podemos dejar acá.

- Yo estoy bien- dijo ella cortante- váyanse ahora.

En tanto, en patio de la fuente, Yumi y su Rengoku destruían todo a su paso. Apenas una débil resistencia habían podido hacer Kaoru y las Koto Hajime, Saito estaba a punto de perder a su robot por completo. Fue justo en ese momento cuando un estruendo pareció detenerlo todo.

- Es…- dijo Kaoru casi sin fuerzas.

- Es el Golem de Yahiko- dijo Tsubame casi hasta las lágrimas- Estamos salvados.

Nuevamente otro estruendo removió el piso, pero esta vez desestabilizó al Rengoku.

- Mierda…- gritó Yumi- ¿Qué es eso?
- Lista para morir- dijo Yahiko, mientras accionaba una vez más el cañón armstrong esta vez directo al pecho del mecha de Yumi.

A pesar de que el impacto fue de lleno y el mecha resultó con daños considerables, aún no caía. De hecho, la risa de Yumi dejó claro que este asunto todavía no terminaría.

- ¿Creen que un simple robot de segunda será capaz de competir con el Rengoku?- dijo ella con ironía- mejor prepárense a morir, bichos de cuarta.

- Perraaaaa- gritó Sanosuke lanzando de lleno un ataque antes de que Yumi pudiera reaccionar- Me arrepiento de haberte dejado con vida, maldita puta… Pero ahora estoy listo para mandarte al infierno.

- Con ese insecto- dijo Yumi- Siente el poder de mi Rengoku…

El estruendo se escuchó a varias cuadras de ahí. La gente, no sabía que pensar y sólo veían el destello luminoso del fuego venir desde el Cuartel Koto Hajime Ryû

- Sanosuke- gritó Kenshin- Sanosuke, contesta.

No había respuesta alguna desde la radio del piloto. El robot estaba severamente dañado y el vapor salía por todos lados.

- Gente, Capitán- dijo Yahiko a través de la radio clave- sólo hay una manera de detener a este mecha. Lo comprobé con mi disparo… Si todos atacamos al mismo tiempo con nuetras armas justo en el pecho del Rengoku, no tendrá oportunidad, el resto será rematar cuando esté en el suelo.

- Comandante Saito?- dijo Kenshin dirigiéndose al robot que hacía esfuerzos por mantenerse de pie.

- Hagámoslo… es eso, o morir humillados.

Los robots y el Golem de pronto cerraron la formación frente al dañado Rengoku. Era una oportunidad, era una posibilidad ínfima de que resultara, pero no era cero.

- ¿Van a facilitarme el trabajo¿Se van a formar para que los liquide uno a uno?- el Rengoku tomaba posición de ataque mientras, más se cerraba la formación de los robtos, todos con sus armas listas para disparar.

- Misao- dijo Yahiko- Contamos con toda la fuerza de tus cohetes… Concéntrate sólo en el pecho.

- Entendido.

Se podía sentir la tensión en cada una de las cabinas. Era sólo una posibilidad, después de eso, si no había suerte. Había que preparase para morir con gloria.

- Tranquilos- dijo Yahiko terminando de apuntar el cañón Armstrong directo al pecho del mecha- Todos apunten al pecho, no importa el resto, olvídenlo.

- Bien- dijeron todos listos para Vencer o Morir.

- Bien, muy bien- dijo Yumi- Se ven tan lindos ahí listos para dejar de existir. El fuego del cañón del Rengoku comenzaba a aparecer en la boca del mismo cuando Yahiko gritó la orden

- AHORA!- lo que siguió en más es casi indescriptible. Fuego, detellos, luces, humo, mucho humo que cegaba la vista y asfixiaba la graganta.
Parecía que todo estaba acabado, que no habían tenido éxito, no habían sentido el golpe del Rengoku en el suelo. Sin embargo, cuando el humo se disipó, el panorama era totalmente el contrario: La cámara del piloto estaba abierta,dejando ver a una muy mal herida Yumi… Se podía decir que estaba condenada a muerte, sin embargo, Saito ordenó por radio que Tae, mandara a Sae su hermana y enfermera a recogerla.

- Si la mantenemos viva y la salvamos, es probable que logremos sacarle información- dijo secamente, ante los murmullos de reclamo que pudo escuchar por la radio.

Yumi había sido arrancada de los brazos de la muerte una vez más.

- Sanosuke- dijo Kenshin bajándose de su robot- Sano…

Un poco atontado, Sanosuke logró salir de su maltrecha máquina, con algunos golpes y heridas de diversa consideración.

- Kaoru- le gritó a la muchacha que veía la escena con cierto alivio- Dile a Tae que necesitamos camillas acá, rápido.

- Sí, Kenshin.

- Yahiko- gritó Tsubame- Yahiko, eres un genio, lo logramos.

- Sí, viviremos un día más- dijo él mientras abrazaba a Tsubame.

El recuento de heridos y muertos era enorme. Hiei, estaba entre los últimos muy a pesar de Kenshin. Aunque no lo conoció lo suficiente, sabía que él no debió haber peleado jamás esta batalla. “Su brazo, su brazo no respondía ya… No debió”, pensaba una y otra vez desde el funeral.

Megumi en tanto, estaba en la enfermería, intentando curarse de las quemaduras que recibió cuando una viga del hangar le cayó encima. Suerte para ella, que un piloto rezagado vio esto y pudo ayudarla a salir de ahí.

- No lo estarías contando si no fuera por ese tipo- le dijo Sanosuke cuando la fue a ver.

Sin embargo, a pesar de que Megumi estaba bien, no podía moverse para reparar a los robots, lo que presentó un dilema para el comandante Saito.

- Muchachos- les dijo a Kenshin, Kaoru y Yahiko, quien por ser miembro de otro escuadrón debía estar informado- No tenemos como aguantar otro ataque de ninguna magnitud, sin la reparación de las máquinas, Megumi es nuestra única mecánico y sin ella en estos momentos estamos perdidos.

- Señor- dijo Yahiko- El Cuartel de mi padre está intervenido pero no cerrado…

- Es buena idea, Yahiko- dijo él pensativo- Sí, nos ocultaremos ahí hasta que Megumi se restablezca.

- Señor- dijo nuevamente el joven- Yo también pudo reparar mechas, robots y Golems… Sólo que no lo hago tan rápido como Megumi-san.

- Bien…- dijo el comandante- Nos ocultaremos y Miyohin reparará por ahora, hasta que Megumi esté en condiciones. ¿Alguna otra sugerencia?

- No señor- dijeron los tres.

- Bien, pueden retirarse a informar a sus unidades.
Todos estaban pensativos. Ocultarse del enemigo no era algo que estuvieran acostumbrados a hacer, pero no había otra opción, no podían pelear a cuerpo descubierto contra la fuerza de Shishio, menos aún si no sabían si contaban con otro Rengoku o similar. Una cosa es pelear con honor, otra es ser simplemente, loco.

- Kenshin- dijo Kaoru- Será mejor que vayamos a comer algo… Ahí encontraremos al resto y le diremos los planes que se avecinan.

- Es buena idea- dijo él distraídamente- Muy buena idea- y sin pensarlo tomó la mano de Kaoru.

Texto agregado el 30-10-2009, y leído por 91 visitantes. (1 voto)


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