¿Qué nos queda después de todo estos años? no queda nada, ni rastros de lo que éramos en esos amaneceres junto al río. Me siento una muñeca desechada por el destino. Hoy estoy frente a tus ojos y no sentimos nada, me doy la vuelta y busco mi destino. Mi vida pasada contigo solloza en los ojos estelares que nos miraron desde el universo.
Me pesa el corazón, por aquella historia hermosa de pasion, que murió ahogada por nuestros corazones aprendiendo a amar, juntos hicimos que ese amor naufragara en oleadas frías, y nos herimos mutuamente.
Hoy no quedan rastros de esos besos de amanecer, ni cenizas de sonrisas de miradas apasionadas, hoy estamos de espaldas, enfrentando a nuestros destinos, comenzando nuevos caminos, y no sentimos nada.