Sereno el camino se alargó
Polvoriento, silencioso se alargó
Hasta borrar con la distancia
Mis huellas en tus recuerdos
Me alejó del pueblo y su rio
Del aroma a menta y yerba buena
De mi casa de adobes y tejas
De la chispa juguetona de tus ojos

Se sucedieron los calendarios
Uno tras otro, implacables, incontables
Un vaho de nieve tiño mis sienes
Mis pasos se hicieron mas lentos
En mi equipaje un camaleón de emociones
Abrasadas a las cenizas del ayer
Me hace buscar la canción indomable
Que nos regalaban el viento y los cipreses

Nada queda, nadie queda
Que buscas forastero trashumante
No esta la casa, no esta el boliche,
No esta el panadero, ni la plaza es tan grande
No me reconocen, ni yo a ellos,
En una cruel vitrina que no estaba
Veo mi imagen, y comprendo
Nada de mi queda, no soy el de ayer

Cae la noche y una luna trisada
Platea de luz el camino
Que me aleja del pueblo y del rio,
Del aroma a yerba buena,
De las ruinas de mi casa
Y de la esperanza de mirarme
En la chispa juguetona de tus ojos