“CRUEL DESTINO”

Mi nombre: Juan Carlos Santillán Uresti
Mi esposa: Beatriz, una mujer hermosa, bella…deseable; cual si fuera una modelo o actriz, pero de carácter débil, fácil de manipular. Y de engañar.
La culpa: su baja autoestima; aunque…creo que parte de esa culpa la tengo yo.

Miércoles 22 de Abril del año 2009
Llego a casa por la tarde después de haber atendido una “cita importante de negocios”. Entro al departamento, en el que para mi se respira y se siente la calidez y la armonía de un hogar tranquilo, pacifico, casi perfecto; sin embargo, ese día lo sentí diferente. No escucho ruido alguno, cuando debería haberme recibido Beatriz, con su acostumbrado “Hola mi amor… ¿Cómo te fue? “
La llamo, “Beatriz…Beatriz”, no responde; la busco en la cocina, no está ahí; entro a la recamara pero no la veo, el televisor esta encendido…”debe estar aquí”, hay luz en el baño.
Me siento sobre la cama y la llamo nuevamente, “Beatriz…Beatriz”, no responde; un miedo confuso invade mi mente; no quiero abrir esa puerta, imagino lo que encontraré; sin embargo, algo dentro de mi me dice que lo haga, que puedo cambiar las cosas.
¡Abro súbitamente la puerta!…ella está ahí. Sentada en la regadera, más blanca que de costumbre, recargada en una esquina, desnuda, hermosa, con los ojos medio abiertos, sus brazos flácidos aún gotean…maravillosas gotas de vida que los recorren, siguiendo esa bella figura que forman sus piernas, para terminar finalmente en el piso de la regadera.
Espesas gotas púrpura que contrastan con el pálido de su piel.
Se perfectamente que de un segundo de socorro…de auxilio, depende su vida o su muerte, sin embargo, ¡una extraña sensación de curiosidad, de morbo! hace que me quede ahí, perplejo, parado frente a ella, observándola. Su cabello mojado se adhiere firmemente a su cuerpo, como si estuviera asustado, se abraza a su frente, a sus suaves mejillas, a su dulce cuello, rodea sus hermosos y bien delineados senos para terminar prendado de sus pálidos y firmes pezones. ¡Pero sus brazos están desgarrados! Los finos y profundos cortes que los recorren hacen que luzcan así, a lo largo del antebrazo y hasta las muñecas.
Veinte gotas de sangre observe caer desde su pierna hasta el piso de la regadera; antes de salir de ese baño para vomitar, el olor tan fuerte a choquía me revolvió el estomago hasta producirme nauseas, ¡salgo rápidamente al patio para devolver el estomago y tomar aire! Ya más tranquilo, de mi celular llamo a una ambulancia, tardan 20 minutos en llegar. Me quedo 5 minutos en el patio recuperándome, hasta que entro nuevamente al baño, siento un intenso y muy profundo dolor; me acerco a Beatriz, la abrazo…la beso; su cuerpo esta tan frío, ¡es repugnante tocar un cuerpo así de frío! sin sentir los latidos de su corazón, sin sentir su alma; me invade la tristeza. Han transcurrido 10 minutos desde que volví a entrar al baño, en seguida cierro sus ojos con mi mano, me levanto y voy a lavarme los brazos manchados de sangre, intento cambiarme de ropa pero llegan los paramédicos en la ambulancia, solamente para confirmarme lo que ya sabía: ¡ella está muerta!.
Es una lástima, ¡nunca aprendió que sobrevivir a éste mundo te cuestan los huevos, no la vida…tonta!
Afuera de la recamara, aguardo a que el médico forense termine de dar fe de lo ocurrido; salen del departamento con el cuerpo sobre una camilla y cubierto con un plástico azul.
Me levanto de la cama (la soledad a veces es triste y patética); seco mis lágrimas, me cambio de ropa y me voy al teatro, el espectáculo dará inicio, tengo función a las 8:00 PM y son las 6:30 PM.
Obra: “Cruel destino”
Autor: Toreda
Personaje: Julio
Resumen de la obra: Julio mata a su concubina por una lucha de poderes.

¡LO QUE NO TE MATA…TE HACE MAS CRUEL!

FIN