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Un Lugar Cerca de Ti (capítulo 5)



Encontrar abierto el respiradero que serviría para retornar a la superficie fue satisfactorio, pero mejor el comprobar que un montículo de rocas acumuladas, producto de antiguo deslave, permitiría remontar a las dos mujeres los seis u ocho metros que necesitaban para alcanzarlo, de manera que Patricia descargó mucha tensión.

--Me pregunto qué hubiera ocurrido en caso de haber encontrado obstruido el respiradero –interpeló Patricia mientras escalaba aquellas rocas, aún cuando temía escuchar una respuesta que rondaba por su mente.

--Nada que temer, simplemente hubiéramos caminado un rato más. Existen por lo menos cuatro o cinco respiraderos accesibles en los primeros tres kilómetros de este túnel, estamos alcanzando el primero. –respondió Bertha

--Se ve que conoces muy bien el lugar.

--Lo suficiente para no perdernos, así que, tranquila.

--¿Se puede saber el motivo por el cual te volviste tan experimentada guía en minas abandonadas?

--Preferiría que no lo preguntaras... Al menos por ahora.

Llegar a lo más alto de aquel montículo no fue tarea fácil, la humedad adherida a las rocas dificultó la maniobra, pero al fin, con agilidad y mucho valor volvieron a la superficie, a las tolvaneras y al sol inclemente que laceraba la piel con ardientes rayos, mas con todo, preferible a las condiciones que ofrece la vida subterránea.

De nuevo en la carretera, de regreso hacia el pueblo Patricia meditaba mientras Bertha conducía la camioneta.

--Estás muy pensativa –comentó Bertha.

--Pienso en los múltiples peligros que encierra el lugar. Definitivamente es hermoso, lleno de aventura y con mucha magia, pero quizá sería imprudente incluirlo en una guía pensada para paseantes inexpertos, atrevidos e irreflexivos...

--En las condiciones en que se encuentra sí, pero abriendo la boca principal, trazando rutas, habilitando guías sería muy diferente. Todo eso daría vida al pueblo, es lo que hace falta para salir del estancamiento en que nos encontramos.

--Pues sí, en eso tienes toda la razón.

--Quizá tú no lo has notado, pero sólo tu presencia ya está beneficiando a Bulmaro con un dinero que nunca esperó recibir. El motel tiene una huésped fija y no sólo viajeros que llegan a descansar del camino por unas horas, la cafetería, el restaurante, incluso el bar se han beneficiado contigo. Piensa en lo que sería si llegaran diez personas en una semana, luego cien. Ahora encontraríamos muchos contras para emprender esta empresa, conozco a mi gente, pero si tú lo promueves y los visitantes comienzan a llegar, los pobladores se darían cuenta de los beneficios y esto levantaría como la espuma.

--Yo había pensado que te mostraba los hilos negros cuando te hablé de promover la estación del ferrocarril, pero me doy cuenta de que conoces a la perfección los beneficios que acarrea la actividad turística, lo tienes muy claro.

--No se necesita mucha inteligencia para comprenderlo, por eso me parece increíble que haya gente que se oponga a la llegada de fuereños cuando representan fuentes de empleo.


De nuevo sumida en sus pensamientos Patricia se preguntaba quién era en realidad Bertha, llena de sorpresas, mujer enigmática, pero a la vez extrovertida, atrevida, emprendedora, muy trabajadora, además de inteligente, bella, agradable compañía... y qué decir de lo bien que bailó aquella noche en el bar.

--Bertha, estoy pensando que es muy poco lo que sé de ti.

--¿Hay algo en especial que quisieras conocer? Si te apetece, pregunta.

--Bueno, no me lo tomes a mal, pero quisiera saber qué hace alguien como tú, con tantas inquietudes, a eso me refiero, en un lugar tan quieto como este.

--Lo mismo me he preguntado infinidad de veces, supongo que espero que ocurra algo; algo así como un milagro. Quizá no valga la pena la espera, quizá lo mejor sería dar vuelta a la página y permitir que la vida continúe... Simplemente no lo he hecho, aquí sigo, pero no significa que nunca lo haré.

--¿Tiene algo que ver con alguna relación sentimental? Dime ¿tienes pareja?

--Estuve casada.

--¿Y?

--Preferiría que no hablemos sobre eso.

--Hay muchas cosas sobre las que preferirías no hablar, aún cuando me dijiste que preguntara, pero está bien, lo acepto y lo respeto.

--¿No estarás desconfiando de mí?

--Para ser sincera, pienso que debería desconfiar, son tantas las preguntas y tan pocas las respuestas... Sin embargo, algo en mi interior me dice que debo creer en ti, que eres buena persona.



Al regresar a su habitación, lo que Patricia más necesitaba era un buen relax en agua caliente. Preparó la tina, se despojó de sus ropas impregnadas de lodo y de sudor; sumergió su espigado cuerpo en la linfa enriquecida con sales aromáticas. De inmediato se sintió invadida de dulce placer, sensación que intensificó con el roce de sus manos sobre la piel blanca y tersa. De nuevo, Bertha entró en sus pensamientos, aquel soul que sonaba en el bar, los movimientos suaves de ambos cuerpos dejándose llevar por la música... Y aquel beso inconcluso.

Habiendo alcanzado un estado de relajamiento dejó que su mente volara. Transcurridos unos minutos salió de la tina y sin cubrir su desnudez alcanzó el teléfono móvil, marcó un número y esperó respuesta.

--Hola ¿Patricia?

--Sí Bertha, soy yo. Sabes, me preguntaba si podremos ir a bailar esta noche...



Patricia empleó el resto de la tarde para buscar en la ferretería del pueblo los implementos y las herramientas que necesitarían para volver a la mina al día siguiente. Entrada la noche, conducía su auto deportivo hacia el restaurante donde se encontraría con Bertha para seguir hacia el bar. Sin darse cuenta de dónde surgió, de pronto tenía tras de sí un vehículo de la policía. Tan inesperada fue su presencia como lo fue el encendido de las luces de torreta y la indicación para que detuviera la marcha.

Un hombre flaco, de baja estatura y de avanzada edad, vestido con uniforme policial, se acercó hasta la ventanilla de su auto.

--Buenas noches oficial ¿algún problema?

De ojos sumidos y mirada penetrante, aquel sujeto inspeccionó visualmente el interior del vehículo antes de responder.

--Por ahora creo que no, sólo quiero hacerle algunas preguntas.

--¿Un interrogatorio?

--Si necesitara interrogarle lo haría en la comisaría y no aquí, es sólo curiosidad.

--Bueno, pregunte.

--Supe que ayer estuvo por la vieja mina, también supe que ha estado adquiriendo herramientas que no muy frecuentemente se ven en manos de una dama como usted, lo que no se me ocurre es el por qué todo esto, por qué su presencia en el pueblo y qué está buscando en la mina.

--Si oficial, también yo he sabido que aquí las noticias vuelan. En cuanto a sus dudas, le diré que soy periodista y que hago algunos reportajes con fines de promoción, digamos que reúno información para paseantes de aventura.

--Y qué le hace pensar que aquí los paseantes son bienvenidos, que aquí estaríamos interesados en recibir a extraños aventureros que sólo traen problemas.

--¿Problemas? Fuentes de empleo diría yo, dinero que nunca cae mal, sobre todo cuando no hay mucho que hacer para ganarlo honestamente.

--¿Pero usted ha tomado en cuenta que la mina es una propiedad privada, que podría detenerle por allanamiento?

--He tomado en cuenta que para detenerme por allanamiento debe existir una petición del afectado, precisamente por ser propiedad privada, y también he tomado en cuanta que los propietarios se encuentran muy lejos de este poblado y no habrán hecho tal petición, pero usted no ha tomado en cuenta que yo podría contar con el permiso, y que podría ser verbal.

--Veo que sabe responder. Bien, creo que es todo... por ahora. Puede seguir su camino.

El agente hizo ademán de retirarse, sin embargo regresó simulando que recordaba algo.

--Por cierto, qué le relaciona con la mujer que le acompaña por todas partes desde que llegó al pueblo.

--Me relaciona una gran amistad, además de que conoce el poblado y me guía.

--¿Y la conoce usted bien? ¿Conoce sus antecedentes?

--Agradecería que fuera más directo a lo que le inquieta, qué es lo que quiere saber.

--No, nada. Dejémoslo así, sólo le aconsejaría tener más cuidado con las personas que le acompañan.


Continuará la próxima semana

Texto agregado el 07-10-2009, y leído por 308 visitantes. (15 votos)


Lectores Opinan
29-12-2009 Mucho misterio en torno a Bertha; y la verdad es wque Bertha no acaba de soltar lo que lleva dentro. La intriga crece y con ello ekl interés del relato. Un abrazo, sigo... josef
28-12-2009 A cada entrega de esta novela que para el lector la agradable inquietud de imaginar el desenlace de la trama. La narrativa es cuidadosa en cuanto ir dejando el suspenso a flor de piel. Seguiré leyendo con mucho interés. Afectuosos saludos. sagitarion
20-10-2009 Mmmmmm,pero que increíble. Ahora la incógnita es Berta. Será algo relacionado con su matrimonio,no se siente una mala persona. Quizás su tendencia sexual? Bueno,creo Patricia tiene claro ese asunto,son iguales... Bueno en todo caso,consigues lo que pretende un buen escritor,dejarnos pensando. Fijaté que no vine a leer antes para no quedar en suspenso,por eso vine hoy a leerlos todos,soy demasiado obsesiva para esperar******* Un beso Victoria 6236013
14-10-2009 Joer, aghhhh!!! Se me hará eterna la espera!!! ***** MariBonita
10-10-2009 La intriga va en aumento. Tiene un ritmo muy ágil y cinematográfico tu historia. Carlos. carlitoscap
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