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Inicio / Cuenteros Locales / Lady_J / En busca de la luz

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Había una vez un hermoso reino lleno de bosques lagos y valles. Este reino se llamaba Glück. Aquí, todos Vivian felices y prósperos gracias a la luz de Glück.
Un día, alguien la robó.
- OH, no!! – dijeron todos en el reino.
- Sin la luz, nuestros cultivos se morirán y el cielo se cubrirá de nubes!!
Todos se pusieron muy tristes al escuchar la noticia.
- Quien pudo robar la luz ¿? Y para que la querría??¿¿
- Fue el mago de la montaña!!– dijo un encapuchado
Eso era terrible, si la luz no volvía, el reino entero quedaría hecho ruinas.
- alguien debe ir a buscarla
Pero quien?? Nadie se atrevía a salir de Glück, era demasiado peligroso.
- Yo iré – dijo una joven entre la multitud. El reino entero se volvió a verla – Yo iré – repitió con convicción.
- Tendrás que cruzar la laguna azul, atravesar el bosque sombrío y escalar la montaña escarchada, además corres el riego de encontrarte con el toro rojo. – dijo alguien a quien no se alcanzó a verle el rostro – Estas segura de querer emprender tamaña aventura??
- Alguien tiene que hacerlo – dijo La joven.
Esta muchacha se llamaba Nadia. No era muy atlética ni muy valiente. Tampoco había echo alguna gran proeza, pero su hogar necesitaba ayuda y ella se la daría.
A la mañana siguiente, todo el reino de Glück fue a despedir a Nadia.
La joven se encamino a la Laguna azul. No era difícil encontrarla, lo difícil era cruzarla. Nadar era imposible pues era muy grande y profunda, sin contar con las horribles criaturas que se escondían en sus profundidades. No tenia otra opción que encontrar a alguien q la cruzara en barca. Nadia se puso a caminar por la orilla hasta que a lo lejos diviso una figura. Con curiosidad se acercó hasta ella y descubrió que se trataba de un anciano.
- Señor – dijo Nadia al anciano – Necesito cruzar la laguna, podría usted ayudarme??
- Puedo- dijo el hombre con voz gastada. Traia puestas unas ropas tambien gastadas – pero tendrás q darme algo a cambio.
- No porto nada de valor, señor, que puedo ofrecerle??
El anciano la mió y sonrió amablemente.
- El viaje a través de la laguna es largo, si me conversas durante el viaje me dare por pagado.
Así lo acordaron y en menos de una hora ya estaban en la mitad del trayecto.
- Creía que había monstruos en esta laguna – comento Nadia.
- Y los hay – dijo tranquilamente el anciano – pero deben estar durmiendo.
Nadia siguió relatándole el motivo de su viaje.
- Muchas gracias – dijo Nadia cuando llegaron a la otra orilla.
- Fue un placer escuchar tu relato, ten – dijo el anciano tendiéndole una extraña hoja violeta – Encuentra la hoja azul, puede que alguien la necesite.
- Gracias – dijo algo extrañada. Guardo la hoja con cuidado y se fue.
Cuando ya estaba llegando al linde del bosque, escucho que el anciano le gritaba:
- Ten cuidado con los lobos!!!
Luego, se dirigió al bosque. Le llamaban bosque sombrío debido a las sombras terroríficas que proyectaban los árboles y la constante penumbra que reinaba en el.
Mientras caminaba, el silencio se apoderaba del bosque. No era frió como había creído, el ambiente resultaba muy agradable pero la temperatura no atenuaba la sensación de soledad que la invadía.
- Si al menos tuviera compañía…
Justo en ese momento, unos feroces aullidos rasgaron el silencio imperante en el bosque. El miedo se apodero de ella y echo a correr.
- Esta no era la compañía que quería – pensó con temor. Corrio y corrio un buen trecho. Los aullidos parecian perseguirla!! Sin embargo, tan súbitamente como habían aparecido, los aullidos cesaron.
Con el corazón en la mano, empezó a caminar mas lento, pero no había andado mucho cuando escucho otro sonido. No era un aullido amenazador sino un gemido de dolor. Siguió el sonido y luego de cruzar unos arbustos se encontró con una hermosa criatura. Parecía un lobo, pero era más grande e imponente. El animal estaba herido y se quejaba con dolor. Era de color marrón oscuro.
- Tranquilo – le dijo acercándose con cuidado- no te haré daño. Tranquilo.
Nadia se acerco más y con cuidado le curo la pata lastimada. Cuando hubo acabado, el lobo acerco su enorme cabeza a la de Nadia .
- Gracias-
Había escuchado bien?? Un lobo le staba hablando??
-Gracias- repitió el lobo con voz profunda.
El lobo intento pararse pero no lo consiguió.
- Tal vez deberías descansar – sugirió ella en un murmullo.
- Tienes razón – y dicho esto se acomodo en el suelo junto a ella.
Nadia no salía de su asombro.
- Que haces en un lugar como este, niña?
- Debo llegar hasta donde el mago – susurro aun temerosa de que aquel animal pudiera atacarla.
- Eres una niña muy extraña. Acaso no sabes que donde vive el mago, también vive el toro rojo??
- Lo se, pero no tengo alternativa.
- En agradecimiento por haberme curado, te llevare hasta donde está el mago y me encargare de que vuelvas sana y salva a tu hogar..
- Muchas gracias, pero no tienes que hacerlo, estás lastimado.
- No importa, saldremos mañana en la mañana – y sin más se acurruco junto a Nadia para dormir.
A la mañana siguiente, el lobo la despertó con suavidad acariciándole la mejilla con el morro. Luego de que Nadia comiera algo, se pusieron en marcha.
Mientas caminaban, el lobo le pregunto:
- Como te llamas, niña?
- Me llamo Nadia y tu?
- Tienes un nombre hermoso, mi nombre es Kradom.
Siguieron caminando.
- Como te lastimaste??
- Me atacaron – dijo cabizbajo. Un gran peso parecía cargar aquella hermosa bestia.
- Por qué me ayudaste?? – pregunto Kradom luego de un rato en silencio.
- Porque estabas lastimado – dijo como si fuera lo más obvio.
- Gracias –
Cerca de la media noche, llegaron a un pequeño claro aunque el cielo estaba cubierto por las copas de los árboles.
- Creía que aquí habían lobos - dijo distraídamente
- Y los hay, solo que no se dejan ver.
Mientras se acomodaban para pasar la noche, Nadia se dio cuenta del resplandor azul que irradiaban los árboles. De un salto se levanto para sacar una hoja, pero estaban demasiado altos. Kradom se levanto y le hizo señas a Nadia para que trepara su lomo.
- Gracias – dijo Nadia mientras se bajaba y con cuidado la guardo junto a la hoja violeta.
- A Dormir niña.
Tres días se demoraron en llegar a la salida del bosque y otros dos en llegar a la montaña.
- Tendrás que subirte a mi espalda, así iremos más rápido y no tendré que preocuparme por si te caes por el barranco – dijo el lobo soltando una risita perruna.
Ya faltaba poco para llegar, se podía ver la casa del mago.
- Helos aquí!! – dijo el mago cuando estuvieron a su alcance – Creí que ya no llegarían.
Nadia estaba desconcertada.
- Nos estaba esperando??
- Claro que sí. Trajiste la hoja azul?
Solo entonces se fijo en la apariencia del mago. Era el mismo anciano que la había ayudado a cruzar la laguna!!
- Si la traje.
- Me alegro, pasen, pasen.
Nadia entro seguida de Kradom.
- Dame las hojas – dijo tendiéndole una mano. Nadia se las paso como una autómata.
- Podría decirme donde tiene la luz de Glück?
- OH claro, casi la olvido – dijo mientras ponía a hervir las hojas – Rotier la esta cuidando, tranquila.
De la infusión salio un olor muy agradable. El mago la vertió en una fuente y se la dio al lobo. Este la miro con desconfianza.
- Es la única forma – dijo el mago. Kradom miro a Nadia y luego bebió a lengüetazos la bebida.
Cuando no quedo nada en la fuente, algo increíble sucedió. Kradom empezó a brillar, la luz era tan intensa que Nadia tuvo que cerrar los ojos. Cuando los abrió, se quedo con la boca abierta. En lugar de un enorme lobo, había un apuesto joven moreno.
- Me va a dar algo si no me dicen que pasa aquí – dijo la joven con los ojos como platos
- Te lo explicare, mi niña. Kradom es príncipe de un reino vecino al tuyo. Pero era un joven muy presumido y altanero. Su padre me pidió le diera una lección, solo entonces podría ascender al trono. Para ello, lo convertí en lobo, una criatura repudiada por la mayoría de los humanos. El contra hechizo es fácil, pero solo alguien valiente y con un corazón puro podría sacar las hojas azules.
Kradom se mantuvo alejado mientras el mago hablaba.
- Pero yo no soy valiente – dijo ella.
- Como que no?? Acaso no fuiste tu la única que se ofreció a ir en busca de la luz aun con todos los peligros
Nadia lo pensó durante un momento y luego sonrió.
- Ya podemos ir por la luz??
- Claro, claro. Nos esperas aquí Kradom??
El joven asintió.
El mago y Nadia rodearon la casa para ir a dar a un establo. Y ahí estaba Rotier, el terrible toro rojo, pastando como cualquier animal rumiante. El anciano cogió un frasco envuelto en un paño que brillaba.
- Y yo que creía que el toro era terrible- dijo Nadia acariciándole el lomo al animal.
- Las apariencias engañan, mi niña.
Volvieron a la casa, ahí los esperaba Kradom.
- Es hora de volver – dijo el mago dirigiéndose al muchacho
El antiguo lobo tomo la mano de la muchacha. Esta se extraño, entonces con una hermosa sonrisa le dijo:
- Aun tengo que saldar mi deuda.
Y tomados de la mano volvieron al reino de Glück.
Al llegar, Nadia fue recibida como una heroína. Todos festejaban que la luz había vuelto
Tiempo después, Kradon volvió a su reino para asumir el trono pero no perdió el contacto con Nadia. Tres años después de que la luz de Glück fuera devuelta, Nadia se casó con Kradom.

Texto agregado el 21-08-2009, y leído por 240 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
06-03-2010 las apariencias engañan, uno esperaría que el toro rojo opusiera resistencia a la búsqueda de tan preciada luz. pero ya está, por algo estos cuentos son mágicos, y tú lo has manejado bastante bien. quilapan
26-11-2009 Vez de oportunidad de turno se escribe con "z", la ves de mirar de ver se escribe con "s", corrígelo. Despues te haré más comentarios mariodelafuente
21-08-2009 Me gusto mucho. Hakovich
 
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