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Magia Interna – Capítulo II
El conocimiento
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Basándome en todo lo que había conocido hasta el día en que Leo me ofreció un trato para ingresar en Capsula, yo me creía un ser sumamente especial. Ahora que empiezo a conocer otro mundo, la idea de sobresalir aquí me ha quitado capas – como a la cebolla – de vanidad.

- Has elegido el camino más adecuado Altaír – dijo Leo en voz serena mientras conducía.
- Sí, eso quiero creer, aunque…
- ¿Sucede algo?
- ¿Por qué venimos conduciendo un camión repartidor de leche?
- Vamos a donde se encuentra el centro principal de operaciones de “Capsula”.
- ¡Huy ahora si te creo que son especiales! – Dije con cierto sarcasmo –, vamos al cuartel general. Sí y ser repartidores de leche es la mejor manera de pasar desapercibidos.
- Tranquilo chico, todo se entiende en el justo momento, no antes, no después.

Recorrimos gran parte de la ciudad entregando leche y productos lácteos a diversas tiendas, después de la comida del restaurant en la que acepte el trato Leo y yo nos encaminamos a una calle en donde se encontraba esta camioneta blanca, me dio ropa a mi medida y el tomo la suya, ropas blancas claro, para que combinen con la leche, con la intolerancia a la lactosa que tengo. Seguimos así hasta la tarde, el viaje a sido largo y salimos fuera de la ciudad, no alcanzo a distinguir bien la carretera, parece que después de salir del hospital ponerte a trabajar no es el descanso idea, no se me da eso de salir de noche sin mis lentes, el chiste es que Leo doblo en un camino de terracería, no había ni un solo letrero que indicará el lugar al que nos dirigíamos, empecé a dormitar a causa del bamboleo de la camioneta, no sé cuánto tiempo paso y si me quede dormido, fue entonces cuando sentí que nos detuvimos, abrí mis ojos y Leo dijo:

- Baja, hemos llegado, si es un poco tarde, pero igual te ha hecho bien el ejercicio.
- Yo creo todo lo contrario. ¿Dónde estamos? – pregunte mientras me rascaba mi ojo derecho, el sueño me ha vencido, hasta una lagaña me salio.
- ¿Pues dónde será? En “La Oculta”
- ¿Qué? – dije amodorrado. ¿Hemos venido por más leche?
- Y qué sino chico, esta fabrica productora de leche y productos derivados pertenece a “Capsula” ¿apoco crees que tiene dinero nomás porque si?
- Pero… ¿Leche? Y los alquimistas, qué no hacen oro.
- ¿Qué tiene? Cualquier negocio es bueno. Los alquimistas solo hacen la inversión inicial, en ete nuevo mundo de reglas nos tacharían de enriquecimiento ilícito. Lo que menos queremos es que nos investiguen.
- Sí, claro. Tengo intolerancia a la lactosa - le dije a Leo directamente.
- Qué bien, algo más en lo que trabajarás, ahora baja de la camioneta, nos están esperando.

Parece que a este viejillo le da igual mis broncas; baje de la camioneta medio mareado, casi me resbalo entre la tierra, es una fábrica de productos lácteos inmensa, escuchaba como el aire rosaba mi cara y gente trabajando en un almacén de enfrente, Leo me hizo una señal de que le siguiera, llegamos hasta una casa enorme, situada después de la fábrica, entramos por la puerta principal que estaba totalmente iluminada, la habitación estaba repleta de pilares color blanco, formaban un círculo, cada uno separado por unos dos metros, un gran Candelabro se posaba en el techo, un mueble circular se encontraba al centro de la habitación, ahí, vestida en color blanco (qué solo hizo recordar más la leche) se encontraba sentada una mujer, aparentemente tiene unos veinticinco, veintiséis años de edad, lleva un vestido de una sola pieza, unos finos aretes le cuelgan de cada oído y terminan en… sí, una bolita color blanco, unos guantes largos hasta por arriba de los codos en color… vale, ya entendí, los zapatos son finos, pero no sé describirlos, solo son… más opacos que el resto del ropaje. Leo se inclino e hizo una reverencia, después lo trate de imitar pero apareció un hombre con un traje… les encanta ese color, el fornido hombre es de piel oscura, casi sin pelo, nariz chata y gruesa, mide como un metro ochenta, entonces con una de sus manotas se interpuso entre la señal de reverencia y mi pecho, me levanto con firmeza y suavidad.

- Tú aun no eres aceptado, no necesitas hacer nada formal.
- Está bien Feiro – dijo la mujer mientras esbozaba una sonrisa y ladeaba un poco su cabeza. No todos los nuevos son educados.

¿Educados? – pensé para mí mismo. ¡Pamplinas! Solo que si no lo hacia quien sabe qué me harían, a lo mejor me echaban un hechizo o me sacaban un arma, o peor aún, me ofrecían un vaso de leche.
- Feiro – dijo la mujer – no le ofrezcas leche a nuestro aprendiz, parece ser que tiene algunas dudas y es intolerante a la lactosa.
- Entendido mi señora – dijo Feiro, mientras una de sus manos tocaba su abdomen y se inclinaba.
- ¿Cómo lo ha sabido? Espere, ya sé desde que vi lo que hizo Leonardo casi me lo imagino, y no me sorprenderá, usted ¿Lee la mente?
- Je, je – sonrió la mujer mientras posaba una de sus manos en su boca, como riendo tímidamente – casi me descubre joven Altaír, la verdad es que, hemos venido monitoreando toda su conversación con Leonardo, si bien recuerdo, usted le comento que tenía intolerancia a la lactosa recién llegaron a nuestra fabrica.
- Bruja – dije sin vacilar – eso no se hace.

Inmediatamente Feiro se coloco en una posé como de arte marcial, miro a mis ojos, Leo, se tomo con una de sus manos la frente y movió la cabeza de un lado a otro, como diciendo, no, no, no.

- Feiro – dijo la mujer – está bien, creo que el joven Altaír me ha dicho indirectamente que eso no le gusta.
- Pero, Señora.
- No todos tenemos la habilidad de decir las cosas de manera “educada”.
- Como usted diga, pero a usted le pido – me dijo mientras bajaba sus manos y recuperaba su postura - que respete a la señora.
- Disculpa Altaír – me dijo la mujer – pero, con los novatos nos tomamos más precauciones de las que muchos querrían, también quiero disculparme, aun no te he dicho mi nombre, vos tampoco, pero no era necesario, ya lo conocía desde hace mucho tiempo, me llamo Sifr.
- Va, bonito nombre y ¿te dedicas?
- A partir de mañana, a ser tu instructora.

Fin de la segunda parte - 30 de julio de 2008
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DTWiil

Texto agregado el 23-07-2009, y leído por 172 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
07-08-2009 buena idea, tienes un tema, debes tallerearlo porque ademas de los errores de "dedo", no manejas bien los tiempos verbales, es decir tienes pasados junto con presentes y luego regresas al pasado en la misma oracion y eso confunde, checa esos detalles, tambien el hecho de corregir las palabras repetidas, el vocabulario es inmenso aprovechalo la-chika-del-espejo
25-07-2009 Bueno, como no he leido la primera no puedo entender mucho más de que al protagonista le hace daño la lactosa ... Emmm esperaremos la continuación supongo. Tienes algunos errores de tipeo y pronombres de posesión repetitivos . Está bien narrada, es ligera y ordenada. erasequeseera
 
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