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Andrés se encontraba vistiéndose en su habitación, la cual quedaba en el piso de arriba.
Una larga y retorcida escalera de caracol dividia las plantas.
Julia esperaba al pie de dicha escalera.
Andrés estaba terminando de últimar los detalles de su traje, cuando vió el álbum de fotos de 1935.
Lo cogió de la estantería y comenzó a abrirlo.
Fotografías de su familia, de sus abuelos, de amigos de sus abuelos, del servicio que atendía las necesidades de áquella casa en dicha época.
Todo estaba en áquel coleccionable en color sepia.
Según pasaba las páginas, la atmósfera de la habitación íba recogiendo una nube que envolvía la misma, una nube que hacía que Andrés viajara en el tiempo hasta 1935.
Julia impaciente mientras esperaba a que Andrés bajara la escalera, comenzó a subirla hasta que llegó al sexto escalón.
A partir de allí, Julia no podía seguir subiendo, la atmósfera que rodeaba la habitación de Andrés estaba presente también en áquel escalón.
"Andrés, ¿ Te falta mucho para bajar ?, llevo esperándote media hora y no se nada de tí. ¿ Te encuentras bien ?", inquirió extrañada por el impedimento a que se veía sometida y al silencio tan sepulcral que tenía Andrés en esa media hora que lo llevara esperando.
Andrés no contestaba, Andrés no estaba en el mismo tiempo que Julia, su viaje a 1935 le inhibía de todo lo que en el presente pudiera estar sucediendo.
Julia volvió a bajar la escalera y mirando entre el hueco de la misma, empezó a pensar en llamar al médico de la localidad.
El doctor Erick era un antiguo amigo de Cuba que vino a España y se estableció en áquella
pequeña ciudad, el mismo médico que trató al padre de éste, antes que a él.
Julia lo llamaría y si algo le pasaba a Andrés éste le asistiría, siempre y cuando pudiera subir
áquel escalón que élla por alguna extraña razón, no había podido subir.
Julia salió de la vivienda y cogiendo su coche, puso rumbo a la casa del doctor Erick.
Llegó a la misma y llamando al timbre, esperó que la puerta se abriera.
Su cara estaba demacrada, sus manos sudaban, deseaba más que nunca que el doctor Erick
pudiera ir cuanto antes a la casa de Andrés.
Por fin, la puerta se abrió y el doctor Erick, apareció trás la misma.
"Buenas tardes doctor, por favor, tiene que venir a la casa de Andrés, es urgente, no se lo que le pasa, no contesta, y hay algo extraño en la escalera, algo que no me permite subir a su habitación", dijo Julia muy alterada.
"Buenas tardes Julia, ¿ qué le ha pasado a Andrés ?¿ algo que no te permite subir a su habitación, dices?, bien permíteme un momento por favor, cogeré mi maletín", dijo el doctor Erick frunciendo el ceño.
"No se que le ha pasado, no se que ocurre en esa escalera, pero no puedo acceder al piso de
arriba", contestó Julia abriendo de par en par sus ojos, en una expresión extraña, cómo si
estuviera ida totalmente.
El doctor Erick, después de recoger su maletín, cerró la puerta de su casa y subiendo al coche de Julia, pusierónse ambos rumbo hacia la vivienda de Andrés.
Llegando a la entrada de ésta, vieron que la puerta estaba abierta, con la prisas Julia no la cerró.
El doctor Erick, se acercó a la escalera y miró por el hueco de la misma.
"Yo no veo nada anormal allí arriba", dijo trás un momento de observación.
"Doctor no se ve, es algo que se siente, es algo que no sé explicar bien, pero se palpa en el
ambiente cuando se llega al sexto escalón de la escalera.
"¿ Al sexto escalón ? ", preguntó el doctor mirando hacía los peldaños de la escalera.
"Si doctor, al sexto escalón", afirmó Julia mirando en dicha dirección también.
El doctor, comenzó a subir contando los escalones, cuando llegó al sexto se detuvo, puso su pie en
dicho escalón e intentó la subida. La subida que iría tranformándole en lo mismo que transformó a Andrés, en un viajero del tiempo camino del año 1935.
El doctor Erick, llegó al final de la escalera sin mucho esfuerzo, y viéndo la habitación de Andrés abierta, entró en la misma con decisión.
"Hola Andrés, ¿ Te encuentras bien ?", preguntó cómo en un saludo viendo a Andrés enfrascado,
dando marcha adelante y atrás al álbum de fotografías de color sepia.
Andrés levantó la cabeza y con una mirada opaca respondió: "Hola doctor Erick, ¿ Qué estás
haciendo aquí ?, Yo no te he llamado, no me encuentro enfermo, ¿ Por qué de tu visita ahora ?, no lo entiendo".
El doctor Erick se acercó y se sentó justo al lado de Andrés.
"Julia me vino a buscar, dice que te lleva esperándo un largo rato y que no sabe nada de tí", le dijo el doctor mirándole fijamente a los ojos.
"¿ Julia ?, ¿ Sigue todavía abajo ?, pensé que se había ido. Ahora no tengo tiempo para élla, debo de acabar de buscar algo que está en este álbum de fotos y que no me deja ser yó mismo",
respondió Andrés con la mirada perdida entre las fotografías.
El doctor cogió el álbum de entre las manos de Andrés, miró la portada, y viajó un poco por las páginas del mismo.
"Yó se que es lo que no te deja ser tú mismo, pídele a la casa que te enseñe la sangre que fué derramada aquí el día que tu abuelo dió la fiesta de carnaval", comentó el doctor.
"¿ La sangre que fué derramada dices ?, ¿ qué ocurrió en esa fiesta, cuéntame ?, ¿ Cómo es
posible que sepas eso ?, ¿ te lo contó mi padre verdad ? ", inquirió Andrés, mirando con sorpresa al doctor Erick.
"No Andrés, me lo ha contado éste libro que tengo en mis manos ahora mismo, y la atmósfera en la que me he visto envuelto cuando comenzé a subir el sexto escalón de esa escalera de caracol,
algo pasó a partir de ese sexto escalón. Pídele a las paredes de este lugar que nos lleven a esa noche, en la cuál algo ha quedado marcado, sin saber lo que és en verdad, sólo veo sangre, la sangre de tu abuelo, pero no puedo ver más", alegó el doctor.
Andrés cerró sus ojos y suplicó a la casa que les llevara a la citada noche de carnaval.
La casa inició un rápido cambio en todas las paredes y el mobiliario.
Se encontraron de pronto en la noche del veinticuatro de Junio de 1935.
Ambos salieron de la habitación de Andrés al escuchar música en la parte de abajo de la casa.
El abuelo de Andrés estaba apoyado en el reposamanos de la escalera.
Todos iban cubiertos con máscaras, máscaras idénticas que cubrían los rostros de todos los
asistentes a la fiesta.
De pronto una mujer se acercó al abuelo de Andrés y sacó un cuchillo de debajo de su vestido.
"No puedes hacerme ésto, yó te amo Eduardo, no puedes volver con élla de nuevo, prometiste amarme siempre, y ahora, vuelves con tu mujer otra véz. Ó eres para mí, ó no serás para nadie más", dijo áquella mujer encedida en un cólera de celos.
El cuchillo se elevó en el aire agarrado fimemente por la mano de la mujer, Eduardo comenzó a subir la escalera aterrado.
Llegando al sexto escalón de ésta, Eduardo recibió una cuchillada en su pierna derecha.
Agarrándose a la barandilla y medio arrastras logró llegar a la planta de arriba.
Andrés miraba la escena hipnotizado moviendo la cabeza de un lado a otro, cómo si no creyera lo que le estaban enseñando sus propios ojos.
La mujer subió con rapidez y trás una nueva puñalada, consiguió llegar al corazón del abuelo de Andrés.
Andrés intentó parar a áquella mujer loca, pero el doctor Erick le detuvo.
"No puedes hacer nada por él Andrés, no estamos en esta época en verdad, es sólo una pelicula que la casa nos está mostrando. Lo siento amigo", dijo el doctor Erick a Andrés, sujetándole por el brazo.
Andrés cerró sus ojos de nuevo y marchando hacía su habitación, se tumbó en la cama boca abajo.
Poniéndose de medio lado, exclamó: "Para maldita sea, para, no puedo ver más, para de una vez esa pelicula y devuélveme a la realidad, al presente".
La casa obedeció las órdenes de su dueño, devolviendo todo a la actualidad.
"Andrés, ¿ no te dás cuenta de lo que está pasando ?, tu abuelo quería que vieras ésto, porque te vas a casar dentro de muy poco tiempo con Julia", le dijo el doctor Erick con el sembrante mirando hacía el suelo del pasillo, la sangre del abuelo de Andrés íba
desapareciendo del mismo.
"La mancha del suelo, ha desaparecido, esa mancha que siempre dijiste que no se podía quitar,
era la sangre de él, esperando éste día para hacerte ver cómo murió", volvió a decir el doctor
sorprendido.
"Julia, puedes subir, ahora el sexto escalón te dejará pasar", gritó desde el pasillo a Julia.
Julia comenzó a subir, contando los escalones llegó al sexto y trás vacilar en poner su pie sobre el mismo, lo hizo, consiguiendo llegar al final de la escalera.
Entrando en la habitación de Andrés, se tumbó al lado de éste y dijo: "Qué miedo he pasado, nunca he tenido tanto miedo a una escalera cómo a ésta de tu casa, Andrés".
Andrés se dió la vuelta y mirándola respondió: "Mi abuelo murió a manos de una mujer, le acuchilló, nunca te dejaré amor mio, nunca haré lo que mi abuelo hizo. Ahora he visto y he
aprendido la lección que quiso enseñarme".
Andrés se incorporó, el doctor Erick le administró un calmante y despiéndose de ambos, comenzó a salir al pasillo.
Mirando hacía el lugar dónde un día hubo una mancha de sangre, movió la cabeza y bajando la escalera de caracol, salió de la casa de Andrés.
Andrés y Julia volvieron a tumbarse en la cama, cerrando sus ojos iniciaron un viaje, un viaje al mundo de los sueños, descansando de todo lo que habían vivido ...

"Un corazón sólo tiene un puntero, dicho puntero sólo debe poner rumbo a otro corazón, si divides el puntero en dos, los celos acabarán con tu relación ó en un arrebato de muerte por amor".

Escrito por Carlos Them

© Copyright Carlos Them 2009. Todos los Derechos Reservados. All Rights Reserved.

Texto agregado el 24-05-2009, y leído por 988 visitantes. (0 votos)


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