LA CALAVERA

Paseaba por la ruidosa ciudad, las calles atestadas de gentes, que iban y venían, yo era una más en la multitud, pasaba desapercibida entre tantos rostros, algunos sonrientes y otros tristes, estaba en medio del mundo, y me sentía sola, con un vacío inmenso en mi alma, ya no ibas a mi lado.....

De pronto me detuve en un escaparate, ¡allí lucía con una gran sonrisa! , una calavera, muy verdadera, me quedé mirando un momento, sentí una morbosa alegría, y mi corazón latió más a prisa, ¡así seremos todos algún día!.

Pensé, y algunos de mis congeneres tan altaneros que van por la vida, tan orgullosos y presumidos; ¡me dan pena!.... Observé la calavera con detención, allí en las cuencas hubieron ojos, de mirada tierna, cristalina, ahora solo un vacío obscuro, pero algo brillaba en ella, y yo sentí que me atraía, y me traspasaba sus vivencias y paradojalmente ¡vida!, que extraño no puedo dejar de mirar, contemplarle, sonreirle y amarle ¿quién fue? ¿quién la moldeó?, la mano de un artista, que puso todo su conocimiento y amor en su creación...

La lluvia comenzó a caer copiosamente desde lo alto, eran mis lágrimas, no por lo que seré al final, sino por lo que soy ahora, un ser humano imperfecto, tan lleno de problemas. de hastío, carente de sabiduría, tanto anhelar amor verdadero ¿para qué?, si ya sé mi final.

¡Ah! esta calavera, me ahyudó a comprender esta vida, con sus altos y bajos, con mis sueños y mi cruel realidad, sin ti, ahora.....

Me quedé por horas allí hasta que pronto mi cuerpo se fue quedando rígido, mi croazón latió más lento, entoces me abrazo el frío de la noche, ya no oía nada, no veía, me iba del mundo, y nadie lo sabía, me desplomé, vi por última vez la calavera y cerré mi ojos para siempre....