Ojo vigilante de la obscuridad
No tengo todo el tiempo del mundo
Se abrió el sendero de la perdición
Dentro del país de los sueños

En la prehistoria de mi vida
El dolor es fértil como la alegría
Me veo y no me estoy viendo
Sólo pienso en la lejanía, como de costumbre.

Durante casi un siglo
No hemos avanzado nada
Con incomprensión y censura
Compruebas mi debilidad y tu fuerza.

Te vas por las cuerdas breves y suaves
No te preocupa escuchar
Así, me desapareces, como tragado por las montañas.
Dibujando mí cara, sobre la palma de tu mano.


Dolor de un recuerdo, apreciado en las bellas artes