Los Amantes del Círculo Polar

Nadie puede cortar una flor sin perturbar una estrella



Al igual que los nacimientos y las mudanzas, la muerte (claro, de otro) brinda la frágil oportunidad de redireccionar los pasos y vulnerar la decisión a las coincidencias y casualidades, como piruetas. Como débiles seres que somos, buscamos la fuerza para sostener el teatro en aquella falsa costumbre de decidir.

Para Ana (Najwa Nimri) y Otto (Fele Martínez) la muerte sirvió de puerta para iniciar una historia de irremediables ciclos incompletos, dentro de uno que, igual que la película, empieza y termina con la misma escena. Con 8 años, se conocen sin querer cuando ella se entera de la muerte de su padre y al huir de la noticia, echa a correr entrando en el camino de Otto. A partir de ahí, una serie de eventos forzados encubiertos de aparente casualidad, harán que la vida de los protagonistas quede inevitablemente unida. Negando siempre una obligada hermandad, imposibilitada por el imán de la pasión, terminan por compartir la casa durante el día y, en secreto, la cama por la noche, dando por hecho que uno estará por siempre en la vida del otro, olvidando que cada una de las decisiones tomadas anteriormente, maquinarán sus propias consecuencias.

Sin el mismo grado de ficción de El Efecto Mariposa, pero si abordando una temática esencialmente parecida, Los Amantes del Circulo Polar recorre los caminos de la casualidad y sus efectos secundarios. Con el recurso cada vez menos frecuente de la narración “capitular”, la historia nos es mostrada desde diferentes puntos; ya sea Ana, ya sea Otto, además de la inclusión del narrador omnipresente, ellos también, que se valen de un hilo de frases poéticas que contrarresten lo insoportable de la realidad.

Así como los nombres de los protagonistas, el suyo es una amor capicúa; lo que mal empieza, termina igual. Ana necesita su irreverencia para no perderse en la razón de la sinrazón, mientras que Otto trata de esconderse en la sombra de la esperanza de un amor eterno, un amor que le llena de dudas.

Eventos naturales como el sol de la media noche en Finlandia y el círculo polar, marcarán un camino silencioso sin destino aparente, como todos los caminos. Los efectos de sus decisiones, quienes les separan, renovarán la idea de una vida sin propósito y que les obliga a inventarse uno, el que sea, con tal de dar sentido a su inconsistencia.

La historia del nombre de Otto será quien posibilite un desahogado final; para una historia de amor poco común, el desenlace siempre debe ser trágico, no debe existir un final feliz. Para el espectador inconforme, esto es gratificante, los amores difíciles nunca terminan bien y eso forma parte del encanto de la cinta.

Es como la seudo historia de aquellos dos que, por casualidad, se encontraron después de cuatro años en la ciudad de los veinte millones, de las nostalgias; entre Donceles y Republica de Brasil y con solo tres días posibles, aquellos dos que nunca supieron interpretar los guiños de la vida, aquellos dos que siempre supieron que su amor consistía en estar separados y que al igual que Ana esperaban casualidades, la mas grande de todas.


Los Amantes Del Círculo Polar
España, 1998
Dirección: Julio Medem
Reparto: Fele Martínez, Najwa Nimri, Nancho Novo, Maru Valdivieso
109 minutos