En esta hora sin dirección
me encuentro ausente de la mirada
que cultiva los momentos de sosiego
en los que me olvido de mi mismo.

Es el espacio sin dirección
el lugar aquel que multiplica una ausencia
hasta volverla insoportable
en las tardes de calles con lluvia.

Este sentimiento de ausencia
ha desonectado mis manos
de las imàgenes que trasmutan
por la alegrìa desconocida.