fue aquella tarde cuando decicí emprender mi marcha dejando atrás los malos recuerdos y los sombríos días. Le dije adios, sin más, una sola palabra de despedida para no volver nunca más, es lo que deseba, no volver nunca más. Había sido completamente infeliz a su lado, estaba muy cansada y solo quería olvidar.Dario era un buen chico, pero no sabía hacer feliz a una mujer, era un gran problema en su vida y por más que se esmeraba en que todo fuera perfecto o casi perfecto, no lo conseguía. Se enfadaba consigo mismo y con el mundo y yo era por supuesto la gran esponja que todo lo absorvía y con la que pagaba su gran malhumor. Estoy harta me dije un día, quiero cambiar el rumbo de mi vida y si tiene que ser lejos de ti, será. Y por fin ha llegado ese día, el día de la gran decisión final. Me voy, con la cabeza muy alta y una felicidad inmensa en mis entrañas, quiero empezar de nuevo, quiero darme la oportunidad de ser feliz, de ser alguien en el mundo, de sonreir... quiero vivir.

Continuará...