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Inicio / Cuenteros Locales / Maite / ¿Que hace una mujer en mi cama?

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El dolor de cabeza es infernal, me he despertado hace dos segundos y no recuerdo donde estoy, no reconozco el entorno. Trato de fijar la vista, focalizar en algún punto que se este quieto durante más de 5 minutos. Luego de sentir una seria preocupación, al fin reconozco mi habitación; estoy en mi cama veo el edredón hecho un desbarajuste sobre ella, veo mis extremidades que sale por uno de los costados, mi mano inconscientemente va hacia mi estomago, será por la molestia que siento en el plexo solar tal vez, ahí me doy cuenta de que anoche no me he puesto mis pijamas. Qué raro, fue el único pensamiento que se me cruzó, siempre me los pongo salvo cuando tengo alguna esporádica noche romántica. A raíz de la indisposición que tiene mi estomago, me decido a pararme para tratar de llegar al baño, todo se me mueve un poco, me preocupé de verás al pensar que me había mudado a una calesita y no me acordaba de tal hecho.
Saqué como pude mis pies por el costado de la cama, los apoyé en el piso, el frío que me recorrió me hizo despertar un poco más. Con los ojos entrecerrados y manteniendo el equilibrio con los brazos a ambos lados del cuerpo, estirándome hacia las paredes para que no se cayeran,enfilé hacie el baño luego de toparme con la puerta del baño, maldecí la costumbre de tener la puerta siempre cerrada, si total vivía sola ¿a quien le iba a importar ver el interior de mi baño?, luché varios minutos con el picaporte, el pillo se escurría y se hacía el duro. Me senté en el inodoro y me dispuse a alivianarme, evidentemente la fiesta debe haber estado muy buena o por lo menos la bebida, es increíble la cantidad de líquido que puede guardar un cuerpo y uno invariablemente se pregunta donde almacena tanto si ya de por sí el 80% del cuerpo es agua, en fin... Así como estaba media dormida creo que dormite un poco mas sentada en el trono, Estaba con la puerta abierta y desde donde estaba ubicada veía mi cama y veía como el edredón formaba una montaña uniforme bastante grande, estaba preguntándome como pude hacer tanto desparramo en mi cama si a lo sumo habré dormido cuatro horas calculando la hora de acostarme y calculando la hora de despertarme por mi necesidad, no pasaron mas de cuatro, los sábados a la noche siempre me acuesto tardísimo entre salidas y amigas termino viendo las luces del domingo antes que a mi cama.
Cuando pensaba todo, siento un dolor terrible en mi seno, me toco y más me duele justo al lado del pezón lentamente agacho mi cabeza para no irme con todo al piso, y veo con gran sorpresa un enorme machuchón, entre nosotros más parece un denonimado chupón, con qué coños me habré golpeado es lo primero que pienso. Luego de escuchar un ligero ruido, miro con un miedo en crescendo como el edredón cobra vida y se mueve, me quedo paralizada viendo el extraño movimiento de la tela, me asusto. Después de tantas películas clase B de terror no me cabe ninguna duda de que el acolchado viene así mi dispuesto a devorarme, de repente veo que se queda quieto y escupe por un lado de la cama un pie, que queda colgando ahí evidentemente no fue bien deglutido pues puedo entrever que esta unido a una pierna, muy bella por cierto; una pierna curvilínea de un color tostado que ha conocido el sol del caribe e imagino que el cuerpo que le sigue debe ser esbelto y si estuviera rematado de una melena larga y rubia sería infartante. Inesperadamente el pie como si estuviera jugando a las escondidas se vuelve a meter dentro de las sabanas, yo pego un salto en el inodoro y me golpeo con la tabla el coxis, sigo pensando como llegué a mi casa y que diablos hice aquel sábado a la noche, me seco con el papel que tenia en la otra mano, me paro y me dirijo a la cama de nuevo porque en este estado, es mejor dormir hasta que el mundo se decida a dejar de moverse tan ferozmente.
Mientras camino me toco el pecho todavía extrañada, me tiro en la cama y escucho un gemido levanto el acolchado y aparece como una visión la mujer más hermosa del mundo, con una cara tan calma, esas cara que evidencia que la poseedora ha pasado una excelente noche, y ¿porque yo no recuerdo nada?, ¿Quién es esta mujer? ¿Cómo se llama? ¿Dónde la conocí? ¿En el boliche de siempre?, lo dudo ya ahí nos conocíamos todas y era muy raro que cayera bellas damas nuevas. Escucho de su boca un gemido pero no de dolor sino todo lo contrario de placer, de mucho placer y mientras la miro me voy acostando al lado de ella, ya sea para que no se despierte o para que yo no despierte de este perfecto sueño.

Texto agregado el 20-05-2004, y leído por 574 visitantes. (15 votos)


Lectores Opinan
27-07-2006 Cuando me desperté... lalala...y vi otra tía acostá... de espaldas y a mi lau... la culpa es del alcohol... lalala jejeje Me recuerda a Mecano, sip. Muy bueno. Unas comitas andan perdidas de su lugar, me encantó, muy real y surreal. LaVacaMulticolor
21-07-2006 realmente.....este texto no me gusto!.....tus demas textos son mejores!....cuidat valee
01-11-2005 muy bueno, hermoso, escomo estar allí. mis 5*s j_pablo
09-09-2005 Buena descripción, se perciben las imágenes de lo que ocurre con nitidez. pedernal
29-07-2005 Lo mejor de todo, después de una buena descripción e historia, fue que lo dejaste a mi imaginación y con lo mal pensado que soy, pues que rico no... guajolox
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