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Los Donorios son una familia compuesta por Papá y mamá Donorio. Y las tres hijas mujeres:
Sofía Donorio, de dieciocho años recién cumplidos,
Zulma de doce años, y Ludovica de tan solo nueve.
Además de un tío Llamado Ulises Samora, hermano de Marcela, la jefa del hogar junto con Miguel Ángel Donorio.
Los Donorio viven en un barrio de la localidad de San Isidro llamado La Horqueta, en una casa prefabricada de lujo exportada de los Estados Unidos; con pileta de natación. No es exagerado afirmar que es un lugar imponente, un lugar soñado, con piscina.
Sus calles están hechas de piedras cuadradas rojas y grises; en cada esquina, en la confluencia de las calles hay instalados unos canteros redondos llenos de flores, que además ofician de ser parte de unas rotondas que permiten un fácil cambio de dirección. Por motivo de que los adoquines se aflojan por el mismo desplazamiento del suelo debido al temblor que produce la Panamericana, cual cancha de bochas deben periódicamente pasar unos rodillos empujados por las naranjadas topadoras municipales.
Miguel se dedica a la distribución de productos destinados para la computación, teniendo una entrada promedio de veinte mil Dolares.
Sin embargo Sofía tiene un novio llamado Darío que es como un integrante más de la familia.
Pasan tantas horas juntos en la casa que es de suponer que pronto formarán un concubinato,
en el propio domicilio, en el barrio de La Horqueta.
Darío es un muchacho que cualquiera desearía tener como hijo propio, yerno, o simplemente de amigo. A los veinte años ya lleva aprobada la mitad de la carrera de licenciado en economía.
Se puede decir que es un gerundio camino a ser un gran conquistador.
Estamos en la período de receso escolar, o sea en las vacaciones de invierno. Y Miguel Ángel, que es un fanático de los automoviles, pero además hincha de gustar pasear con Marcela Laura y las nenas más chicas, casi tomando a la familia de rehén, decidió vacacionar en el sur, en Bariloche,
a mil seiscientos kilómetros de distancia.
Sofia se quedó en La Horqueta, al cuidado del tío Ulises (que usa dientes postizos) pero a la única condición de que Darío pernocte en su domicilio en La Paternal. Que se vean si, pero a la antigua,
tres veces a la semana, un par de horas, en el living, a la plena vista de los mayores a cargo.
Finalmente los Donorio, sin Sofía, partieron raudos en el Subaru de colección, haciendo una primera parada en Treque Lauquen, para después de un tirón llegar al destino fijado.
Mientras que Sofía, aburrida, toma baños de inmersión con sales aromáticas.
Desde hace algún tiempo, Ulises le viene dando dinero, para que su sobrina se resista a la tentación del cuerpo manteniendo la total virginidad, con ello logrando que la joven se mantenga sumisa haciendo caso a sus indicaciones.
Por los serios inconvenientes, de tipo afectivo,
que les ha de causar a los novios en estos largos días de vacaciones, le a prometido una suma cercana a los quinientos Dolares.
Las uñas de Sofia se hundieron en su piel de terciopelo rosado. Un arañazo fue el detonante de enjutar las hendijas del valle. Sus poros quedaron perimidos, absorbentes, no obstante el vapor estable se deshizo a paciente ritmo, haciendo que el recipiente se vea como un pantano a la madrugada.
Aunque muy al revés de lo esperado, ahora Ulises se encuentra en la morgue, sin la dentadura,
porque cuando volvía de trabajar fue asesinado en un intento de asalto, donde ofreció inoportuna resistencia, por el principal motivo de llevar consigo el dinero prometido a Sofía.
Miguel Ángel está volviendo del sur por el mismo camino que tomó de ida, la ruta Cinco, pero en esta oportunidad el viaje se está haciendo eterno, pues, primero rompieron el parabrisas, los agarró una manifestación donde entorpecieron la ruta,
poniendo gente a obstaculizar, además de pesadas herramientas de trabajo como cosechadoras y tractores. En fin, Miguel evalúa la posibilidad de desviarse, haciendo otro recorrido en detrimento de la mayor distancia que siguiendo derecho.
Pero no obstante han recibido el funesto llamado desde Buenos Aires, informando del inesperado deceso del adorado tío Ulises. Además de Sofía solicitar el correspondiente socorro, ya que quedó al mando de la situación siendo neófita en hacer diligencias o tramites.
A riesgo de hundirse peor en la travesía,
la opinión unánime de los cinco, es la de tomar por otro camino antes de quedar esperando al costado.
El sitio donde primero preguntaron es un descampado, donde un ligera brindando por la salud de todos con jugo de borcegos, les informó que del otro lado del potrero sale un camino que los lleva directo a Bahía Blanca, que de allí pueden volver costeando el Atlántico.
Hicieron caso de la recomendación del infortunado,
pero con la prudencia de verificar en el mapa la veracidad de la información, ya que la distancia total del recorrido se incrementa considerablemente, además que entran en una verdadera boca de lobo donde no hay nada.
Pero ante la apremiante situación, hubo que hacer caducar al tonto miedo, hacer que se deslice por la aguda pendiente que conduce al lecho de los dragones y que perima bajo el fuego redentor.
Tienen por delante un largo trayecto de ripio,
que es una extensa linea recta que culmina en los acantilados. Pero la tristeza colectiva es tal que por primera vez comienzan a andar callados, ensimismados en algún reducto del yo.
Al norte se extiende una hilera de árboles sobre la linea de un falso horizonte a mitad del campo.
Hasta la misma propulsión del Subaru es como una tos expuesta que suena como un lamento.
Marcela se ha pertrechado detrás del silencio.
Las niñas vuelven en si, luego de haber estado en ese embudo que el stress pos depresión.
Nadie logra adaptarse a las raquíticas conversaciones que de tanto en tanto acontecen.
Miguel fue el primero en avivar una fogata que ya no arde, aunque le rogaron hacer silencio.
La camilla donde descansa el cuerpo helado de Ulises, tiene una de sus ruedas sin la goma correspondiente. Que mal estaría que los Donorios pinchen en estos momentos donde no hay nada donde auxiliar quedando desinflados en llanta.
Es un opio tener que madurar de pronto, pero Sofía se encuentra como en la antesala de ser definitivamente adulta, pero a pesar de todo,
se comporta con solvencia. Si no regresan pronto deberá hacerse cargo del velatorio.
Tuvo que permanecer solita en la morgue, esperando a un perito en el especial, del departamento científico, teniendo que volver a reconocer al occiso luego de tanto haber estado acunando su cuerpo inerte.
En el Subaru esperan ansiosos una nueva comunicación ampliando la información, pero esta se niega puesto que continuamente el sistema le rechaza la llamada. Extenuada, cansada de teclear en vano, tuvo que desistir de continuar intentando.
Sin más pérdida de tiempo yendo en busca de Darío.
Ludovica se encuentra rezando para que Sofía por fin se comunique, cuando la mencionan no puede ocultar cierto orgullo por su hermana mayor.
Por su lado Zulma practica en silencio el coro que animará la conversación hasta ahora frustrada:
Te queremos Ulises te queremos.
Al tercer día de estar sola, Sofía se llevó al novio a vivir a la casa, y decidida comenzó a llevar una vida de casada. No sería de extrañar que como resultado vaya a quedar en cinta.
Miguel Ángel a duras penas consiguió arribar a la Ciudad Feliz, Mar del Plata, optando por quedarse un día más alojado en un hotel tres estrellas.
Estas vacaciones han resultado ser un túnel subterráneo, de donde azoman tentáculos de un pulpo gigantesco. Sumado que la luz del aceite quedó encendida indicando que al motor le queda poca existencia.
Al poco tiempo de convivencia con Darío, en el propio barrio La Horqueta, como era de prever Sofía quedó embarazada. Por lo indicado en una primera ecografía realizada será una Donorio más.
Sin embargo resulta muy revelador, observar ese ritmo constante de ver crecer la panza casi igual a un gomón.
A todo esto el Subaru hizo estallar su motor en aquel inolvidable viaje a Bariloche, teniendo que desprenderse del héroe a cambio de unas miserables Chirolas.
Dario se esfuerza muchísimo estudiando con bastante persistencia. Da asco verlo concentrado toda la noche entera repitiendo la lección en voz alta, olvidando a la amada compañía que se aloja en el regazo del vientre.
Una mañana, de esas donde la humedad de la escarcha predomina hasta entrado el día,
Ludovica caminando de espaldas a la piscina,
calló al agua verde, sin poder hacer mucho por su vida, más que dar unos manotazos haciendo chapusear el líquido provocando un escándalo que nunca nadie escuchó, se ahogó sin remedios.
Teniendo que resignarse unísonos, pues el consuelo consiste en saber que se han ido juntos al codiciado paraíso. Siendo enterrada en el mismo cementerio privado que Ulises.
Miguel Ángel en pocos días dejó de ser quien era,
el bebé que Sofía lleva en la panza, de crecer a ese ritmo punzante conque lo venía haciendo;
por su parte, Marcela Laura se encuadró detrás de una aguda depresión, acentuando desagradables manías de persona mentalmente desquiciada.
Miguel se bandeó para el lado del alcohol, y de la alta velocidad, utilizando la flamante cupé recién adquirida para prenderse en intrépidas picadas de carrera.
En cambio Zulma con su hermana mayor canalizan el dolor saludablemente, yendo de paseos y compras acompañadas por el formidable Darío, quien no escatima centavos de sus ahorros para satisfacer caprichos.
Pero felizmente allá en el paraíso Ludovica pudo encontrase con el Tío, en esa fugaz visita acordaron intentar volver a reunirse para ver de que manera pueden lograr una entrada reveladora en casa de los parientes para así dejar un mensaje tranquilizador de paz y armonía.
El cielo está plagado de almas que moran dentro de construcciones de polifacéticas arquitecturas de todos los tiempos, que conservan un estado granulado de energía celestial, pero de diferentes colores. En cambio ellas son invisibles,
dependiendo de abdicar del pasado para poder mantener su estructura molecular intacta.
Por este motivo se hace contraindicado el ejercicio de la acción de recordar.
Previa jornadas de arduas discusiones, los Donorios
decidieron tapar la pileta con tierra. Para lo cual debieron contratar los servicios de la topadora municipal, la que habrá de reemplazar rodillo gigante por pala mecánica.
Excepto Sofía que aun vive. Se encontraron todos en el cielo. Fueron muriendo en diferentes circunstancias: Miguel Ángel junto con Marcela en un accidente de transito. Daniel fue aplastado por una de las topadoras quedando su cuerpo convertido en una lámina. Sofía perdió a la niña quien días pasados nació muerta. (Una tras otra) Trascartón, a las pocas horas, fue el turno de la del medio, la buena de Zulma.
Pero todos ellos se encontraron en el otro mundo, y aunque con dificultades, bregan por formar un ente que sea como un globo, investigar que además pueda perforar la barrera que los separa, para poder acompañar los pasos del ser amado.
Cosa que siempre odió, Sofía por propia decisión tuvo que permanecer soltera.
Aunque sus parientes, hinchas fanáticos,
a riesgo de perder su condición de almas,
entraron en el universo de las maquinas que la rodean, pudiendo permanecer con vida allí el tiempo que ellas estuvieran funcionando.
Tostadas de pan fresco divinas como pinturas de Renuart, heladera que enfría a la perfección,
que jamás hay que descongelar; lustradora que hace brillar las baldosas emulando al sol. Computadora que prescinde de antivirus, que nunca se infecta con nada. Automovil que no conoce de mecánicos.
Una de esas noches de tormenta donde uno tiene hasta los ojos encendidos, un rayo hizo una descarga quemando íntegros los artefactos donde se encontraban dispersos.
No obstante la familia se mantuvo compacta flotando por el aire, y entonces pudieron acariciar el rostro de Sofía y hasta besar sus labios con ternura.
No teniendo posibilidad de volver a funcionar como almas en otros cuerpos, quedaron cual energía dispersa, buscando un canal con que poder expresar ese único mensaje unilateral.
Una opción es quedarse metidos en las flores pero al marchitar se sin solución vuelven a quedar boyando.
Con lo cual se van degenerando los valores invitando al diablo a entrar de sota manga.
Pues claro no es lo mismo un original que algo baqueteado. Lamentablemente Sofía no puede escuchar los gritos de auxilio. Eso sí percibe como una presencia. Pero concluye en que son los temblores que provienen de la ruta. Vecinos que hacen reformas en las viviendas, copando la siesta con albañiles que golpean sus mazas con entusiasmo volteando paredes.
Lo más tremendo que no ha renovado los electrodomésticos, solamente la tele que es donde se están acobachando, apelmazados unos sobre otros. Imperando un clima de guerra, de ira incontrolable.
Pero por suerte Sofía se puso a pintar cuadros artísticos, muy bonitos por cierto, donde su familia pudo acomodarse individualmente cumpliendo la funsión de espíritus de la propia obra.
Cuestión que les vale quizá ser eternos. Teniendo ellos que ver morir a su creador.



.......................Clever-up................................

Texto agregado el 17-03-2009, y leído por 90 visitantes. (0 votos)


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