Viajábamos por el desierto, tres amigos y yo. Todo era perfecto en esa sintonía con la soledad más absoluta, con las clericales luminosidades que trazaban sombras larguísimas detrás de nosotros. Caminábamos, sin rastro de cansancio, tan absortos viajábamos en aquella cuna de fatamorganas oníricas. De pronto, la sed ascendió a nuestras gargantas y fue en ese momento que un solo grito espantó a pajarracos negros que dormitaban a la sombra de un pedregal. Nuestras cantimploras estaban vacías y sólo quedaba una cerveza fresca dentro de nuestros morrales.

Nos disponíamos a beber cada uno un sorbo de esa refrescante bebida, cuando ésta, cual si tuviese vida propia, escapó de nuestras manos y rodó por la arenisca. Corrimos a toda velocidad, tratando de atraparla, pero la botella aquella adquiría una velocidad asombrosa, que, estoy seguro, obedecía a una fuerza que no era terrenal.

Sin atinar a explicarnos que diablos había sucedido, nos tendimos tras unas dunas y capeamos un poco el inclemente sol. Cuando la sed acometía, visualizábamos aquella botella repleta de refrescante cerveza y una especie de fiebre comunitaria comenzaba a invadirnos. Imaginábamos bellas huríes que danzaban frente a nosotros, cada una de ellas con una bandeja en la cual bailoteaba un vaso de rubio contenido.

De pronto, a lo lejos, divisamos un oasis. Corrimos hacia allá, con las pocas fuerzas que nos quedaban y en ese lugar estaba nuestra cerveza fugitiva, derramándose en un exquisito manantial dorado. Allí, se arrojaban decenas de tipos que bebían hasta el hartazgo. Cuando nos aprestábamos a imitarlos, apareció un tipo ataviado como Lawrence de Arabia y nos dijo: -Esto es un espejismo.

Despertamos con el sol arrojando sus tentáculos de fuego sobre nuestros rostros. La sed estaba a punto de vencernos.

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-Excelente el comercial. Me gustó mucho la forma como se potencia la imagen de esta cerveza. Pero, hay algo que me preocupa, ¿Quiénes son esos cuatro individuos que aparecen en la película? Que yo sepa, sólo eran treinta los participantes y a estos, no los había visto nunca.
-En realidad, es bien extraño. Lo consultaré con mi asistente. Como es tan supersticioso, de seguro, dirá que pueden ser desdichados viajantes que han muerto en el desierto hace mucho y que sólo la cámara de cine pudo captar sus espectros.
-La gente dice tantas estupideces…