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Inicio / Cuenteros Locales / eduardojavier / Mi polera verde y el masoquismo

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¿Dónde se esconde el hombre con sus marcas? ¿Dónde se oculta la vergüenza acumulada? Cuando era niño solía llevar puesta una polera verde, no era un verde mas, ni siquiera era parecido al color de las plantas. Era mi propio verde hecho de montes húmedos y helechos manchados de rocío. Era un verde de caminos ocultos y escondites huraños, era una tristeza desolada de todo afecto maternal y del más cercano. ¿Dónde prescindía en ese entonces de la infamia? ¿Dónde guardaba la esperanza de la dicha de un mañana? No había diciembres tostados ni eneros a la siesta, no albergaba navidades suaves ni reuniones tumultuosas, no sin mi polera verde.
Dios castiga al hombre por sus pecados cometidos. ¿Pero y a los niños? ¿Acaso nos castigan por pecados de otras vidas? Que mente siniestra creo este universo particularmente mío dónde el dolor resalta la vida, dónde la sumisión evita la cólera de los amos de mi infancia. ¿Puede alguien percibir mis llantos ahogados? ¿Sabe alguien que hace horas que estoy arrodillado sobre granos? ¿Pueden de los patios lejanos oír mis súplicas cohibidas? La vergüenza es como el sol por dentro, siempre está aunque no la develamos, siempre acude aunque la dibuje con sonrisas pobres y baje de par en par las pestañas evitando que la angustia se me escape por las pupilas.
Entonces se me inunda de sangre el tiempo y cambio al rojo mi insolencia, y clamo en mi demencia mas castigos que atribuciones; para demostrarles que soy hombre, para que me quieran por el aguante, aunque esconda las marcas con mi polera verde.
¿Pero acaso no hay un mundo de upas, caricias y besos? ¿Acaso no hay manos que en vez de jalar del pelo rozan con suavidad las mejillas? ¿Cuánto vale tu amor?
Fogatas de San Juan y San Pedro, risas y cantos, bailes y vino. Dará comienzo a un ritual del que aún no puedo liberarme, si tan solo las noches hubiesen sido mas cortas, si la oscuridad no me hubiera penetrado tanto, si los cintazos, los empujones, si no hubiera tragado tanta agua de inodoros orinados, si los insultos no hubiesen sido tantos, si tan solo me hubiera ido, temprano, soñando. Dicen que en ese entonces podría haber sido un ángel, puede que sea cierto, quizás hubiera alguien del otro lado esperando…

Texto agregado el 16-01-2009, y leído por 88 visitantes. (0 votos)


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