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Inicio / Cuenteros Locales / sergio_vizcarra / REDENCIÓN 2º parte

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11:00 horas.

Cristina estaba cerca de cumplir los treinta años. Trabajaba como secretaria en la misma empresa desde que salió del instituto donde estudió secretariado computacional y estaba muy cómoda con su trabajo. Era respetada tanto por aquellos más antiguos que ella y por lo más novatos. Era físicamente atractiva, de buen cuerpo y agradable rostro, siempre muy elegantemente vestida, muy correcta y de mirada coqueta pero decente.

Elizabeth era la gran amiga y compañera de Cristina, se conocían desde el instituto, habían hecho la práctica juntas y habían sido contratadas a la vez, incluso, Cristina había sido madrina del matrimonio de Elizabeth.

Aquella mañana, Elizabeth estaba sentada frente a la pantalla de su computador, abriendo un sobre con un par de grandes tijeras, ya eran cerca de las once, los jefes estaban todos reunidos en un salón del piso superior y el ambiente estaba tranquilo, casi relajado.

Cristina se dirigía a la máquina de cafés cuando se detuvo junto al escritorio de su amiga, algo le había llamado la atención. Un pequeño broche de oro con una piedra que llevaba Elizabeth en su blusa y que nunca había visto.

-Voy a la máquina, Eli, ¿Quieres un café?
-Claro, Cristi, ya sabes, con harta azúcar.
-Que hermoso broche.
-¿Te gusta? Me lo regaló Eduardo, anoche estuvimos de aniversario.
-Está muy lindo. Los felicito.
-Gracias, ya cumplimos siete años de casados. El año de la comezón.
-Espero que no hagas caso de esos mitos. Ojalá a mi los novios me duraran siete, pero siete semanas, ya eso sería un cambio favorable.

Cristina se alejó, sonriendo, del escritorio de Elizabeth y caminó hasta la máquina de café. Por un instante sintió que su cuerpo se ponía pesado y lento, como que todo a su alrededor se relentizaba y perdía sus colores. Se vio inmersa en un mundo en blanco y negro y una extraña sensación de perdida de conciencia la invadió, junto a una furia que nunca había sentido. Dejó de sonreír y dio media vuelta hasta el escritorio de Elizabeth. Tomó las tijeras rápida y furiosamente.

Texto agregado el 14-01-2009, y leído por 73 visitantes. (1 voto)


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