Desde las perspectivas del Arcano,
en el punto cenital de la cósmica esfera,
el juego de la amarga Vía Láctea
exuda savia erótica,
provoca majestuosas sensaciones.
En la cúspide se ilustra el clímax de los sueños,
el hermafroditismo de una bestia;
en la miel de tus labios crecen misticismos,
descienden besos,
cumple el afecto.
Desde la críptica infinitud del firmamento
se refleja solemne tu rostro,
se ejecuta un vals de espejos.
Soles evanescentes, espirales barradas
en comprensiva mímesis se funden
con tus lívidos ojos.
La magia y los instintos sublimes confluyen
en el perfume de nuestros cuerpos,
vital y fabuloso.
Un destello orgásmico supremo
nos devendrá incorpóreos,
nos hará más carnales,
seremos uno dos infinito,
caótica aritmética sexual.