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No pretendo ser un Marquès de Sade, ni nada parecido... Solo quiero compartir uan historia que me dio por inventarme hace algunos dìas... Este tipo de historias me gusta mucho, y aunque soy un mero aficionado, y el gènero de novela eròtica tiende a ser el màs dificil, quise intentarlo. Mi unica intenciòn es tratar de meterme dentro de la lìbido de las mujeres, a para observar que hay... Lo màs seguro es que estè equivocado, y por eso pido disculpas a cualquier mijer que se ofende leyendo estas lineas... Este relato es solo fruto de un poco de imaginaciòn, de investigaciòn y de observaciòn... Tal vez si escribo esto es solamente para tratar de entender si es verdad eso que leì algina vez en un libro... Que las mujeres aman, sufren, odian, perdonan... pero no desean. ¿Serà que si?... Y por otro lado, quiero ver si, siendo hombre, es posible no pensar en sexo como un acto del cual se obtiene placer y ya, y en lugar de eso, tomarlo como una forma màs de manifestar amor puro y verdadero...

Si pueden, disfrutenlo...

ELLA (Las damas primero…)

Julieta entra cansada a su habitación y hace lo de siempre; pone música para dormir, se quita su ropa de diario, se enpijama y se acuesta… Acaba de ver a su novio, y ha sido una velada normal… cine, comida, charla, besitos inocentes en el parque, y un tierno beso en la puerta de su casa… Sin sobresaltos ni sorpresas.

Luego de seleccionar un CD que no escuchaba hace mucho rato, y darle PLAY a su reproductor de música, se acuesta a dormir, pero…

Suena una canción que ya ni recordaba… Y aunque no tiene idea de cual es la fibra que se le mueve por dentro, si sabe muy bien que es lo que esta fibra provoca. Recuerda a Damiàn, y piensa que ya debería estar llegando a su casa luego de visitarla… Es imposible que estè cerca, y aun màs en su propio cuarto…

- Cierra los ojos, Julieta – Se dice a sì misma, imaginando que es Damiàn quien le habla al oído…

Inconscientemente, y sin saber porquè, Julieta comienza a sentir los besos de su novio en sus labios, aunque bien sabe que en la realidad èl no està, y ella se encuentra sola en su cuarto… Pero la està pasando tan bien que la realidad importa poco frente a su ahora poderosa imaginación…

Esos besos tiernos de su amado se vuelven màs violentos, compulsivos, fuertes y desdesperados; pronto, de manera profunda, lenta y delicada (aunque no mucho), esos mismos besos de aventuran por su cuello, sus orejas, sus hombros, hasta llegar a su pecho… En el plano real y palpable, Julieta està con sus manos sobre su busto, acariciándose, pellizcándose… volviéndose loca con sus propias manos… Al darse cuenta de lo que està haciendo, se pregunta si será impropio de una mujer decente dejarse llevar por sus instintos y actuar de esa manera… Que dirían sus padres, sus amigos… Que diría Damián... Pero era ya tarde, y no se podía detener… O mejor; no querìa detenerse…

Las manos de Julieta iban al mismo ritmo de los besos y las caricias de su amante imaginario, y siendo sinceros, ella estaba encantada por la idea de disfrutarse a si misma, y aun mas con la idea de que su querido Damian la deseara tanto como ella lo estaba imaginando… Resulta que Damian era demasiado tìmido como para pensar en algo asì… Aunque quien sabe…

Luego de jugar con todo su cuerpo, con los ojos cerrados, en medio de la oscuridad y soledad de su cuarto, y envuelta entre sus cobijas, la ultima barrera de su pudor se rompió… Avanzò con sus manos, directamente hacia su entrepierna, y no pudo evitar sonreir de placer al notar que estaba empapada… Sus dedos comenzaron a danzar atravès de la zona húmeda de su cuerpo, mientras intentaba, a veces en vano, ahogar gritos de placer que levantaran las sospechas de cualquier persona que la pudiera escuchar en la habitación contigua a la suya.

Llegò el momento en el que ya no pudo màs… Ni la suavidad de la sabana que rozaba su piel rosada, ni la delicadeza de sus propias manos sobre su virginal vientre pudieron contener por màs tiempo sus màs profundas y sucias fantasias… El Damian imaginario se volvió salvaje de repente, tomàndola de cuantas formas pudiera imaginar, provocando que la tierna Julieta se sintiera como dominada por el… Era extraño que tal cosa le exitara tanto, puesto que ella era quien mandaba en la relación amorosa con el Damian de verdad… Sentirse amada por un momento, deseada en otro, subyugada en otro, y al tiempo saber que su libido no tenía lìmite encendió sus ganas de manera sùbita… Al momento del clímax, ella tuvo que morder la rosada almohada de su cama para no despertar a nadie…

Luego de suspirar como doce veces, tomò su teléfono y marcò…

- ¿Alò?

- Hola, mi amor – Dijo ella, aun agitada…

- Hola, mi vida… Pasò algo malo??

- Si… Que no estas aquí… Te extraño.

- Yo también… Pero mañana irè a tu casa a visitarte… Lo recuerdas?

- Si… - Julieta sonriò… - Nos vemos mañana. Te amo.

- Yo mas… Chao, bebè.

Luego de esto, su sueño fue tan plàcido y calmado que creyó haber dormido durante días…

A la mañana siguiente, Julieta se levantò decidida a presentarle a Damiàn a su otra figura… Se va a sorprender, pensó…

PROXIMAMENTE… EL.

Texto agregado el 05-11-2008, y leído por 141 visitantes. (0 votos)


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