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Inicio / Cuenteros Locales / freddy50 / Rendido de cansancio.

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El pasado que se esgrime puede ser una absoluta mentira inventada, en cambio del presente nadie puede dudar.
Esta historia trascurrirá en una cancha de tenis,
de un estadio en Mar del plata.
De un lado de la red, una oficina de una Escribanía,
con los empleados, bajo las ordenes de Tatiana,
la secretaria del Escribano, como asumiendo el rol de dirigente sindical.
Del otro, en la calle, una garita con sus vigiladores comodamente instalados en la acera atentos al paso de transeuntes.
La silla alta que pertenece el arbitro,
está siendo ocupada por un loro.
A pesar de esta intencional complejidad,
el raro macht se desarrolla con total normalidad.
Hasta el momento los oficinistas superan a los vigiladores por un set arriba.
Las alas del loro son de plumas viejas, pero agarradas al cuero como los asientos amurados al cemento.
Hay un público simbólico pero real, es decir,
en un sector como una playa con gente,
en otro, un restorante repleto, la cola para comprar entradas de un recital importante,
todo un hospital luego de una tragedia en la ciudad,
en el picadero de un circo el sorteo de un ciclomotor. Estadio repleto, colmadas las tribunas, de conjutos que se interyectan en la gran coloso.
Los oficinistas arrojan papeles al aire indundando la oficina de celulosa, algunos papeles estan firmados por el propio escribano, formularios nada fáciles de conseguir, libros de tapa dura con enseñansas sobre leyes.
Gritan exaltados en contra del imperialismo pidiendo por más aumento, escupiendo por sobre la red al déspota oligarca del escribano cuya virtual fotografía cuelga de una supuesta pared.
Por su lado los vigiladores vivencean esa mojadura interpretando que existe una leve lluvia;
llovizna de una tormenta que se avecina pronto a llegar.
El público entusiasmado presta atención como cuando un niño es sorprendido por la ofrenda de una golosina con premio.
Y el más que loro, papagallo de variados colores, anota el game en favor de los siervos de la burocracia que estan de paro y movilización.
Pero ha cambiado el saque de lado,
los Guerros del Sol, por el country que está a sus espaldas, intentaran hacer un fuerte disparo de arma para desde el vamos dominar el tanto.
Pero propinan uno en diagonal sobre la pantalla de la computadora ensendida.
El milico retirado, uno de los dos que se desempeña de vigilador, con su energía vital, arroja con aires de violencia una pantufla vieja recogida de la basura, como escupiendo el reprimido odio acumulado por años.
Una señora del barrio deposita en la garita un dinero extra:
-Muy bien muchachos están dominando el tanto.
Pero en la Escribanía entró una vedette, semidesnuda, a retirar una escritura pendiente,
la cual hecharon a patadas en el traste.
¡Barbarbaros de gatillo fácil aquí no vino la guerra, estan en una avenida que comunica con el Obelisco, dejenme pasar. No puede ser que en este país la democracia esté funsionando idéntico a una dictadura represiva, exterminadora. No puede ser.
En la tribunas saltan lenguas por la pasión avandonada a los caprichos del alma salida del cuerpo, hubo una abalancha donde todos se mezclaron como en el cielo, quedando la sarten con el contenido haciendo un solo sabor compacto.
Los vigiladores se han puesto a tomar mate,
estan sentados lo más orondos en sillas de plástico conversando de en apariencia frivolidades.
En la oficina estuvieron arreglando parte del quilombo que deparó la aventura de protestar haciendo desmanes, porque hay vidrios rotos,
sillas sin patas, pero no obstante que finalmente la dejaron entrar, la vedette se tuvo que retirar ofuscada sin cumplir el objetivo.
El encuentro se torna aburrido. El dilema no se resuelve. Mientras tanto el público se duerme el loro también bosteza.
La oficina continua desarreglada,
en los vidrios de las ventanas hay grafitis realizados con espuma de afeitar.
Tatiana, la secretaria privada del escribano,
doctor Alfio Cortese, está irreconocible,
parece una desalineada adolecente en el mes de Diciembre, que acaba de finalizar su ciclo escolar dejando todas las materias pendientes.
Sus compañeros de oficina la invitaron a sumarse a una marcha hacia el Congreso que organizó la Confederación general del trabajo para el día de hoy. Miren. Por primera vez en su vida se atreve a desafiar la confianza del facultativo.
Se sumó a esta protesta porque la inflación le fue comiendo el sueldo, cuestión que en el hogar falta de todo, por ende perdiendo el pudor de expresar la lucha sindical por los derechos de los trabajadores. Pero Tatiana es de esas personas que piensan que el jefe es el segundo marido,
por ello a cada paso que dá se encuentra duvitativa, aunque finalmente como la mejor asume el liderazgo de la guelga.
Ocurre que realmente los precios de las cosas han aumentado tanto que no puede más permanecer indiferente, no quedandole mejor remedio que sumarse a la lucha.
Es un día gris plomo.
Por el paro general con protesta, el centro es un caos, de gente caminando por las calles allanando el espacio.
Tatiana se azoma por la ventana sintiendose la heroína, la reencarnación de Eva Duarte.
En los cables de luz hay cientos de palomas que no pueden aterrizar a comer del piso.
La escribanía esta ubicada en un edificio donde solo hay oficinas.
El Loro: Aquí hay algo que no encaja.
Cuando hay paro general los trabajadores no asisten al lugar donde se desempeñan.
Por lo tanto los vigiladores pasan a ganar el segundo juego. Lo siento. Existe una insalvable incongruencia.
-Estamos en la calle copando la vereda pués la inseguridad fue inundando la sociedad de temor.
Muchos de nosotros antes de ayer fuimos ladrones,
pero nunca de quitar la existencia por nada;
hoy por diverción unos niños te pueden sacar la tuya, encima sin piedad por lo que puedas llegar a sufrir antes de partir, o de matar a tus seres queridos. Nosotros acá con el sargento retirado, sospechamos de cada peaton que por aquí circula,
e inclusive de la misma policía pués pueden estar disfrazados. En ningún momento podemos bajar la guardia de cansados, porque allí es cuando pueden entrar. Después seguramente dirán que la zona estuvo liberada, que nosotros somos cómplices de los malvivientes; y esto así es de nunca terminar.
Tatiana camina por la calle camino al río pasando por delante del vigilador, quien le toca la espalda sin hacerla doler pero con evidente agresividad.
-Usted me está amenazando sin motivos,
de alguna manera implicitamente jurando que alguna vez me destruirá.
¿Pero que se creen los dueño de la calle?
Si son solamente unos indijente maleducados, orinando los canteros, dejando olores desagradebles por el sagrado espacio público;
además son una lacra social, todo el mundo lo sabe.
-Volá de acá perra rabiosa, volvé a tu sitio,
andá de tu lado. Caminá derecho.
El público en general está en favor de los oficinistas, los visitantes vigiladores han perdido credibilidad, la gente hacen palmas alentando a Tatiana la dueña de casa.
Entonces rapidamente cruza la malla poniendose del otro lado a continuar despotricando.
En ese momento se hace presente Don Alfio Cortese. Quien participa del juego vestido de tenista, y en agil moviento intercepta con la invulnerable raqueta un rever de tipo passing shot de los vigiladores.
El escribano, heroe de la anterior jugada donde quedaron cuarenta a quince, además trae todas las intenciones de declararle su amor a Tatiana,
anotandose un poroto regalandole un frondozo ramo de flores amarillas, e invitandola a cenar con champgne.
Los vigiladores en la garita se burlan diciendole: ¡cornudo! ¡que clavo! ¡que bodoque te llevas a la cama por no gastar mangos en putas! ¡miserable! ¡basura¡.
Entoncés, de la tribuna salió un sordo silvido de repúdio, pués el público está fasinado con la posibilidad de que se unan formando una pareja.
Tatiana no desfraudó a la hinchada, aceptando el romance, y allí mismo, en medio de la guelga total,
se besaron por primera vez. Colocandole una sortija alianza de compromizo. Organizando de inmediato un lunch para todos los presentes con unos shanwiches de copetín que hubo traído el doctor para ese fín.
El arbitro dió a la oficina por ganado el punto.
Y con la pata izquierda se rascó el pico.
Haciendo tímidamente sonar el silvato sucio de requechos del gargero, para dar comienzo al nuevo game.
Los vigiladores, Gomez y Tristán, prontamente detuvieron a un pescador que en vano intentó llegar a la balsa.
Rapidamente le hacen quitar todas las pertenencias del equipaje obligandolo a armar de urgencia una caña de reel, para luego lanzarla a la oficina del escribano Cortese intentando enganchar algún triple de miga. Pero Tristan acortando camino saltó la malla para hurtar la bandeja entera, comprando la voluntad de la hinchada al repartir entre los presentes.
No obstante, a regañadiente pués se niega a continuar, en un primer momento el papagallo referí tuvo que otorgar el set al equipo del Escribano Cortese, porque por esa maldita caña la partida se degeneró transformandose en cualquier cosa, pareciendose a la lucha libre de titanes en el ring, siendo que el tenis es un deporte elegante;
por ende, no pudiendose aceptar tamaña decadencia suspendió el macht definitivamente, dejando los puntos en suspenso para otra mejor oportunidad.
El vigilador Gomez agarró del pescuezo al arbitro,
por considerar que falló en su contra.
-Usted está mamado, como va suspender el partido justo cuando ellos están debilitados por las ansias de terminar el día, mientras nosotros ahora tenemos la gran posibilidad de anotar en el tanteador por estar concentrados. Eh momentito eso es partido arreglado.
(¡Horrible! las plumas de colores llegan hasta la entrada del estadio).
Pero no hay caso, aunque desnudo, el juez se mantiene incólume. El público comienza a retirarse.
fin.








Texto agregado el 11-10-2008, y leído por 192 visitantes. (0 votos)


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