Mi vida transcurre como la vida de todos los vecinos de mi barrio, salimos nos saludamos, pero a parte de eso no hay ningún vínculo, no hay amistad.. a excepción de un cachorrito, un perrito recién nacido que cuando salgo a mis labores diarias, lo encuentro en la mañana y me mueve su colita. Pasa el tiempo, el mismo tema a excepción de que el perrito no me mueve la colita, sino que más grande salta a mi alrrededor. Todas las mañanas le llevo una bolsita de comida, se la entrego y me olvido de que existe hasta el otro día donde nuevamente lo veo en la mañana. Y yo dentro de la cuadra donde vivo sigo no teniendo amigos sino conocidos ... a excepción de Dogo, nombre que ahora le puse al perrito... con quien diría que somos ahora amigos. Invierno y Verano, siempre me espera meneando su colita, pero un día de Junio lluvioso y frío, le llevo su comida y no aparece Dogo!! me preocupo!! ningún día había fallado.. qué le pasará? se habrá ido?.. se lo habrán llevado... y no sólo no pude olvidarlo, sino que me entristeció y más pena me dio cuando al avanzar mi camino lo veo muerto!! lo habían atropellado!! lloré! una pena inmensa llenó mi corazón y Dogo sin darme cuenta fue mi perro regalón.