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Inicio / Cuenteros Locales / Jeve_et_Ruma / \"Experimento Filadelfia\"

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Dupré –mi socio- y yo llevábamos más de dos años acumulando información en nuestra computadora; temerosos de sufrir algún tipo de ataque cibernético, decidimos bajar el material a papel para tener un respaldo mayor, generando absoluto desorden en aquella pequeña oficina de París. Investigar la verdad del experimento Filadelfia no era sencillo, queríamos ahondar más allá del conocimiento medio; tal experimento, financiado por el Pentágono, consistía en lograr, mediante manipulación de fuerzas electromagnéticas y gravedad, la invisibilidad a los radares enemigos de la flota norteamericana.
El barco elegido para la prueba piloto fue el Eldrigde; hasta el momento no habíamos encontrado testigos, nuestros datos aseguraban que el barco habría desparecido a la vista de todos, avistándose por minutos a 600 km del lugar.
Pero el testigo llegó... Un dudoso mail, fechado cuatro días después del 29 de febrero en el que estábamos, fue la pista. Dudamos en abrirlo, no parecía confiable, hasta los antivirus evitaban scannearlo. Finalmente, a pesar de la oposición de Dupré, lo abrí, y allí el misterio se expandió.

“... Soy Charles Allen, sobreviviente y denunciante del experimento Filadelfia. Todos estos años he huido de las trampas e intentos de asesinato provocados por el FBI, CIA y otro grupos. Sé sus preguntas, conozco sus caras sin haberlos escuchados ni visto (sí los vi, es complejo de explicar) En dos días nos veremos en el Petit Café, pero ese encuentro fallará. Nos encontraremos nuevamente el 5 de marzo en el Bar de la P. Llevaré un sobre donde estará transcripta toda la charla que mantendremos, en verdad, ya la mantuvimos”.
Tras mucho deliberar, decidimos ir a ese primer encuentro, aunque el absurdo mensaje dijera que sería frustrado. Llegamos puntuales. De pronto, un hombre alto, flaco, de traje gris, se acercó. Había en él un leve brillo verde en su contorno.
- Soy Allen – dijo, pero no hubo tiempo para más, una violenta explosión destrozó los vidrios del lugar, minutos después, gritos y sangre, todo era sirenas policiales, ambulancias, horror. Nuestro hombre desapareció como llegó.
- No fueron los árabes los de la explosión – con esa frase nos recibió dos días después en el Bar de la P.
Dupré y yo nos quedamos mirando sin dar crédito a lo que iba sucediendo. A cada pregunta nuestra, Allen sacaba de su sobre color madera, una hoja escrita con la misma interrogación.
- Quién es usted? - arremetió mi socio……
Nuestro interlocutor sonrió con indiferencia.
_Soy el testigo que anduvieron buscando.
_Imagínese –dijo Dupré-, necesitamos pruebas fehacientes! Vámonos –dirigiéndose a mí- estamos perdiendo el tiempo, el verdadero Charles Allen ya debe estar muerto y usted –mirándolo con ferocidad- es otro más de los tantos farsantes.
Dupré hizo ademán de pararse, pero el sujeto lo aferró fuertemente del brazo.
-No está tomando en cuenta los detalles de nuestra cita anterior...
_Muy bien usted puede ser de inteligencia y estar al tanto.
_Siéntese hombre, y escuche, por favor...

_ La noche del experimento el mar tenía una serenidad como nunca le había visto, no coincidía con la calma casi desesperada que había en toda la base naval.
Quizá se percató de mi escepticismo, pues me miró para repetir:
_Sí, fue por la noche –y prosiguió- Yo trabajaba en el área de comunicaciones del Eldridge. Nos comentaron que realizarían unas pruebas para corroborar la teoría de la invisibilidad y ajustar los dispositivos para tal fin. Nosotros debíamos prestar las tareas habituales. Nunca supimos cuándo comenzaron con el procedimiento; cerca de la medianoche, algunos sufrimos náuseas, mareos y desorientación. Al cabo de unos minutos, los síntomas desaparecieron. Supuestamente el experimento estaba funcionando de maravillas. Pero algo salió mal. Lo que al principio fue leve neblina, se hizo una constante bruma verdosa; algo nos quemaba por dentro. Los compañeros de proa gritaron que ya no estábamos fondeados en el lugar, alguien dijo que nos habíamos movido a varios kilómetros. Inmediatamente a eso, el desastre. Pude ver cómo muchos cuerpos se esfumaban retorciéndose con desesperación y luego volvían a su estado normal, otros no tuvieron la misma suerte, desaparecieron entre la bruma. Recuerdo cuatro compañeros, literalmente se fundieron al piso. No sé qué pasó conmigo, cuando abrí los ojos, me encontré en un campo de Escocia. De ahí en más, mi vida consiste en desmaterializarme y volver a mi cuerpo en sitios y tiempos distintos. Igual que ustedes, traté de buscar información, pero todo ha sido borrado, no les convenía que saliera a luz la verdad. Fue un asesinato en masa, nadie volvió a ser lo que fue hasta ese día. Algo alteró la psiquis de la mayoría y a unos pocos –como yo- nos hace vivir en un limbo espacio-temporal. Debí cambiar mi nombre varias veces, puesto que al principio, fui el único que se animó a contar la experiencia, por ello mi cabeza tiene precio, aún ahora. Nadie me creyó. He asistido involuntariamente a muchos acontecimientos que ustedes ni siquiera imaginan. Varios están redactados en los papeles que les dejo. No soy un visionario, ni un mentalista, fui, soy y seré un testigo presencial.

Tomó su sombrero y se marchó dejando una carpeta sobre la mesa. Dupré y yo nos miramos desconcertados, no nos atrevimos a abrirla hasta llegar a la oficina...

Encontramos una serie de folios con fechas futuras, sólo eso, la promesa de Allen era que las fechas marcarán acontecimientos relevantes para la historia.
Desde ese día, con Dupré nos preguntamos en qué lado de la farsa estaremos, obteniendo uno u otro la misma respuesta:
_Paciencia...
Todos los 28 de octubre por la noche -fecha en que se realizó el experimento- sin saber por qué, casi como partícipes de un rito pagano, viajamos varios kilómetros y nos llegamos hasta la playa. Aseguro que esa noche y sólo esa, podemos sentir la calma del mar tal cual la describió Allen. No será Filadelfia, pero el mar es el mismo; a esta altura creo que ha tomado posesión del misterio, es el único que sabe la verdad.







NOTA
Leyenda urbana o hecho real, los datos sobre la teoría del experimento Filadelfia que se tomaron para este cuento, aparecen en cualquier información sobre el tema.


Texto agregado el 02-09-2008, y leído por 615 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
22-12-2008 Eres el primer escritor que leo en "loscuentos.net" que se interese en temas de ciencia-ficción. Y tienes razón, sea cierto o no el caso del Proyecto Arcoíris -experimento Filadelfia-, vale la pena hablar de él y lucubrar un poco sobre el tema. Te felicito por interesarte en relatos que involucren las ciencias. ¡Adiós! Arrecife
12-12-2008 Muy creativo ,narrado con buen sentido atrapa ******* shosha
26-09-2008 Magnífico y sesudo trabajo sobre el tema,escrito con una prosa excelente. 5* sugonall
10-09-2008 No conocía la teoría, me llevaste a investigar. Excelente relato. Murcielago
09-09-2008 Cinco estrellas fidedignas que vienen desde hace tiempo para ti. 5* theotocopulos
05-09-2008 Uhmmm. ¡Qué genialidad! Muy inteligente de tu parte. Me encantó. Sofiama
03-09-2008 Muy buena prolongación o derivación o proposición sobre la película El Experimento de Filadelfia, ya me gustó en el concurso. Felicitaciones por un trabajo excelente. Un abrazo!***** josef
03-09-2008 La irresisitible seducción de la máquina del tiempo. Saludín marxtuein
03-09-2008 Me ha gustado.Mantiene la expectativa hasta el final. naju
02-09-2008 Genial, en este duo que han creado se merecen el uno al otro, inteligentes, informados y con la imaginación a flor de piel divinaluna
02-09-2008 ¡Muy bueno! (pero siempre pasa lo mismo con los viajeros del tiempo: jamás dejan el dato de un numerito de lotería) ElnegroHinojo
 
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