En octubre,
Soy la viajera de rostro suave
De estirpe real que desnuda ante él voy
En un mar de sal,
La penumbra ha ausentarse apresta

Atrapada en círculos de humo
la encrucijada me libra de caer al borde
zarpo del puerto que me lleva a la nada
y ahí, en completa paz,
reposo en total serenidad...

Cedo ante el que me ama sin condición,
Ubico mi temple y le amo intensamente
cuando el crepúsculo cobija nuestros desnudos cuerpos
entre gemidos ardientes e incesante sudor...

Le sigo con ojos cerrados,
Me protege bajo su espada refulgente
Cubriendo mis carnes con la tibieza de sus manos
Y en la inmensidad de su mirada, navego...

Apuesto sin recelo al amor,
Que este bravo jinete me vive
Con bridas de plata me contiene, soy su potra,
Para cabalgarlo eternamente sin temor, me incita..