Ella anda perdida por los bailes elegantes del amor inapropiado, lleva un vestido blanco, labios de color rosado, y ojos ferozmente verdes profundos. Vaguea por los confines de lo inesperado, intenta hallar algo, pero ¿que es? Sigue andando, los rostros enmascarados la marean, miradas, miradas, solo ve miradas. Ella esta perdida en un laberinto de pasiones, sigue intentando pensar que es lo que la llevo allí.

Su mirada inquieta a las parejas que bailan un vals, todos la miran, piensan en lo bonita y misteriosa que es y bailan con sus miradas, bailan con ella. Ella voltea y voltea, ¿que es lo que intenta buscar? Fragancia de puro jazmín invade su corazón y sus sensaciones, sabe que esta cerca pero ¿Qué es?. Ella camina deprisa por aquel gran patio de luces, se adentra en un bosque cercano, y se pierde por los grandes álamos. Oye una melodía, su mente, sus pensamientos suenan como melodía, camina y camina, rasgándose parte del vestido.

La melodía se hace mas intensa, la humedad se convierte en puro frió, y los árboles se abren frente a ella, duda del entrar pero toca su corazón y la abraza diciéndole que adelante. Ella entra con pudor en las mejillas, con los ojos dilatados y las piernas tembladas. Ahora no siente miedo, siente una perdida en la memoria, pero se va acercando a lo que no puede recordar. El suelo de ramas rotas y gusanos desaparecen y se convierten en rosas, rosas frescas. Ella anda suavemente con el tacto puro de las flores y se emerge en la luz que se va acercando a ese camino abierto por los árboles.

No sabe si entrar pero hay una voz que se lo ordena, asoma su dorada cabellera y sus ojos se llenan de colores. Hay un hombre sentado con una flor, pero no es una flor cualquiera, es una flor de cristal, el se lo muestra y ella puede apreciar trazos de imágenes compensadas a lo que ella soñó un día y en lo que vuelve a soñar. Su corazón late tan rápido que no puede respirar y esa sonrisa de el, ese hombre que la mira tan fijamente le hace perder la razón. Su rostro… ese rostro… que es? Porque sabe que ha visto ese rostro en algún lugar, en alguna parte? Esa sonrisa, esa que la hace adormecer y ablandar los temores que ella tanto aguarda.

El se levanta, lleva una capa morada, el color favorito de ella. Sus ojos son negros intensos como la noche, pura noche, puras estrellas. Su boca es tentadora y su porte es algo de lo que hay que tener en un hombre. El la coge de las manos, las acaricia, se las lleva a la boca y las besa como si fueran tremendamente sensibles, ella siente como se derrite ante el, ¿quien es este hombre? ¿Porque su rostro es tan condenadamente conocido? El la coge de la cintura y baila con ella esa nueva melodía, la melodía de sus sueños. Sus ojos no se apartan a los de ella y por un instante piensa que son los ojos que quiere por siempre mirar. Ella intenta tragar saliva pero su garganta es más fuerte.

El cielo se cubre de estrellas, estrellas fugaces. Pide un deseo, puede ver que el piensa.

¿Quien eres? Porque me haces flotar de esta manera?

El no deja de sonreír, coge su mano, levanta su barbilla y le dice en un susurro:

_ ¿no sabes quien soy?

Ella niega con la cabeza, piensa, piensa.

_ No

Entonces el besa calidamente su boca llenándola de placeres exquisitos y primerizos. Ella puede sentir su aliento y siente que no quiere dejar de sentirlo ni un momento. Entonces abre sus ojos y el vuelve a decirle

_ ¿no sabes quien soy?

Ella vuelve a negarlo. Pero mantiene su mirada fija en el y de repente como un rayo, su mente se sacude, todo su cuerpo se sacude y no puede articular palabra, solo asombro.

El sonríe más abiertamente y le dice al mismo tiempo que afirma con la cabeza:

._ soy el hombre de tus sueños