El pavo real mostraba con vanidad sus plumas de colores, alardeando de su magnifica belleza. Esto sucedía casi a diario cuando todas las aves se congregaban a beber agua en un pequeño lago cristalino. Allí comenzaba a vanagloriarse de su plumaje al instante que veía su imagen reflejada en la superficie del agua. Las demás aves la miraban con recelo y fastidio hasta el día en que un nuevo visitante acudió al lago, un sigiloso zorro se acercó al lugar dispuesto a asirse de un gran banquete.Las aves se percataron del peligro pero el pavo real continuaba absorto en sus pensamientos. Un cuervo trató de advertirle pero ya era demasiado tarde, el zorro se había agazapado sobre ella y tras el rápido ataque solo quedaban a la orilla del lago algunas vistosas plumas de colores. El zorro no tuvo tiempo de contemplar la belleza efímera del pavo.