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Como engañan las apariencias.



Para una joven chica de intercambio, de raíces asíaticas y con un característico cabello rojizo, logrado a punta de las maravillas de la era moderna y el cual llegaba hasta sus delicados hombros. Alguien quien podría pasar por cualquiera de las muchachas que disfrutan de sus buenas fiestas en sus primeros años de universidad, aventurándose en sus primeras historias de amor juvenil, y sin embargo, Ayumi se concentraba con sus libros.



Prominente estudiante en la secundaria, se había ganado una beca para estudiar robotica en la Universidad de Paragorn City. Sus primeros avances en la carrera fueron sobresalientes y fue tomada en cuenta para varios proyectos de la universidad.



Pero todo exceso es malo dicen por ahí, y la joven estuvo a punto de pagar el máximo precio. Una de las tantas noches, en que las horas corren para dar paso a la oscuridad nocturna, Ayumi se quedó un poco más de lo debido trabajando en el experimento de trajes de soporte.



El reloj insistía en sonar cada hora, y cuando finalmente ella se dio cuenta, las agujas marcaban pasadas las dos de la madrugada. Suspiró y finalmente todo su cuerpo reclamó el extenuante trabajo que había estado realizando. Tomó con tranquilidad su bolso y se dirigió a su cuarto, el cual se encontraba en el dormitorio de señoritas, cruzando la plaza de la universidad.



Siendo tan tarde, Ayumi pasó sin compañía los largos pasillos de la universidad. Arribó a la puerta y salió al gran parque que adorna las instalaciones. A esas horas de la madrugada, parecía ser más un nido de sombras inmóviles ya que no soplaba ninguna brisa. Ayumi, decidió no darle más tiempo a que algún sentimiento paranoico controlará sus acciones y se dirigió hacia su dormitorio.



Pero desde los árboles circundantes, unos cuantos pandilleros de máscaras pálidas y tétricas, esperaban casi dormidos el poder hacer algo divertido en esa monótona noche. La oportunidad casi tocó sus narices, cuando vieron pasar a una joven pelirroja que caminaba presurosa y mejor aún, solitaria por el pequeño parque.



Como una manada de chacales, se desplegaron para cortar las vías de escape de la víctima. Ayumi no había tenido oportunidad de percatarse del peligro inmediato en el que se encontraba. Las Calaveras finalmente salieron al encuentro de la joven universitaria, ella quedó paralizada por el terror al ver a tantos pandilleros concentrados en ese lugar que había sido su santuario.



Rápidamente trató de localizar en esa red de corruptos alguna posibilidad de escape, pero en todo rincón que pudiera pensar para salir corriendo, encontraba a una calavera enchaquetada esperándola, prácticamente las órbitas vacías describían la fiesta que querrían armar con la figura de la chica.



Sus ojos encontraron en esa muchedumbre depravada un par de mujeres, pero sus ropas delataban que eran parte de la chusma que la rodeaba. Casi podría jurar como veían con retorcido gozo el posible espectáculo. Ayumi cayó en cuenta de que nada la podría sacar de esa pesadilla.



Sus piernas no reaccionaron cuando el primer calavera se abalanzó sobre ella. Ni siquiera cuando sintió las mugrientas uñas desgarrar una parte de la manga de su blusa. Un segundo enfermo la tomó por los brazos y la aprisionó, dejándole escapar un fétido aliento provocado por el exceso etílico en su cuerpo.



Su mente empezó a desconectarse de la cruel realidad, buscando al menos una salvación de la traumática experiencia a vivir. Su única reacción fue sentir como sus lágrimas recorrían sus suaves curvas del rostro, mientras sentía como su orgullo, su valor quedaban manchados por una partida de vagos sin capacidad de enseñar si quiera sus cobardes rostros.



Sólo una pequeña carcajada la conectaba a la desgracia latente, escuchó una frase que enervó su sangre "no la trates tan mal querido, no ves que se ve toda delicadita y ñoñita, de fijo no te va a aguantar mucha diversión". Ayumi, sintió la rabia volver a su cuerpo, y de un rodillazo se quitó a su primer asaltante, con el mismo impulso golpeó la espinilla del que tenía atrás.



Al verse liberada, se abalanzó sobre aquella fuente de burla, dispuesta a arrancarle algunos dientes. No contaba con que los números de la pandilla de las calaveras era considerable y golpear a uno de sus miembros es desatar su furia. Los abusadores se interpusieron en el camino y dejaron ir su cólera en sendos golpes a la joven estudiante.



Sendos golpes secos se hicieron escuchar en los alrededores, acompañados del instinto del grito, la pandilla había dejado el juego y estaba tratando a la pobre víctima como si fuera un bolsa de boxeo. Algunos estaban preparando los implementos de baseball para seguir con la faena.



La respiración se empezó a condensar...



Uno de los Calaveras, sintió un impacto en su pecho, era frío y duro como una roca, sintió casi de inmediato una resistencia a su acostumbrada agilidad. Su sorpresa no le permitió percatarse de un segundo impacto todavía más helado el cual cubrió su cuerpo, haciéndole perder la consciencia.



Una neblina cubría al nuevo actor en la contienda, de sus manos emanaba una tercera saeta que impactó a un segundo pandillero, su cuerpo se cubrió de hielo y quedó fijo como si fuera un iceberg. Los calaveras, voltearon a observar al entrometido, todavía lo superaban en número.



Aunque amilanados por sus compañeros, cargaron en contra del extraño desconocido, quien en rápidos movimientos de brazos dejó escapar más extraños rayos congelantes los cuales inmovilizaron los pies del grupo de escorias. Los rayos de luna finalmente iluminaron a la figura, mientras avanzaba lentamente hacia los indefensos malhechores.



Ayumi veía desde el piso a su salvador, mientras este iba noqueando a sus inválidos oponentes con sendos cortes de una especie de espada de hielo que había sobresalido de su mano derecha. La rabia seguía hirviendo, tanto por la humillación del ataque, como ahora el verse en la necesidad de ser rescatada.



Las chicas pandilleras habían visto como sus compañeros habían caído, y trataron de emprender la huída, pero sus pies se encontraban aferrados al suelo, vieron con horror, como el frío había inutilizado sus extremidades inferiores. Mientras el hombre azulado se acercaba amenazadoramente hacia ellas.



La estudiante se levantó de un brinco, sus ojos todavía mostraban la cólera de la afrenta. Pateó en varias ocasiones a los que la habían atrapado, y luego se dirigió hacia la raterilla que había gritado los improperios. Sus ojos mostraban los nervios de verse acorralada y con alguien que no tenía ninguna intención de conversar los problemas.



El desquite sería dulce y una vez en frente de la aterrorizada chica. Lágrimas brotaron, mientras rogaba que no le hicieran daño. Ayumi sintió que su enojo crecía más al ver el deprimente estado de quien hace uno solo unos minutos había dicho que ella no podría aguantar tanto abuso.



Dejó ir su puño a la cara de la infeliz ladrona, pero sintió que algo había recortado su recorrido. Al ver el origen del estorbo, se dio cuenta de una mano azulada que había detenido su ataque. Volvió a ver a su salvador el cual se encontraba entre ella y la arruinada antisocial, una cara de incredulidad la dominaba.



- "Porque?" Fue su única reacción.



El recién llegado simplemente movió su cabeza de lado a lado, -"No vale la pena, ya está vencida, y ni siquiera el orgullo le ha quedado, para que tratar de lastimarla más si ya se le impactó donde más duele?"



Pero la sangre hervida no se baja fácilmente y menos si no puedes descargarla, pero no hubo forma de superar al mutante azulado. La otra chica simplemente agradecía la oportunidad de redimirse y de no haber sido golpeada. Sin embargo, el desconocido se volvió - "No agradezcas, igual vas arrestada"



Los clásicos colores brillantes de rojo y azul hicieron su aparición junto al característico sonido de sirenas. Los oficiales de la Ciudad Paragorn recogieron el desorden mientras agradecían al héroe su intervención con esta pandilla. Por otro lado Ayumi seguía sintiendo el fuerte calor en su interior. agua salada recorría libre sus pómulos a manera de externar la combinación de sentimientos que la habían desbordado hace solo media hora.



En su mente sólo había una solución, no sería tomada de nuevo por sorpresa, ni tendría que lidiar con el hecho de tener que ser rescatada. Tampoco quería sentir el hecho de estar indefensa, o que la tomaran por sorpresa. Y quería vengarse, quería tomar justicia por su cuenta y ser la vengadora de esa situación de abuso.



Observó al héroe, algo Tundra escuchó a los oficiales decir. "Nunca más", fue el pensamiento para sus adentros. A partir de hoy sabré defenderme yo sola. Mientras viajaba era acompañada por un par de oficiales a su apartamento, maquinaba aquello que le permitiría enfrentar a los peligros de la calle.



Un traje, que permita explotar y aumentar mis capacidades físicas. Con una aleación de metal y plástico moldeable que me permita resistir el abuso recibido. Sus costillas lanzaban finalmente las quejas de los golpes recibidos. sus mejillas enrojecidas empezaban a cambiar su color por algo más morado, mientras sus brazos dejaban ver las asquerosas marcas de aquellos perdedores.



Si un traje sería la solución perfecta, tendría que retomar esas clases de kendo que había recibido cuando niña, y ver como agregaría eso al traje. En su apartamento, finalmente. Pero el pensamiento seguía presente. Era obvio que esa noche no conciliaría el sueño. Cambiando canales, se detuvo finalmente en el de animados. Una conocida serie de chicos pasaba una maratónica esa noche.



Y fue cuando el traje empezó a tomar forma. Aquellos trajes gigantes, recibiendo y lanzando sablazos energéticos era lo que ella buscaba, quería, deseaba. Se enamoró de la idea de poder volar, pero eso le llevaría tiempo. Pasó dibujando durante los siguientes días un traje que cumpliera los requerimientos.



Tardaría su tiempo en llevar a cabo esos trazos a algo tangible, pero tenía el equipo. Siempre sobraban partes de las computadoras más viejas. Contaba con el tiempo, sus estudios serían base de lo que quería crear y podría disimularlos bajo proyectos universitarios. Lo más importante, tenía el espíritu y el empuje para sacar adelante el concepto que sería MOBILE SUIT GIRL!!!



Sus primeros logros fueron los guantes de aleación de plastiacero. A pesar de verse bastante masivos, gracias a la combinación de plásticos y un buen sistema de energía permitía un rápido despliegue de fuerza y agilidad. Sus primeros intentos resultaron en unos cuantos daños no previstos, lo cual la obligó a practicar sus experimentos en lugares más solitarios.



Las botas habían llevado su mayor rato, pero todavía no conseguía darle la estabilidad ni la potencia necesaria para poder llevar a cabo operaciones de vuelo. Parecía que ese proyecto tendría que esperar un poco más antes de dominarlo. Un set de audífonos alterados, serviría como interceptor de señales de la radio policial, lo cual le permitiría llegar al sitio que la necesitara, además de agregar la posibilidad de comunicarse por celular.



De paso el receptor de voz le serviría para proteger su mandíbula, había sufrido una qubradura en el ataque, aquella fatídica noche y no le había hecho gracia todo el proceso de curación. firme en su lugar sería un duro recibimiento para algún nudillo atrevido que fuera a tratar de impactar su cutis.



El desarrollo de las espadas también trajo sendos problemas, ya que no contaba con la posibilidad de poder desarrollar un generador de energía que le permitiera contenerlo en un rango cercano y hacerlo tipo llamas calentaba demasiado el mango. Pero al igual que las botas, simplemente serían proyectos que quedarían en suspensión hasta que consiguiera la tecnología necesaria.



Sus primeras correrías en Galaxy City le agregaron un poco más de experiencia a su limitada práctica de combate, hacer mejoras al traje, que le permitieran aguantar las duras golpizas que realizaban los Hellions. Sus correrías finalmente la llevarían a las calles de Kings Row, done se encontraría con unos viejos conocidos...



Las pandillas amantes de la muerte son fuertes en esos barrios, escuchó decirle a algunos de los héroes de mayor bagaje de un grupo conocido como el "Graveyard", un deseo de ajustar cuentas estaba a la orden del día y la joven heroína se dirigió con rapidez. Las pandillas probaron ser más resistentes de lo que se había imaginado, armadas con bates, pistolas y navajas atermorizaban a cuanto transeúnte osaba equivocarse en el camino.



Las calles se convertían en constantes campos de batallas entre héroes en crecimiento y las pandillas, agregando a los misteriosos y maléficos Cultistas del Círculo de espinas. Grupos de sospechosos carniceros rondaban los lotes valdíos con bolsas de tamaños considerables, en los cuales llevaban contenidos que preferías dejar en la ignorancia.



En una de las tantas noches de vigilancia, después de haber rescatado a un pobre contador de algún rito maldito de los del Círculo, Ayumi registró un aviso de robo en una de las tiendas de la localía, una joyería según decía el reporte policial. Se sospechaba de la pandilla de las calaveras, lo cual hizo que MS Girl rápidamente se pusiera en camino.



Al llegar a la escena, notó la falta de delicadeza tan característico en los rufianes amantes de lo mórbido. Una mujer esperaba afuera, no se veía como tu clásica novia de barrio bajo. Vestía un vestido corto verde y se cubría con un abrigo negro. Largas botas cubrían la mayor parte de sus piernas. Su pelo cobrizo estaba amarrado con una trenza y sólo dejaba un pequeño conjunto adornar su delicado rostro. Extrañamente andaba unos anteojos oscuros que dificultaban el describir el resto de su rostro.



Un pesado rifle de asalto descansaba a su lado y parecía estar vigilante ante la llegada de cualquier defensor justiciero. Ayumi se acercó con la intención de neutralizarla a ella y más importante evitar de que alguien utilizara ese instrumento de aniquilación. Sus pesados pasos llamaron la atención de aquella pelirroja, quien con un chillido atrajo a los demás miembros de la banda que se encontraban adentro del establecimiento.



Tres tipos aparecieron por lo que alguna vez había sido el ventanal de la tienda, chascar los pequeños fragmentos de vidrio esparcidos en la acera. La joven rufiana se había escondido detrás de uno de los vehículos que se encontraban estacionados, mientras que los gorilones hacían una muralla humana que confrontaba a la joven estudiante.



Sus rostros no tenían la característica marca calaverica, y su uniforme estaba compuesto por unas fatigas militares grises. Una lanza envuelta en fuegocomponía el escudo que adornaba sus trajes. Todo complementado por un rostro de pocos amigos y rifles de asalto de nivel militar.



MS Girl no se amilanó ante el número mayor de oponentes. Estaba acostumbrada a enfrentar grupos de pandillas completos con poca resistencia. Su traje había probado ser un excelente escudo contra cualquier ataque físico que le lanzaran. El trío de malhechores abrió fuego. El ensordecedor zumbido de las balas pasaba a su lado, impactándola en tantas otras ocasiones, pero causándole poca molestia.



Se había cubierto el rostro con sus brazos escudo para evitar que una bala perdida pudiera sorprenderla. El sonoro TONK se repetía con harta frecuencia al frente de ella. MS Girl hechó a correr para dificultar un poco más la puntería de sus oponentes, mientras se acercaba a ellos para la dulce riposta.



Finalmente los clicks de gatillos en armas que no encuentran más balas se hizo presente. Con una rapidez y disciplina casi de comando militar, los 3 descargaron el cartucho vacío y procedieron a recargar con uno fresco. Pero era tarde. Ayumi estaba en frente, sus espadas habían silvado al salir de sus sayas y buscaban ya la primera sangre enemiga.



El primero de los ladrones sintió un rápido ardor en su muñeca, mientras veía incrédulo como el cartucho realizaba un clavado hacia el piso. Observó de inmediato como un filo azul cruzaba su humanidad. Un terrible dolor se adueño de su estómago y la oscuridad de su estado de alerta.



Sus compañeros veían imberbes las acciones de la chica que debería estar en el piso agujereada de casi cien balas que le habían dejado escapar hace menos de un minuto. La joven heroína no perdió tiempo y cruzó miradas con los otros dos rufianes. Con la misma relampagueante velocidad cruzó la corta distancia que los separabas, sus hojas azules brillaron al recibir los rayos de la luna, encegueciendo a sus atónitos oponentes.



Sin embargo, sus cortes no encontraron esta vez presa. El aire rebanado lanzó su característico quejido, pero no hubo contacto con el físico de esos hombres. MS Girl había fallado, y había perdido el elemento sorpresa. El primero de aquellos acérrimos enemigos lanzó un rápido golpe con la culata de su rifle, impactando uno de los costados la joven. El golpe no fue tan doloroso, de nuevo gracias al flexible plastiacero que recubría su cuerpo, sin embargo la fuerza si logró moverla de su sitio, dejando al segundo tipo fuera de su alcance.



Su ataque había generado el tiempo suficiente como para que el otro pudiera terminar de recargar su instrumento de muerte, Mientras que el primero se quitaba de la línea de tiro. De nuevo la noche se iluminó con los rápidos fogonazos de una automática, mientras avanzaba hacia MS Girl, quien se había puesto a la defensiva.



Con una patada de su pesada bota de combate, volvió a lanzar a la joven japonesa fuera del rango de combate personal. Ella observó como aquel que la había golpeado primero aseguraba el nuevo cartucho en su lugar y se disponía a abrir fuego. Un rápido movimiento hacia uno de sus antebrazos mecánicos, le permitió sacar uno de sus trucos, un pequeño tazer gun adaptado, el cual disparó hacia el que había terminado de recargar.



El tipo no pudo reaccionar. Un par de pinchazos atravesaron sus ropas y piel, que le regalaron un impacto eléctrico que se extendió por todo su cuerpo. Sus manos dejaron de responderle y dejó caer el arma. Sólo tendría tiempo de ver una patada en su estómago seguida por un severo dolor en la nuca. Su sufrimiento era corto, ya que su cerebro estaba desconectando todas las funciones de la consciencia. Su despertar no sería tan generoso.



Ayumi quería terminar rápido con el 3ro, no quería sufrir otra lluvia de balas, pues estaba sintiendo ya el sobrecalentamiento de varios de sus sistemas. Sólo quedaba el tercero, que aunque tenía cargada el arma, faltaba deslizar la primera bala al compartimento de salida. Un par de cortes acabarán con él, pues no se veía tan seguro como cuando había iniciado la contienda.



BANG!

Seguido de un jalonazo en su espalda baja, MS Girl dejó escapar un grito, más por la sorpresa que por el dolor que comenzaba a reclamar la atención de su cerebro. Este a su vez inició a bombardearla de preguntas sobre quien había originado aquel disparo endemoniado. Pero, los dos oponentes anteriores estaban caídos. El que tenía adelante de ella no había jalado el gatillo, eso era seguro. Volvió a ver a sus espaldas, y vio con horror a la "delicada" dama, sosteniendo el rifle.

"Acaba con ella, Lancelot!!" Gritó la pelirroja traidora. Su voz era terriblemente conocida. Ayumi sintió un recuerdo golpear inmediatamente su cabeza. Era la misma voz de aquella fatídica noche, la misma chillante voz que clamaba que ella era una simple y delicada víctima.

Pero ese recuerdo nubló por un momento su accionar en el presente. sintió un golpe revolcar los pensamientos en su cabeza, Aún con el protector que tenía puesto, sabía que eso le dejaría una marca en la mañana. Su oponente varón dejaba esbozar una sonrisa al sentirse de nuevo con el control y la ventaja.

De nuevo un viejo mal olor invadió su olfato. El mismo que había sentido del tipo que la había inutilizado en aquella noche. Las casualidades de la vida habían hecho que estuviera enfrentado al mismo grupo que la había hecho tomar la carrera de vigilante nocturna. Sus oídos a su vez le anunciaban que un arma estaba siendo disparada por detrás, sonando más como una ametraladora que el singular plomo que había impactado su espalda.

Movió su cuerpo instintivamente fuera del rango de fuego, pero los nervios, clamando atención, atrasaron la reacción de los músculos. Los impactos se multiplicaron a lo largo de su parte posterior. El dolor se dejó llevar en cada lugar que sentía un clang. Y veía como el tipo apuntaba para terminarla en un cruce de fuego.

La furia la dominó. Ayumi no podía aceptar que en una segunda ocasión y mejor preparada, fuera a ser vencida por este grupo de pendejos. El dolor se desvaneció. Ella corrió, directo hacia "Lancelot" sus brazos y sus katanas se convirtieron en un sólo elemento, y dejaron ir un frenesí de cortos y estocadas. El pobre desgraciado simplemente sintió su cuerpo lacerado de un momento a otro, esparciendo su líquido vital a borbotones en la calle.

Los disparos se habían desvanecido. Ella dirigió su mirada rápidamente a donde estaba la perra con el rifle, pero ya no estaba acuclillada. Se había levantado y se disponía a escapar de la escena. Las sirenas cantaban su pronta llegada, por lo que la sutileza era necesaria.

MS Girl no tenía ninguna intención de dejar escapar a su presa, y esta vez no había ningún tipo azulado evitando que descargara la violencia a placer. Volteó con rapidez su cuerpo y se lanzó en pos de alcanzar a la última de esta pandilla, pero ya la pelirroja villana tenía su rifle apuntándole.

Un disparo se escuchó nuevamente, y Ayumi sintió el golpe en su estómago, pero el impacto parecía más el de una pelota de tennis que de una bala. Sintió como su cuerpo quedaba intulizado, por un tipo de red pegajosa.

La villana, simplemente sonrió, - "No te esfuerces tanto, nerdita.. Te vas a arrugar antes de tiempo". Salió corriendo y se perdió entre las sombras. MS Girl se retorcía mientras trataba de cortar su prisión pegajosa con las katanas.

El arribo de las patrullas se conjugó con la descomposición de aquello que la había inutilizado, lo cual amplió su mal genio. Rápidamente explicó la situación a los oficiales. Para su sorpresa, le dijeron que había capturado al líder de la banda, al tal Lancelot. Pero había algo que no encajaba en esa ecuación.

La adrenalina fue bajando y los nervios activaron de golpe todos sus sentidos de emergencia. Los oficiales se apresuraron a tomarla en brazos y evitar que la gravedad la reclamara. Ya tendría tiempo de analizar la situación, según sus cálculos, la herida le haría pasar unos cuantos días en el hospital. Pero esa misteriosa pelirroja.. Hay algo más detrás de su falsa inocencia...

FIN

Texto agregado el 11-07-2008, y leído por 140 visitantes. (0 votos)


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