Empiezas a conocerme un poco al menos, te has dado cuenta de lo que significo entre letras y renglones, y con ello, podés conocerme hasta lo más recóndito de aquello que me mueve, hasta las noches en que solo tengo ganas hasta de darte unas nalgadas y comerte a besos. Encontrar un poco del loco apasionado que ves a veces menos de una vez a la semana.

Eran pocas las cosas que te imaginabas supongo, del cómo fui hace ya tanto, de mis amores y mis desvelos, de mis fracasos y desconsuelos; hoy es el tiempo materializado que nos permite estando tan lejos permanecer unidos, por eso te escribo a vos, mi pequeña compañera de camino distanciado.

Soy uno de esos locos que se la pasan pensando siempre en la misma cosa durante el día, y después a lo largo del insomnio por las noches, para despertar con la respuesta esquiva a la mañana siguiente, cuando he olvidado ya, para qué buscaba la respuesta... Tú me conoces, un poco al menos, y te habrás dado tarde cuenta de que soy un necio empedernido maniaco enfermo, porque cuando me lo propongo sé resultar bastante insoportable, pero trato de no hacerlo muy a menudo.

A ti te escribo esta noche desde lejos, en la ventana que no da a ninguna parte, desde la puerta que no da paso a ningún lugar, desde este punto muerto de hambre de abrazarte un poco y besarte bastante suficiente, pero nunca demasiado. Y lo hago hasta apenas porque estas eran de las cosas que no compartíamos todavía, pero ya que te lo has propuesto, por este medio, habrás de conocerme tal cual soy tu compañero... Bienvenida.