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La niña perfecta

Ana era una chica joven de unos 16 años de edad aproximadamente que vivía con sus padres en New York City.
Estudiaba letras y trabajaba como niñera de lunes a viernes a la mañana.
Un día normal:
– ¡Hola señora Prinston! ¿Qué tal le va?
– Nosotros bien pero Marta no se siente así
– Stefany llegará de Texas dentro de 3 hs estamos impacientes
– Ella qué edad tiene
– Es 2 años más grande que vos, creo que se llevarán porque es muy sociable
– ¡Okis!
– Buenos, nos vamos
Llega Stefany de apariencia esbelta, era rubia y de carácter inteligente pero duro:
– Tú eres la niñera, quiero paz y tranquilidad, mantén a mis hermanitos ocupados
– Como digas jefa
– ¿Te burlas de mí?
– Dije como diga jefa, ustedes mandan
Su cuarto era como el de una princesa, con todos los chiches que buscaras. Todos los días se arreglaba el pelo con muchas cremas, la cara parecía de porcelana y se cuidaba mucho en las comidas. Adivinen quién tenía que limpiar todo. Anabella.
Cuando estaban estudiando para un parcial, le telefonean insistentemente:
– ¡Hola!
– ¡Hola Ana quiero que vengas temprano mañana porque tienes que limpiar mi casa porque daré una fiesta!
– ¿A qué hora?
– Venite a las ocho
– Okis (protestando por lo bajo)
Después de la fiesta Stefany terminó pésimo y Ana tuvo que ayudarla a recomponerse.
Una tarde:
–¡Gracias por ayudarme!
– No hay drama
– Eres muy linda conmigo y yo soy una bestia
– Te repito no hay drama
– ¿Quieres quedarte a dormir?
– No puedo tengo que estudiar para un parcial importante
– ¡Otra vez será!
Haciendo las compras de la semana, se encontró con ella en el supermercado. Ana estaba vestida para el coqueteo, le gustaba producirse a veces:
–¡Hola!
– ¿Cómo estás?
– Bien, en realidad triste porque terminé con mi novio
– ¡Qué mal! Pero habrá alguien mejor
Se pone a llorar:
– No me llores a mí, vamos a tomar un café y me cuentas ¿dale?
– ¡Gracias!
Estuvieron charlando pero Ana notó que la miraba de una manera especial y al final al regresar le dio un beso:
– ¿Qué te pasa loca?
– Me gustas
– Nunca mencionaste tu orientación homosexual
– Lo lamento estoy confundida

Obviamente Ana la evitaba a toda costa. Le había desequilibrado todo, no sabía por qué una niña consentida que tenía lo que quería, había actuado así.
Los padres estaban preocupados porque varios días se encerró en su habitación y no quería salir. Hasta que una vez:.
– Oye Stefany soy yo tenemos que hablar
– ¿Qué?
– Déjame entrar
Le abre la puerta:
– ¿Qué te pasa Stefany? Yo te quiero y tienes que reponerte
– ¿Lo intentarías por mí?
– ¿Qué?
– Tener una relación con una niña aparentemente perfecta
– A mí no me gustan las chicas
Entonces la toma entre sus brazos y la besa, la pasión se había desatado y eso enfurecía a Anabella. Tuvo pesadillas por días.
No sabía cómo hacerle entender que ella no era lesbiana ni bisexual.
Le llamaba por teléfono todas las noches, diciéndole cuánto la quería.
Ana estuvo pensando que aunque no era gay, le gustaron un poco los besos de Stefany, nadie la había besado de esa manera antes.
Le escribía cartas, hasta que se sentaron a charlar:
– Es algo nuevo para mí, ¿has tenido novias antes?
– No, eres la primera
– Qué te hizo cambiar tu orientación o siempre sentiste atracción por el mismo sexo
– Creo que recién salgo del armario porque me he ocultado por temor
– Es lógico, la sociedad en general no lo acepta
– Contigo es diferente, me siento liberada
– Vaya que te has liberado
– ¿Te gustaría estar conmigo?
– Pero sin escándalos
Las niñas escucharon toda la conversación.
Esa misma noche tuvieron su primera vez y fue fogoso.
Ana pensaba, reflexionaba cómo llegó a tal situación, nunca había tenido relaciones con una mujer, ni de novia, pero sentía que Stefany se había confesado.
Tenían que esconderse de los demás, esa es la parte desagradable.
Una noche Ana regresaba de la facultad cuando un tipo medio borracho la violó y terminó en el hospital:
– ¿Cómo supieron? – le pregunta a los Prinston
– Los chicos me avisaron, ya sabemos de tu noviazgo con nuestra hija, tema aparte, lo que importa es tu salud
– Stefany preguntó por mí
– Casi se muere cuando se enteró
Entra Stefany:
– Creo que esa fue una muestra del peligro que corre la gente como yo, ¿cómo te sientes?
– Me intento recuperar
– Lo lamento
– Tú no eres culpable
– Soy yo la que te metió en todo esto
– Stefany nos queremos es lo q debe prevalecer
– No estarías acá si te hubiera cuidado
– ¿Eres la mujer maravilla acaso?
– Yo soy la marica
– Tienes que aceptarte a ti misma y te sentirás mejor
– Me descubriste detrás de la piel de seda
– Sí- se ríe
– Te ves bella aun enferma
– Gracias, espero que te mantengas
– Subí un kilo
– ¡Ja,ja!
– Te dejaré tranquila y que seas feliz, te lo deseo de corazón- se estaba yendo
– Yo soy feliz contigo- le grita
– ¿Qué? Se vuelve
– Eres una persona maravillosa, que me haces reir con ganas, dulce, tierna y te quiero porque ahora significas todo para mí
– ¿De enserio?
– Me di cuenta que la vida no tiene gracia si no estamos juntas
En aquel momento dejó de sentir culpa por ser distinta y abrazó fuertemente a su pareja.

FIN

Texto agregado el 27-06-2008, y leído por 683 visitantes. (0 votos)


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