La envidia la consume. No sabe si es verdaderamente envidia, o solo ira y resentimiento acumulado, manifestado en decepción. No sabe si debe dejar de pensar en eso, o si debe seguir pensando en cómo manejarlo de una mejor forma.

La lejanía hace cosas. La distancia es un espacio frío. Como un congelador. Se necesita más que un hombre para quitar ese sentimiento de aislamiento.

La insolación la tiene mal. Su cabeza no duele ni retumba pero gira y gira en torno al mismo asunto. El problema es que puede que nunca cambie su situación y aún así debe seguir viviendo. Como pueda.

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