En el incinerante ocaso y crepuscular
Los cielos aun son una injusticia divina
El abismo en la platabanda es frió azul
Los sentidos palpitan y adentro tiemblas
Un vació, la soledad y finalmente cabían.

Despertaste y el miedo aun te cegaba
Tus sueños se hundían en tu almohada
Oyes es suspiro, viene de tierras lejanas
Corres pero de ti nunca logras escapar.

Sol naciente, cicatriz picante aun fresca
Vida, en otras vidas no dejes que me hunda
Con el sabor de la hiel tan amarga y seca
Puedes verme derretir y allí te veo aun venir.

Seré esa tu poeta triste, aun oscura y siniestra
Tu serás la heroína que consuma en mi lecho
Toneladas de viento dispersan tu pensamiento,
No dejes que muera abrazando tu aroma fresco.

Podré desvanecer dentro de tus recuerdos
Imaginaras que yo, ya o aun, nada siento
Pero el paso de un tren siempre se siente.