un palmo apretando los estómagos
hierven las vísceras
fluctúa entre la espalda y las costillas un inexplicable
coagular de sangre
tampoco se puede respirar
las células van muriendo todas en cadena
como vuelta de dominó
más que una sensación física
es la inexorabilidad de todas las muertes
están apagándose las neuronas de la memoria
de la creatividad de la templanza de la lujuria
destellan por último
los afectos
los amores de diferentes volúmenes y estirpes
desfilan los rostros muertos vividos ansiados

el fin no se puede captar
si no por el tacto del vacío

el techo se perfila estrujado arrugado
se calientan todos los moños
y el fuego en llamarada titánica
se desdobla una y mil veces
azota los rostros con su aliento sombrío...!
va comiendo pieles y muebles y cuartos...!
se consumen las novedades los regalos los esfuerzos...!
los mismos desaparecemos en oleada majestuosa
bella en su tiránico paso
insuperable...
muerte sin derecho a estupor ni a lágrimas

nadie velará el viaje de las almas