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CELIA
Era el tiempo en que los árboles se abandonaban a los brazos del viento moviendo sus ramas y hojas cadenciosamente. Desde la terraza de su enorme habitación Celia se dejaba hipnotizar por aquellos movimientos, a veces deliciosamente largos otras inesperadamente cortos. El viento era un bailarín irresistible y los árboles no se resistían a su encanto.

Celia no lo entendía del todo pero ella no tendría nunca la gracia necesaria para bailar. La naturaleza a veces juega con las personas de una forma extraña . Aún así, soñaba con abandonarse -como los árboles- ante el embrujo del viento.

Había sido idea de sus padres tenerla encerrada en la habitación azul, donde "no le faltaría nada". Silenciosos sirvientes cual sombras, la proveían de alimento según rígidos horarios impuestos por su madre. De vez en vez el doctor de la familia, un viejo gordo y calvo, subía por cortesía para revisar su estado de salud, encontrándola siempre "perfecta, dadas las circunstancias". La niña de trece años ignoraba porqué casi nunca veía a sus padres y sú unica familia eran aquellos magníficos árboles que admiraba desde su terraza.

Un día el bosquecillo contiguo a la casa de Celia se llenó de voces jóvenes que armaban un gran alboroto. Eran ruidos desconocidos para ella quien se asomó por su balcón encontrándose con un alegre grupo de chicos y chicas mas o menos de su edad, que seguramente habían burlado la vigilancia de la casa y se habían introducido sin permiso en la propiedad. Uno de los jovencitos se sintió observado y descubrió a Celia. Aquellos ojos de aspecto extraño, su corta estatura, el cuello demasiado grueso, la torpeza de movimientos.... todo ello le hablaba de que aquella muchacha era diferente y comenzó a hacer bromas estúpidas sobre ella. Indignadas, dos chicas lo callaron inmediatamente y le hacían señas a Celia para que bajara y se les uniera. En ese momento irrumpieron los guardias de la casa y ahuyentaron al grupo. Celia los miró alejarse y sintió una gran pena, la algarabía de los muchachos en vez de asustarla la había hecho sentir acompañada.

Otro día fueron las dos chicas que habían callado al bromista las que entraron nuevamente al bosque. Esta vez, sin hacer ruido, treparon con agilidad de monos por los árboles hasta quedar a la misma altura que la terraza. Cuando ella las descubrió sonrió como un sol y se acercó a verlas. Las chicas se sintieron impresionadas por su mirada, que era tierna y limpia y que les hablaba a gritos de su necesidad de afecto y de disfrutar de las cosas que apreciaba. Ellas estaban abrazadas de sus amados árboles, y en su corazón sintió la necesidad de abrazarlos también. Las chicas le extendían las manos pero Celia no se animaba. Así estuvieron visitándola por varios días y con cada visita se iba armando de valor para abandonar la seguridad de su terraza.

Cuando su madre fue alertada por los guardias, salió apresuradamente para encontrarse a su hija bien arriba, en la copa de un arbol. Celia estaba agarrada fuertemente de las ramas que se balanceaban peligrosamente de un lado a otro por su peso y por el fuerte viento que imperaba. Reía a carcajadas, ¡por fin estaba bailando con el viento!, abrazada de sus arboles y nada en el mundo podía hacerla mas felíz. En otro árbol el par de chicas reían histéricas al ver la cara de la madre de Celia quien estaba a punto de desmayarse. Celia no miraba a nadie, sólo sentía su pecho diferente, era su corazón latiendo al ritmo de aquel baile glorioso.

Tigrrilla



Texto agregado el 11-05-2008, y leído por 476 visitantes. (10 votos)


Lectores Opinan
25-09-2008 Muy bonito tigrilla! Un canto a la libertad con Celia bailando con sus arboles. Melancolico pero con una bocanada de feliz libertad. Te felicito. petzenko
22-08-2008 excelente argumento, te metiste gasta la cocina... un abrao rub sendero
22-07-2008 Como es que no habia leido esto!! Un primor de relato que me hizo sentir a la vez tristeza y alegria. Un abrazo. galadrielle
24-06-2008 Muy poético. Bello, muy bello. Sofiama
10-06-2008 Un texto escrito en prosa, pero con una tremenda dosis de poesía. Excelente. 5* ZEPOL
20-05-2008 Me gustó este relato triste y esperanzador a un mismo tiempo. Pero quiero más: parece el inicio de un cuento más largo. ¿Cómo continúa la vida de Celia con sus nuevas (quizá primeras) amigas?. Un saludo cordial. sespir
18-05-2008 Exelente cuento!!!***** gringuis_
13-05-2008 Hermoso cuento. Bien narrado que te hace sentir el ritmo del baile entre Celia y el aire. Mis 5* acuariana
12-05-2008 Fascinante texto que conduce a la imaginaci{on. uleiru
 
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