Hoy, tuve la certeza de tu existencia... Mientras agudizaba mi oído apoyado en el suave edredón materno, escuchaba tu delicado andar entre burbujas amnióticas. Ya has comenzado a sentir, a reconocer, a vivir poco a poco por tus propios medios. El pensar que aún eres tan sumisa, tan pequeña, hace que mi sensibilidad se manifieste a través de mis poros, dejando descubierta mi felicidad y mis ansias de tenerte entre mis brazos.

Cada brusco movimiento de alguna extremidad en miniatura, es como si el mismo corazón se exhaltara en dicha. Te amamos aún sin conocer tu rostro ni tu alma mas sabemos que nos traerás dulces alegrias...

No sabes lo ansiosa que estoy con tu llegada, quiero alterar los meses, los dias, las horas; Poder encontrarte en mis ojos humedecidos, quiero sentir tu manito apretando la mia...