Después de dudar ante la página en blanco, he decidido dar importancia de diario al encuentro de esta mañana. Como otras muchas de mis fines de semana, he bajado del metropolitano en Pere Lachaise; justo al lado del cementerio del mismo nombre. Desde que llegué hace unos meses a París, sus antiguos campos santos han enmarcado alguno de mis paseos favoritos. Así se lo he explicado a un octogenario de nariz puntiaguda al tiempo que le ayudaba a levantarse. Las rejas resbaladizas del arbolado de las aceras se convierten en verdaderas trampas los días de lluvia. Monsieur Dominique se disponía a entrar al cementerio. Al parecer, tiene la costumbre de hacerlo todos los 14 de enero.
-Ambos hemos madrugado con el mismo objetivo. Si lo desea podemos pasearlo juntos.
-Será un placer, joven. Hace mucho tiempo que no paseo en compañía de nadie, aunque a mis años, no aguanto demasiado tiempo andando… Ya lo ha visto. Así que tendrá que aceptar una condición, cuando me canse, seguiremos por separado. ¿La acepta?
-La acepto.
-¿Tenía pensado visitar a alguien en concreto?
-No. Camino y encuentro. Al final de esta calle se alzan las tumbas de Balzac y Delacroix –afirmé señalando un giro curveado.
-¡Delacroix! ¡Delacroix! Conozco bien a ambos… ¿Desearía saber un poco más sobre ellos?
-¡Claro que sí!

-Entonces, preste atención.
Lúcido conversador, lo hice durante todo el recorrido. Al regresar de la tumba de Édith Piaf, justo al doblar la Avenue de Saint Morys, monsieur Dominique ha desviado sus pasos hacia el interior de una isla de tumbas. Decidido, me ha preguntado sin girar su mirada:
-¿Sabe quién está enterrado aquí?
-Según el mapa guía: Ingres.
-¿Qué opina de él?
-Me gustan sus desnudos.
En silencio, me dio su visto bueno afirmando con la cabeza.
-Bien, joven, empiezo a fatigarme y necesito descansar…. Tal vez volvamos a vernos.
-Solemos frecuentar el cementerio –acepté-, puede ser que lo hagamos. Ha sido un placer monsieur Dominique. ¡Que disfrute de su paseo!
Encabecé estas líneas manifestando… Aunque se me antoje como un verdadero sin sentido, llevo todo el día atando cabos y… Creo que esta noche no podré dormir. Varios detalles me han llamado la atención. Entiendo que por gustos relacionados con la edad no supiera quien era el Jim Morrison, pero no que una persona de una cultura sin igual desconociera al resto de difuntos del siglo XX. Resulta que Jean Auguste Dominique Ingres murió el 14 de enero de 1867.