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De cómo Juanipa F. Fue a Comer con Dios

“¡…Pero cuando te encuentres en el infierno y las flamas de las llamas te estén consumiendo lentamente; recuerda que solo el diablo será el único que podrá ayudarte a escapar…!”

Nàmus
Entre Cielo e Infierno.

 …¡y eso que la pobre Juanipa era Cristiana Evangélica y no se metía con nadie…que le quedara a uno que somos mundanos!…
 ¿pero que fue lo que le pasó a esa señora, Juanipa?
 Ya le explico doctor. Siéntese ahí en el taburete, que ya le explico lo que le sucedió a esa pobre mujer.
 Bueno, adelante que estoy impaciente por saber su historia.

Todo comenzó cuando Juanipa F. ni siquiera era cristiana ni nada de nada. Tan solo era una mujer que se dedicaba a las labores domesticas; es decir, trabajaba en una empresa como bedel.
 Aja, prosiga con la historia, dijo el doctor de una forma insistente.

…Entonces, los dueños de la empresa; como eran cristianos evangélicos, le lavaron el cerebro a la pobre Juanipa y la transformaron en una especie de muñequita de porcelana.

--…¿y que tiene que ver todo esto, con la desgracia de la infeliz mujer? Intervino el doctor fatigado.

 Ya va a ver doctorcito, espérese un ratito que ya le suelto lo demás; no se me desespere usted también.

Bueno, como le iba contando: A Juanipa, jamás se le conoció marido. Solamente, se dedicaba a sus asuntos laborales y de ahí, para su casa. Cuando era mas joven, le llovían los pretendientes como usted no tiene idea y ella lo que hacia era rechazarlos a uno por uno. Hasta los muchachos del pueblo hacían apuestas a ver quien se quedaba con Juanipa. Juanipa F, opto por quedarse sola en la vida, sin marido ni muchachos que mantener. Sus padres habían muerto y acá en “La Guaira”, no tenía familia la muy pobrecita.

 Continué señor, por favor, no se detenga.
 Espérese doctorcito, mientras me echo un palito de anís.

OK, OK, entonces, como le iba diciendo, ¿Dónde fue que quedé?
 …Donde comentaba que la pobre Juanipa, no tenía familia.

Aja ya. Juanipa vivía sola en un ranchito por allá, colina arriba. No tenia amigos ni nada; y después que la transformaran en muñequita de porcelana, mucho menos!.

Un día llego Juanipa de su trabajo a casa y no había nada que comer. Sus vecinos se burlaban de ella y le decían burlonamente, que le pidiera mucho a Dios, que el siempre proveía. Una de las vecinas de sus alrededores, le dijo lo siguiente: ¿y bueno chica, no es que una al meterse a Evangélica, le van mejores las cosas?, al parecer, que todo eso como que es mentira y como que es al revés, te va mas peor que nunca; por eso, yo vivo mi vida a mi propio estilo, chica.

La pobre de Juanipa solo miraba y oraba mucho por esas almas descarriadas. Se iba dentro de su rancho, se ponía un velo en la cabeza y empezaba a orar a Dios por todos. Lo único que ella respondía era que Dios sabia el por que hacia sus cosas y que Dios actuaba de forma misteriosa.

 Todavía sigo sin entender nada de nada. Sígame contando. Dijo el doctor como con ganas de marcharse de ahí.

Ujum, …Ah, cierto día estaba la Juanipa en su rancho orando como de costumbre. Oraba, lloraba, hacía ritos extraños y le pedía mucho a Dios que le diera Pan con un poco de mortadela; porque la muy pobre, no tenía que comer y llevaba varios días así en esa situación.

--Bueno, ¿y usted no me contó que ella trabajaba y que los dueños de la empresa eran los que la habían convertido en una especie de muñeca de porcelana, según usted?, ¿Por qué no la ayudaban los dueños de la empresa; si es que eran tan cristianos como usted dice?

 Yo también al principio, me preguntaba lo mismo; hasta que no aguanté más y le fui a preguntar a Juanipa directamente. Ella me contesto lo siguiente: “la paga es muy poca pero suficiente. Uno no debe renegar lo que Dios le ofrece. Los dueños de la empresa ya me han ayudado lo suficiente al darme la oportunidad de trabajar allí con ellos; sin comentarle, la gran dicha que me dieron de poder conocer a Cristo nuestro señor salvador”; eso fue lo que me contesto Juanipa.
 ¡NOJODA!. ¡Que estupida mujer, por Dios!. ¿Qué era lo que tenia esa mujer en la cabeza, aserrín?. No se daba cuenta que sus jefes usaban la palabra de Dios para manipularla y usarla; además, que le pagaba de seguro, una miseria a la pobre cristiana. ¡Que mujer mas idiota!; todavía no puedo creer que existan gente así en este mundo. Definitivamente, este mundo es solo para los fuertes…Dijo el doctor arrecho, por lo que acaba de escuchar.

Eso no es todo doctorcito, todavía falta más. Bueno, la Juanipa alegaba también, que Dios nos ponía pruebas para ver que tan fieles podíamos ser. Ella estaba pasando por la prueba de hambre; porque según ella, Jesucristo y que pasó como 30 y algo de días sin comer y ella solamente, llevaba como tres días. El hecho fue que un día, ella tenía hambre, oraba mucho al señor nuestro Dios, que se apiadara de ella; así como lo había hecho con Elías cuando se encontraba en el desierto. Le pidió tan solo un pedazo de pan y jamón. Dos malandros que merodeaban su casa; escucharon lo gritos o ritos que hacia ella en su rancho. Los dos pillos, se acercaron al hueco como ventana y vieron a Juanipa como se revolcaba por los suelos, pidiendo un poco de pan. Los dos bandoleros, se miraron a la cara unos a otro, y se echaron a reír a carcajadas. Uno de ellos, le dijo al otro: “¡Vamos a echarle una bromita a la vieja esta!.””¿Y como?, respondió el otro. Tengo una idea genial. Vamos a la panadería y compramos pan, jamón, jugos y de todo. Después, pasamos por detrás de la casa, nos metemos y le ponemos un poco de comida ahí en la cocina. Al ver la comida, ella creerá que fue Dios que le puso eso ahí, ja; ¿Qué te parece la idea?, dijo uno al otro. “¡Excelente mi pana, si va la vaina!. Así los dos malhechores, fueron a la panadería a comprar lo planeado. Compraron casi toda la panadería por grosería, para echarle una buena broma a la pobre de Juanipa.

 ¿Y entonces?, ¿Qué paso después?. Pregunto el doctor con incertidumbre.

Lo que paso doctor fue muy horrible; no sé si deba seguir con la historia; a lo mejor, no le va a gustar lo que sigue.

 ¡NO!, ¡No Señor!, usted me termina la historia o sino…

-- Esta muy bien doctorcito; pero se lo advertí. Ahora sigo contándole, pero primero deje que me eche otro palito de anís.

Los dos malhechores, volvieron a casa de Juanipa. Se metieron por detrás del rancho y dejaron casi toda la comida que compraron en la panadería, la dejaron en la cocina. Inmediatamente, se volvieron a colocar en el hueco de la ventana del frente; para ver la reacción de la pobre Juanipa. Juanipa alzo su mirada hacia donde estaban los dos bribones y notó como comían satisfactoriamente, mientras ella tenia hambre y aclamaba al señor por un pedazo de pan y jamón.

 ¿Que pasó mi señora, la abandonó Dios ò que?
 Nada de eso, mi señor siempre esta conmigo y me protege. Contesto Juanipa F.
 ¿Y si es así, por qué no te da comida o es que no se puede dar cuenta, que estas muerta de hambre?. Contesto el otro de los bribones.
 Mi señor sabe porque hace las cosas. Y si debo de estar en penitencia y ayuna, el sabrá bien por que lo hace. Dijo Juanipa a los malhechores.
 Bueno, mi doñita, nuestro Dios si es bueno porque no nos deja pasar hambre como el tuyo. Dijo el primero de los bribones.
 ¡No!, el señor es muy bueno y misericordioso. Él nunca permitiría que uno de sus hijos sufra; porque por eso Dios entrego a su único hijo Jesucristo al calvario, y lo hizo por amor.
 Ja, ja, ja. ¡Esta vieja si que esta loca!. La religión la tiene así de loquita. Dijo el segundo de los malhechores.

 Aja, siga, siga, no se detenga. Arrebato de pronto el doctor.

-- ¡Ya voy, hip!, primero voy a ir a echar una orinadita y después, a tomarme un palito de esto y también, me voy a fumar este tabaquito que tengo por aquí.

Bueno, como le decía mi excelentísimo doctor, ¿por donde me quedé?

 Donde los malhechores, estaban en el hueco por ventana y se burlaban de Juanipa y sus creencias.

Ah, si, si, si es verdad. Bueno, los dos bribones se fueron por detrás del rancho nuevamente. Llamaron a Juanipa y ella vino hasta la cocina. Mayor sorpresa recibió la Juanipa al ver tanta comida junta en el estante de su cocina. Se hinco de rodillas y agradeció a Dios por semejante banquete. “Gracias mi Dios, yo sabia bien que no me ibas a defraudar y ahora me llenas de muchas bendiciones, al enviarme esta comida que tanto te suplique y que necesitaba…”

 ¡Que Dios, ni que Dios del carrizo, vieja loca!, esa comida te la trajimos nosotros dos que la compramos en la panadería. Dijo el segundo de los malhechores.
 Con más razón todavía, dijo Juanipa. Dios usa a los hijos del demonio para alimentar a sus hijos. ¡que lindo detalle por parte de el!. Ya sabía yo, que Dios actuaba de forma misteriosa, y ahora esto es prueba de ello.
 ¡Cállate, maldita vieja loca!, vamos a ver como Dios te salva ahora de esto que te vamos a hacer nosotros dos, dijo el primero de los malhechores.
 Que el señor reprenda a la bestia y la encierre. En el nombre de Jesucristo nuestro señor, hijo de Dios, reprendo a todo mal posible y que Dios todopoderoso me cuide y proteja de todo mal posible. Dijo Juanipa F.
 ¿Con que así son las cosas, zorra?; pues, ya veremos quien ríe al ultimo, dijo el segundo bribón.

Bueno, entre los dos malhechores tomaron por los brazos a la pobre Juanipa. La desnudaron y se la llevaron por un monte detrás del rancho. La pobre Juanipa lo que hacia era llorar y orar mucho a Dios. Uno de los malhechores, hizo con unas maderas, una cruz toda torcida. Allí amarraron, a la pobre de Juanipa. La Violaron pero antes de penetrarla, ella grito que podían hacer con su cuerpo lo que quisieran; puesto que su alma y espíritu estaban con el señor. Uno de los malhechores la abofeteaba; mientras seguía embistiéndola como animal salvaje. Después de terminar uno, continuaba el otro. Se dieron cuenta que Juanipa era señorita, al ver el sángrero que bajaba de su vientre. Uno de los malhechores le dijo al otro: “¡compita, hasta salimos coronaos; nos salio virgencita la loquita!”. Después que la violaron durante un par de horas, la obligaron a que arrastrara la cruz de madera que uno de los bribones hizo; mientras el otro le daba de manguerazos por la espalda; así parecido como le hicieron a Jesucristo. Una vez dentro del rancho y con la boca tapada para que no gritara la pobre, la empezaron a cortar por todo su cuerpo. Tenia la pobre ya, todo su cuerpo zanjado de brechas que los malhechores, le habían hecho a la pobre. Ella moribunda miraba a los homicidas ya con sus dos ojos desorbitados por el dolor y miedo. Uno de ellos, decidió guindarla junto con cruz y todo; pero al revés.
Con una polea, izaron la cruz junto con Juanipa hasta el techo de lata. Ahora ella se encontraba amarrada, desnuda, ultrajada y llena de heridas por todo su cuerpo en la cruz al revés. La pobre se encontraba bañada en sangre de pies a cabeza. En el suelo, podía verse ya un pequeño charquito de sangre. Al parecer, los bribones antes y homicidas ahora, disfrutaban muy a gusto del espectáculo. Uno de ellos le grito con odio: “¿Y donde esta tu maldito Dios para salvarte, hija de P…?. Ella toda moribunda pensó para sus adentros: “Dios mió, ayúdame a morirme rápido; en tus manos dejo todo esto; el cual, has permitido por alguna razón. No sé, que fue lo que hice mal en la vida. Si has de llevarme, te suplico lo hagas rápido. Tú tendrás tus razones. Te pido, perdones mis pecados y me aceptes en los reinos de los cielos. Estoy preparada para irme cuando tú así lo decidas, mi señor. Perdona a estas dos pobres criaturas del maligno, que no saben lo que hacen. Estas poseídos por el mismísimo demonio.

Uno de los homicidas, la miraba mientras lamía un cuchillo; mientras el otro, colocaba debajo una olla para que la sangre no derramara en el suelo; sino dentro del recipiente. El otro homicida, la tomó con su mano por su cara y le cortó con el cuchillo su cuello. Los dos homicidas, la miraban y reían al ver como ella se estremecía en esa cruz de tablas; allí guindada al revés en ese techo, y se tambaleaba de un lado hacia el otro. De repente, la pobre Juanipa expiró su ultimo aliento; no sin antes pensar para sus adentros: “Dios, Dios, ¿Por qué me has abandonado como lo hiciste con tu hijo también?, tan solo te pedí me dieras un poco de pan. ¿Qué mal hube de hacer en vida para merecerme esto?, ¡Dios, Dios mío, como duele…, ya me siento aliviada!. Inmediatamente después, expelo su último aliento de vida.

Los dos homicidas salieron corriendo del rancho; y cuando estaban cruzando la avenida, un camión embistió a uno de ellos; lanzándolo al otro lado de la avenida. El otro homicida, espantado de ver lo ocurrido, se acerco hacia él para tratar de ayudarlo y vio solo su cuerpo descuartizado y su mirada fija a la carretera. Salio de ahí y se perdió en medio de la muchedumbre y la confusión.

 Oiga, ¡que trágica historia señor!. ¿Y qué pasó por fin, con el otro homicida?

... Algunos dicen que murió en mano de la justicia. Otros dicen que aun vive por ahí. Otros afirman que después de lo ocurrido, se arrepintió y se metió a evangélico…

 ¿Cuánto hace que ocurrió esa desgracia?

Le digo con toda propiedad que hace mas de 20 años que ocurrió esa desgracia.

 Por cierto, ¿Cómo es que usted sabe tanto sobre ese asunto ocurrido hace tantos años y lo recuerda tan lucidamente?, preguntó al doctor.

Lo recuerdo tan bien como ayer; y me pesa de todo corazón; porque yo era él otro de los bribones y/o homicidas que mato a Juanipa, y ahora estoy aquí confesándome ante usted querido y estimado Doctor. Y así fue como Juanipa fue a comer con Dios.

El doctor trago grueso, se levantó donde estaba sentado y siguió su camino sin decir una palabra.

Nàmus.



Reflexión del Escritor: En primer lugar, Juanipa fue una idiota toda su mísera vida. En segundo lugar, los jefes de la empresa donde Juanipa trabajaba, fueron unos malditos manipuladores y extorsionadores miserables; dignos de más lastima que la propia Juanipa. En tercer lugar, todo malhechor, bribón y homicida parecido a la de esta triste historia, deben ser castigados quemándolos vivos para que aprendan y así, vamos exterminando todo lo que está mal aquí. (¡Dios perdona pero yo no!. Trinity). Cuarto punto, el doctor fue otro pobre mediocre de M….!. No se justifica que un “Doctor”; se encuentre en un antro hablando estupideces y soez, con un borrachín de pacotilla. Además, siendo yo el doctor y habiendo sabido que el borrachín era el asesino de Juanipa, lo hubiera ahorcado inmediatamente con la cuerda de piano que siempre llevo en los bolsillos.


Texto agregado el 29-02-2008, y leído por 67 visitantes. (0 votos)


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