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Inicio / Cuenteros Locales / Ringu / KOGEM - Capítulo 3: Desconcertados

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Capítulo 3: Desconcertados

En aquella casa entraron todo tipo de personas, desde gente extrovertida hasta los más tímidos, desde los pulcros hasta los más dejados, desde los creyentes hasta los ateos. Pero, a pesar de sus diferencias, ahora todos se ponian de acuerdo al estar agotados del viaje-algunos incluso optaron por echarse una siesta tras colocarlo todo-Sin embargo Regina, Ruy y Abel junto a la pareja francesa decidieron preparar la cena.
La mano de Rose agarró con firmeza el mango del frigorífico abriéndolo, pero de pronto se quedó totalmente paralizada, al descubrir para su sorpresa qué…

-¿Dónde está la comida?
Ruy se giró hacia ella extrañado-¿Cómo dices?
-¡No hay nada!-Repitió.

El resto se acercaron rodeándola para presenciar como ésta realmente se encontraba totalmente vacía.

-¿Y que se supone que tenemos que hacer ahora?-Preguntó Regina.

De pronto Ruy se percató de algo que le llamó la atención. En la parte trasera inferior derecha de la puerta del electrodoméstico parecía haber un pequeño post-it pegado.

-¡Ey! ¿Qué es eso?-Preguntó señalando.

Rose se agachó y lo desenganchó, incorporándose de nuevo y leyendo el mensaje que había escrito en él.

-La comida está almacenada tras las cortinas del comedor-Leyó.

Al instante Ruy se dirigió hacia dicho lugar atravesando la cocina, llegando a la sala de estar, y corriendo las cortinas. Así descubrió otra puerta de metal con una pequeña cerradura bajo el pomo.

-Está cerrada-Dijo él intentando abrirla.
-Joder ¿como vamos a comer? ¿Eh? Estamos aqui sin información de nada ¿y encima no tenemos comida? ¿Pero que es esto? -Dijo Regina mirando hacia una de las cámaras.
Ruy dejó a un lado la obertura y decidió ir a calmar a su pareja la cual parecía volverse a irritar, pero cuando sus pasos cruzaron el comedor un desgarrador grito se escuchó.

-¿Qué ha sido eso?-Preguntó Rose al instante.
-¡Es Edurne!-Exclamó Abel, dando media vuelta y dirigiéndose hacia el corredor.
Al asomarse al pasillo a causa de aquellos gritos, por un instante pudo ver lo que parecían ser las delicadas piernas de Edurne patalear contra el suelo mientras alguien la arrastraba hacia dentro de una de las habitaciones que estaban supuestamente cerradas.

-¡¡Edurne!!-Gritó.

Corriendo hacia ella, antes de que pudiese ver nada, la puerta se cerró frente a sus narices impactándole, cayendo de espaldas hacia el suelo y golpeándose la cabeza contra la pared paralela.

-¿Qué ha pasado?-Preguntó Ruy segundos después acercándose a él preocupado.
-¡Alguien se la ha llevado!-Contestó con los nervios a flor de piel- ¡Alguien ha secuestrado a Edurne!

Samuel, junto a su esposa Rose, intentaron abrir la puerta pero esta se mantenía fuertemente cerrada.

-Tranquilo, puede que se trate de un engaño-Dijo él.
-¿Un engaño? ¡Estaba gritando! ¿¡Que no la estabais escuchando!?
-¿Abel? Así te llamabas ¿verdad?-Preguntó Ruy agachándose mientras él asentía con nerviosismo- No tienes por qué preocuparte, es un concurso, no le va a pasar nada.
-¿¡Pero que clase de concurso es este!? ¡Se la han llevado a la fuerza!-Insistió.

De pronto Rose se llevó un pequeño sobresalto cuando una de las puertas de los dormitorios se abrió.

-¿Qué son tantos gritos?-Preguntó Naiara asomándose al pasillo.
-¡Maldita sea! ¿¡Nadie piensa hacer nada!?
-Alguien se ha llevado a Edurne-Le respondió Ruy.

Abel se incorporó y tan solo ponerse en pie comenzó a golpear la puerta por la cual se habían llevado a su esposa.

-¿¡Quieres parar!?-Le gritó Naiara frunciendo el ceño, con la marca de la almohada pegada sobre su mejilla- Ya nos avisaron de que ocurrirían esta clase de cosas, no puedes perder los nervios por una chorrada como esa, tu mujercita está perfectamente ¿A caso piensas que por un concurso llegarían a lastimar a alguien?
-¿Cómo puedes estar tan segura? nos dejan sin comida y luego secuestran a mi esposa ¿Te parece algo muy correcto para un concurso?-Añadió él totalmente preocupado.
-¿Qué no hay comida?-Preguntó Javier asomándose tras Naiara mientras se restregaba los ojos.
-Sí, encontramos una nota en la que decía que la comida estaba almacenada en una habitación que da a la sala de estar, pero también se encuentra cerrada-Respondió Rose.
-Primero tenemos que encontrar a mi esposa ¡Hay que abrir esta puerta!-Repitió Abel de nuevo
-¡Olvídate de tu novia! Lo primero que tenemos que hacer todos es encontrar la llave para abrir ese maldito almacén, si no comemos no tendremos fuerzas suficientes para resolver las pruebas-Añadió un tanto enfurecida.
Abel desbordado por la impotencia le dirigió una mirada de odio y se le acercó-Como le pase algo, será culpa tuya… que lo sepas.

De pronto Javier apartó a Naiara y se interpuso mirándole directamente a los ojos y moviéndolos inconcientemente a ambos lados-¿A si? ¿Y que vas a hacer?
-¡Eh, Parad ya! no es hora de discutir-Intervino Ruy-Rastrearemos toda la casa en busca de esa llave.
-Pero que dices, estamos reventados, mejor hacerlo mañana ¿no crees?-Propuso Javier.
El resto se miraron entre sí y finalmente hicieron un ademán de asentimiento.
-¿¡Que!? No me lo puede creer... ¿¡Vais a abandonarla!?
-En serio, Abel querido, estamos cansados- Respondió Naiara en un tono sarcástico-Yo personalmente he estado metida en ese maldito taxi durante cinco horas y luego he estado esperándoos a cada uno de vosotros para que el concurso empezara… y por si no fuera bastante con tus grititos me has despertado ¿Realmente crees que tengo ganas ahora de buscar a tu querida esposa?- Tras decir esto se dieron media vuelta y la pareja española regresó a su habitación cerrando la puerta con un portazo.

Regina se acercó a Abel el cual cabizbajo se había mordido la lengua con tal de no acabar con un enfrentamiento.
-Tranquilo, mañana miraremos de buscarla ¿vale? Seguro que está bien, esto solo es una prueba-Le dijo dirigiéndole una sonrisa para calmarlo.
-¿Y como se supone que debemos pasarla?-Respondió él.
-Pues seguramente encontrando a Edurne ¿no crees?
Abel asintió con resignación y se introdujo en el dormitorio con ellos, sin antes dar las buenas noches a la pareja francesa que dormían en la habitación de enfrente.

***

Eran las doce pasadas y Regina aún no había conciliado el sueño, pero ella sabía perfectamente cual era la absurda causa, se estaba orinando. Su novio ya se había quedado dormido desde hacía un rato y ella no podía aguantar ni un minuto más. Pero la vergüenza de ser filmada se lo impedía. Los riñones le empezaban a doler y su cuerpo temblaba ante la presión, así que finalmente bajo el pensamiento de “Todos somos iguales” decidió ir al baño. En el momento en que se puso las zapatillas y se incorporó la necesidad se aceleró en contrarreloj. Ahora que lo pensaba, el grado de humillacion frente a las camaras sería mayor si era filmada haciéndoselo encima.
Sus pies en silencio recorrieron a toda velocidad el dormitorio, entrando en el aseo. Abrió la puerta del primer lavabo y entró encerrándose en ella . Dando la espalda al espejo se bajó la parte baja del pijama y se sentó sobre el retrete. Cuando ya estaba en proceso sus ojos se cerraron al escuchar con gran incomodidad el sonido del objetivo de la cámara enfocarla. No podía creerlo, alguien la estaba espiando, aunque el enfoque fuese automático aquello le resultaba totalmente repugnante.

-Ayúdame-

Tras unos segundos Regina sufrió un sobresalto al creer escuchar una leve voz gritar pidiendo ayuda. Saliendo hacia los lavamanos, con la mirada siguió el recorrido por los espejos hasta finalmente llegar a las dos duchas paralelas, las cuales se mantenían con la mampara cerrada, pero a simple vista parecía no haber nadie en su interior.
Un golpe en seco resonó no muy lejos a ella y la súplica se repitió. Entonces la reconoció, sino recordaba mal aquella voz de soprano la había escuchado con anterioridad, ciertamente cuando entraron en la casa. Sin lugar a dudas aquella era la voz de Edurne ¿Pero de donde provenía?

Al girar la cabeza lo descubrió, su corazón se detuvo, su bello se erizó, y sus pupilas se contrajeron. Atónita se quedó, al ver dos manos y un rostro desencajado desvanecer en el reflejo de uno de los espejos.





Continuará...

Texto agregado el 28-02-2008, y leído por 82 visitantes. (0 votos)


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