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Inicio / Cuenteros Locales / AlohranLeonheart / El Frío que no cesa el Fuego.

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Pienso yo...

No existe nieve, hielo, o polo ártico que sea más frio que aquel frío que proviene desde el fondo del corazón.

Ese frio que nos congela desde el interior cuando la tristeza se hace parte de nuestro día, una tristeza profunda y fuertemente enraizada y que no se quiere soltar... ese frío que nos cala hasta los huesos, y aún estando dentro de un baño termal, es más poderoso que el sol y las termas juntas.

Es ese frío que corre por nuestro espinazo, ese frío que eriza nuestro vello corporal, y que se enrosca en nuestras extremidades con su gélido caminar y pasar. Ese frío que no existe fogata o estufa en el mundo capaz de apagarlo, ni prenda térmica de vestir que logre aminorarlo, pues no es un frío de temperatura o un frío perceptual, sino un frío emocional de un vacío, una debilidad, una profunda tristeza o melancolía, o un gélido y punzante sentimiento negativamente etiquetado que toma posesión por un instante raudo (o muy prolongado) y que congela incluso hasta las lágrimas que podrían aliviarlo. Un frío tal y peor que el del propio nitrógeno líquido, un frío que solo puede aminorar una solución, u otro corazón lo suficientemente cálido como para acompañarlo y calentarle con su abrazo, preocupación y sinceridad. Un frío que nos lleva de rodillas hasta el suelo, o a recostarnos en nuestra cama, o a perdernos en los rincones de un sillón o una también fría silla que nos acompañe en nuestro pesar.

Un frío tan poderoso, que el Fuego le respeta y no intenta enfrentarle, pues es una batalla perdida. Un frío tan helado, que la propia nieve tiembla en escalofríos al sentirle pasar.

Un frío inapagable por lo material, pues es un frío que proviene de lo espiritual.

Texto agregado el 01-02-2008, y leído por 172 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
06-02-2008 Sí, conozco muy bien ese frío, sé a qué te refieres. Pero dejame decirte, que ese frío no es eterno. No es el frío de la muerte, es un frío que se siente en vida. Y mientras hay vida, hay esperanza. Esperanza de encontrar ese calor capaz de derretir todo ese hielo interno. Y basta mirar a nuestro alrededor, para ver miles de personas que alguna vez padecieron ese mismo frío debilitante, y que ahora palpitan con un corazón que hoy arde de felicidad. Y la vida no es estática; afortunadamente, la vida es continuo movimiento, es cambio. Y ese frío que hoy nos quiebra el alma, mañana puede derretirse con la llegada de un cálido corazón a nuestras vidas. Y estoy segura que ese corazón del que tu nos hablas, que siente frío, va a encontrar pronto su abrigo. Triste reflexión, pero excelente trabajo literario. Muy bueno. ***** dulceamiga
05-02-2008 ES UN FRIO INTERNO...ES EL MIEDO....EL MISMO NO LLEVA A NO QUERER CAMINAR DE NUEVO EN LA VIDA...PORQUE HAS SIDO RECIENTEMENTE DEFRAUDADO..Y AUN TE PESA EL DOLOR...BESOS..MUY REFLEXIVO. evagnf
02-02-2008 Calando los huesos, incinerando el espíritu, literalmente te hace mierda, bien. Saludos desde Iquique Chile. esposo_de_mitsy
01-02-2008 El frio espiritual, un texto que respeto por su originalidad y capacidad reflexiva. clepsidra
01-02-2008 Huy que frio , se siente por la forma como lo narras, no hay frio mas grande que la indiferencia y carencia de sentimientos. natalii
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