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Cuando nació, el Emperador de los Cielos lanzó a su hijo a un corral con nueve bebés y una sola loba que había perdido a sus cachorros. Llamó hijo suyo al niño que vivió y le lanzó a un corral con cinco niños y tres juguetes. Llamó hijo suyo al que tuvo los tres juguetes y le lanzó a un corral con cuatro muchachos y dos armas. Llamó hijo suyo al joven que vivió y le lanzó a un corral con otro joven y una princesa. Llamó hijo suyo al hombre que vivió y sin dejarle tocar a la princesa, lo lanzó al mar con sólo un tronco para que llevara su imperio a las tierras.

El hijo del Emperador maldijo a su padre, pues hubo de pasar muchas penalidades y a punto estuvo de perecer en muchas ocasiones, pero alcanzó con su tronco la isla de la Tierra. Cuando llegó, nada en él semejaba la figura de su Padre, pero portaba su misma esencia y este es uno de los Nueve Grandes Misterios. El despojo salvaje que alcanzó la isla, más bestia que persona, cazó, mató y se hizo fuerte. Y conoció que en la isla habitaban seres de figura semejante a la suya, incluyendo mujeres, por lo que empezó a asediar a unos y favorecer a otros y se formó una tribu donde se podían repartir los trabajos de bestia que le proporcionaban sustento.

Con los años la tribu se hizo poblado y los seres que la formaban eran ya menos bestias y más personas, aunque aun muy poco. El poblado, sin embargo era aún una gran bestia y asedió, de los seres que a su alrededor moraban, a algunos y a otros favoreció. Con esto sobrevivió y prosperó y se hizo con un reino. Y los que lo formaron pudieron ser personas y hablar y reír y pensar como personas, pero de forma muy diferente a las personas del Imperio de los Cielos y peor.

Con los años, el reino se hizo tribu de reinos y algunas de las personas pudieron pensar un poco como las personas del Imperio de los Cielos y soñar en cosas que no son y hacerlas ser y preguntar a las bestias qué las hizo bestias y qué hizo Cielos a los Cielos y qué personas a las personas y cómo es que las personas mueren y cómo pueden no morir. Pero las preguntas no tuvieron buenas respuestas, porque sólo pensaron un poco como las personas del Imperio de los Cielos.

Con los años, la tribu de reinos se hizo imperio de la isla. El emperador, hijo del Emperador de los Cielos, era ya viejo y veía su fin llegar y no quiso que llegase. Había aprendido a pensar mucho y pensó más y quiso responder a las preguntas que no tenían buena respuesta. Pensó bien porque había llegado al punto en que las preguntas tienen respuesta o muerte. Como siempre había vivido ante situaciones de respuesta o muerte, no le costó hacerlo bien entonces. Empezó a tener respuestas que llevaron a más preguntas sobre qué más islas habría y cómo sería el Imperio de los Cielos, del que nada recordaba. Y también pensó respuestas y las respuestas que pensó, vio que no eran y quiso hacerlas ser.

Poco después, el Emperador de la Tierra tuvo un hijo. Cuando nació, lo lanzó a un corral con nueve bebés y una sola loba que había perdido a sus cachorros, pues quería que aprendiese desde el principio a sobrevivir. Sabía que no valdría enseñarle cuanto en su Imperio había construido, sino que tendría que ponerle en el camino que le llevase únicamente a producirle a él mismo. Quería que su hijo conquistase otras islas para tener en ellas realidad de lo que había pensado y no era. Sabía que su hijo no se le asemejaría en figura cuando le expusiese a duras penalidades y sabía que le repudiaría, pero pensó que esa es la única manera de que su hijo fuese él y no como él.

Con los años, el Emperador había comprendido la Llave de los Nueve Grandes Misterios, y abandonó su nombre de Emperador de la Tierra para llamarse Emperador de los Cielos. Y el Emperador de los Cielos supo que su hijo había muerto y que su cuerpo había muerto, pero él no había muerto ni había muerto aun la figura de su hijo. El Emperador de los cielos lanzó a un muchacho salido de un corral a otro corral con otro muchacho y una princesa y al que salió lo lanzó al Mar de Estrellas para que llegase a otra isla, y nunca morirá.

Ulises Grant

Texto agregado el 14-12-2007, y leído por 298 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
19-06-2008 Quizá ese reino que describes, realmente funcione y sea efectivo, pero... a mi me gusta pensar que un mundo más dulce también funcionaría goldmoon
14-12-2007 Sí, a mí también me gustan los cantos mitológicos, éste me resultó muy original y la dirección circular siempre deja un buen sabor de boca, pero el chico que se arroja al mar sobre un madero no ha de ser necesariamente el mismo que en un principio se arroja con otros nueve bebes al corral con una loba, ¿o si? xung0
14-12-2007 me encanta este relato...una bella lección de vida...y el misterio del ciclo eterno, que creo que empiezas a comprenderlo. nocheluz
 
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