Lo siento Minerva. Hoy estoy muy gris y no consigo centrarme. Empiezo a leer un cuento y enseguida pierdo las ganas de continuar. Es como si proyectara en cualquier accion, la desesperanaza del que no le ve sentido a nada, nisiquiera a leer algo que a priori podia interesarme. Las frases que escribo son cortas. No tengo fuerzas para alargar demasiado una sentencia. Me canso enseguida. Estoy cansado de la vida. Muy cansado. Mucho. las palabras decrecen en intensidad como el aliento de un moribundo, herido en el corazon por las flechas de ese maldito niño volador. Estoy dejando de creer en su diosa madre. Ya solo me conformo con estar lo mas comodo con alguien, tanto como le sea posible a mi afligido espiritu. Siento que mi prosa no sea buena y que el lago de los ornitorrincos este tan vacio, pero es lo unico que me sale en este momento. Es dificil ser ornitorrinco.