Esta noche, te he sentido en mi cama, durmiendo tranquila, abrazada. He notado tu aliento ritmico y tus pulsaciones aceleradas (siempre has sido muy nerviosa). Notaba tu piel, en mi espalda y tus manos en las mias. Me recordaba a la primera vez que dormimos juntas. Tu sonrisa en la cara, y tu semblante tan tranquilo. Esa noche en la que hicimos el amor sin tocarnos, tan solo con la mirada. Recuerdo tus ojos tan negros que cada vez que te miraba me parecia que me perdia entre tus pensamientos. Esos ojos que me decian te quiero, sin decir nada.
Parece mentira que ya hayan pasado diez años y tantas noches desde entonces.
Siempre me decias que te parecía una niña, siempre he sido demasiado inocente. Quizas sea por eso que aun me parece tenerte al lado, immobil, con esa mirada tan fria que tenías el dia que marchaste. Nunca fuiste ninguna heroïna, pero fue cobarde abandonarme. Fue cobarde no enfrenterte a tus padres ni a tu familia. Y ahora se que esa mirada tranqila, esas pulsaciones aceleradas, estan durmiendo en otra cama, engañados, a lado de un hombre al que no amas.