hoy, en las nubes, no encontré la calma de los truenos que suelen seguir a tu voz partiendo mis rasgos... Encontré, apenas, la merecida chispa adecuada de haberte rescatado de mi.

hoy, entre los miles de brazos, no encontré modo de hacerte estar en paz, bien, gritando a coro con los miles de gritos... Y las encías prendidas de una locura que no puede volver al mar...

hoy, en las nubes, volví a cerrar la lista de promesas cumplidas, olvidadas... En la oración de estas tangentes que nos renuevan, cada vez, como nunca, para siempre...

Lo que realmente encontré hoy, en las nubes, fue ese sol de entender que los océanos de tiempo son una gota de lluvia, cuando te veo bailar, cantar... disfrutar...