Las caricias de una noche solitaria
me toman entre sus brazos
y me ocultan entre la espesa niebla fría
de lo que una vez fueron tus besos.
Las pocas luces que iluminaban
las calles por las que caminaba
no son ni la mitad de las estrellas
que en tus ojos de mujer enamorada yo miraba.

Ahora sólo imagino la sombra de tu amor
allí sentada,
cantando las promesas de un amor ya extinto,
meciéndose en una silla inmóvil
aguardando a que llegara con una rosa en la mano
y te dijera "te amo".
las huellas que una vez quedaron
como recuerdo de aquellos pasos infinitos
que tomábamos
asidos de la mano,
se han borrado por la lluvia y el olvido.
Las cenizas que habían quedado
de cada instante en que nuestros cuerpos
ardían locamente de pasión,
hot se las ha llevado el viento
que secó las lágrimas
que cayeron desde un sueño roto.

Ahora sólo imagino la sombra de tu amor
acostada sonre mi cama,
soñando a ser niños que juguetean
entre jardines de flores marchitas
y prados de cemento
y de matices a blanco y negro.
Ya no queda ni la sombra de lo que una vez tu amor.